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La nueva locura de los Wachowski
La historia no tiene ni pies ni cabeza, pero sí una lluvia de explosiones espaciales.
Una historia de amor, como si fuera la de la Cenicienta en medio de la Guerra de las Galaxias con extraterrestres, lagartos, explosiones galácticas, sucede en El destino de Júpiter, de los hermanos Wachowski.
Mal en taquilla y pésimas críticas, así han recibido a la tan esperada nueva película de los creadores de Matrix, Lana y Andy Wachowski, y sí, tal vez lo merezcan.
Pero, ¿es tan mala El destino de Júpiter? Me temo que sí, pero nunca aburrida ante la orgía de efectos especiales, persecuciones espaciales y todo el mundo barroco y explosivo de los Wachowski.
La historia es sencilla: Júpiter (Mila Kunis), una chica que es sirvienta y lava baños, de pronto se entera de que es la reina del universo y dueña del planeta tierra. Para reclamar su trono tendrá a un guardaespaldas (Channing Tatum), el problema es que tiene tres hijos (uno de ellos Eddie Redmayne, nominado por su papel en La teoría del todo); estos seres galácticos son ambiciosos y dispuestos a matar por seguir su objetivo: los humanos se han vuelto una especie de vacas para carnicería de las que sacan el jugo de la vida .
¿Suena disparatado? Lo es. La historia no tiene ni pies ni cabeza, el discurso criticando a las corporaciones, la ambición y a la raza humana se pierde ante la grandilocuencia de las imágenes; todo lo que la rodea es un alucinante viaje por la mente de los Wachowski, quienes no dudan usar todos sus millones de dólares y juguetes para volarle la cabeza al espectador.
Cómica, curiosa, repleta de símbolos y homenajes; desde Terry Gilliam, pasando por El hombre elefante, Star Wars y hasta Flash Gordon, vamos, para los hermanos no hay imposibles y lo demuestran en la pantalla sin el menor pudor. Aunque para ser honesto, como serie de televisión (y no película) creo que hubiera funcionado mejor.
¿Va odiar a El Destino de Júpiter? Sí, tal vez y hasta podría apostar que va a salirse del cine a media película, pero para los fans de los hermanos Wachowski y a quien le guste pasar una tarde palomera, sin mayor ambición, puede ser una buena opción.
