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Literatura básica para presidentes
Para evitar la deshonrosa confusión y porque los políticos sí están obligados a leer, a continuación les dejamos algunas recomendaciones (se valen las aportaciones de los lectores).
El viernes, la revista Scientific American en su edición on line publicó el artículo Stories that Sharpen your Mind donde comenta que se ha demostrado que mientras seguimos las viscicitudes de una historia bien armada aumentan las conexiones cerebrales en las zonas que controlan las emociones y las interacciones sociales.
El resultado (de leer novelas) según investigaciones recientes, es una mejor comprensión de otros seres humanos y una mayor empatía por la gente .
Ya sin soporte de la sicología experimental, pero basada en una ciencia social, la nota agrega que los historiadores han señalado que los grandes trabajos de ficción han sido un apoyo a la concepción de los derechos humanos .
Así pues, se puede afirmar que los presidentes de un país, el que sea, sí están obligados a leer novelas, buenas novelas, y también otro tipo de libros.
He aquí algunas propuestas de los libros que nos gustaría que leyera el futuro presidente de México.
LA COSTUMBRE DEL PODER, LUIS SPOTA (VARIAS EDITORIALES)
Resulta que dos sexenios después de la salida del PRI de los Pinos, la cosa no ha cambiado tanto. Eso se puede comprobar cuando se lee la serie de novelas La costumbre del poder de ese bestsellerista y sociólogo nacional que fue Luis Spota. Sí, las cosas en la cúpula del poder no cambian.
Con formada por cinco novelas (Retrato hablado, Palabras mayores, Sobre la marcha, El primer día y La víspera del trueno) que narran el ascenso y caída de un candidato presidencial, desde que es el tapado hasta del primer día en que amanece y ya no es presidente.
Todo aspirante al poder debería leerlas como una especie de libro de texto, crónica de vida y premonición. Así será mi vida, así me adorarán, así me mandarán al diablo , seguramente reflexionará el candidato que lea con atención a Spota.
Un plus: buscar los libros de La costumbre del poder le servirá para tener contacto con el pueblo porque tendrá que ir a conseguirlos a una librería de viejo.
DÍAZ ORDAZ. DISPAROS EN LA OSCURIDAD, FABRICIO MEJÍA MADRID (GRIJALBO)
Este libro, que sigue los pasos del peor villano de los presidentes de la historia reciente de México o al menos el responsable de la matanza más notable, sin duda resulta aterrador para quienes no estamos al tanto de los vericuetos de la política nacional.
Pero el enorme y sabio oficio de Mejía Madrid, que hace un magnífico retrato multidimensional de la psique de Díaz Ordaz, permite que quizá (y ojalá) la novela sea también aterradora para los políticos que tienen deseos, posibilidades o se sienten tentados a pasarse de la raya.
LOS RELÁMPAGOS DE AGOSTO, JORGE IBARGÜENGOITIA (JOAQUÍN MORTIZ)
Falsas memorias, parodia genial y novela histórica de cierto rigor, Los relámpagos de agosto es un extraordinario retrato de la Revolución Mexicana, especialmente de su consumación, ese momento crucial en el que los caudillos dizque se volvieron hombre de instituciones.
Las peripecias y avatares del general José Guadalupe Arroyo, protagonista de Los relámpagos de agosto son de gran utilidad para todo candidato al poder. Leyenda esta pequeña gran obra maestra de Ibargüengoitia se puede aprender que el poder es una mujer rejega a la que, con paciencia y salivita, se puede domar aunque no del todo.
Además es importante agregar que es un libro breve, como un resumen ejecutivo hecho con una pluma de oro, valor agregado para el político cuyas ocupaciones (o su corto lapso de atención) no le permiten entregarse a una lectura larga.
LA SOMBRA DEL CAUDILLO (1929), MARTÍN LUIS GUZMÁN
En este libro se retrata con precisión y detalla el final de la agitada década de los 20, de cuyos años surgió nuestro actual sistema político. Esta novela ayuda a comprender el inicio de nuestro tejido institucional (con sus respectivas corruptelas), cuyos hilos se encuentran en las manos de quien reencarna a los dioses (el sistema) y cuyo intermediario (tlatoani) es el presidente de la República. Esa es la sombra del caudillo.
Claramente no lo recomendamos para que nuestro próximo presidente afine sus estrategias de engaño sino para que identifique a sus verdaderos enemigos y recuerde que la historia no perdona.
LA FIESTA DEL CHIVO Y EL SUEÑO DEL CELTA, MARIO VARGAS LLOSA (ALFAGUARA)
Mucho se ha hablado últimamente de El sueño del celta, una buena novela del Nobel Literatura cuyo tema esencial son los derechos humanos y de cómo la ignorancia, la lejanía y la avaricia de un gobernante pueden ocasionar indecibles sufrimientos a una cantidad enorme de personas.
Pero la fama de esa novela no debería opacar, en la mente de nuestro hipotético lector, a la magnífica La fiesta del chivo, donde se hace un estremecedor retrato del dictador dominicano Rafael Trujillo y de las atrocidades que, ciego de poder, podía cometer.
EL LABERINTO DE LA SOLEDAD, OCTAVIO PAZ
El ensayo fundamental para entender la conciencia social del mexicano. Un ensayo epigonal, imaginativo, total, que dio muestra de la sagacidad de un escritor que con el tiempo influyó el pensamiento y la crítica en torno de la modernidad de todo el mundo.
Un Presidente que no ha leído a Octavio Paz sería tan insulso como un presidente que, quizá, ha leído sin saberlo a Carlos Fuentes.
Un libro triste pues a más de 50 años de su escritura (más triste aún si se lee el texto "Posdata", que es una coda al texto original y que el autor escribe tras la matanza de 68) parecería que nuestros rezagos son destino, que no hemos sido capaces de reconocernos ni, mucho menos, de generar un pensamiento autónomo con su respectivo y, hoy más necesario que nunca, cambio cultural.
LOS ROJOS DE ULTRAMAR, JORDI SOLER (ALFAGUARA)
Para cualquier lector, esta fascinante novela está llena de atractivos, desde las aventuras de Arcadi para salir de la España donde Francisco Franco acaba de ganar la Guerra Civil, hasta el pintoresco rancho en Veracruz donde planea el asesinato del generalísimo.
Pero sería fundamental que si el lector se dedica a la política hiciera un alto en la figura de Luis Rodríguez, el enviado de Lázaro Cárdenas a Francia para ayudar a los republicanos españoles a llegar a México. La lágrima y la conmoción ante los nobles logros que pueden alcanzar la política y la diplomacia son inevitables.
FUNDACIÓN, ISAAC ASIMOV (VARIAS EDITORIALES)
No nos atreveríamos a pedir que un candidato presidencial se dedicara a leer los alrededor de 15 títulos que conforman la saga, ni siquiera la trilogía original, bastaría con la primera novela, de 1951, para lograr dar una idea de lo importante que puede ser el conocimiento científico para los políticos.
Claro que ya encarrerado con los esfuerzos de Salvor Hardin y otros alcaldes del Términus para proteger su planeta de los belicosos pero ignorantes vecinos, es posible que el lector quiera seguirse con Segunda Fundación y Fundación e Imperio, donde las ciencias sociales y las humanidades toman la batuta.
EL PADRINO, MARIO PUZO(EDICIONES B)
No hay mejor muestra de sabiduría práctica que citar a Vito Corleone. No basta nada más haber visto las películas, la novela de Mario Puzo sigue conservando su potencia. No solo es la historia de una familia, es también un tratado sobre cómo manejar un imperio.
A un candidato presidencial, leer El padrino le servirá para adquirir varias habilidades no solo necesarias en campaña, también, si gana, para desempeñarse en la oficina presidencial. Entre otras cosas, la novela de Puzo le enseñara cómo comportarse en juntas de gabinete, cómo decidir si ha llegado el momento de aceptar una derrota, cuándo tomar una revancha y cuánto esperar por ella.
Sin embargo, no es recomendable que el candidato cite esta novela entre las tres lecturas que le han marcado. Que la política y el crimen se parecen es algo que todos sabemos, pero mejor no lo digamos en voz alta.
EL SER Y EL TIEMPO, MARTIN HEIDEGGER (FCE)
¿Qué político va a tener el tiempo o el interés de ponerse a leer filosofía? Seguramente ninguno, pero si de casualidad alguno quiere lucirse ante las cámaras (las de televisión y las de diputados y senadores) , quizá podría decir que está leyendo a Heidegger. Alguien podría escandalizarse, después de todo el propio Heidegger fue poco atinado en sus decisiones políticas (apoyó a los nazis), pero el candidato podría aclarar con frases sencillas pero brutales que leyendo El ser y el tiempo ha aprendido a aceptarse como ser mortal y por lo tanto como hombre libre. El existencialismo os hará libres podría terminar el candidato su alocución. Si no lo consideran loco, al menos lo tratarán como hombre de actitudes originales.
EL HOMBRE SIN CABEZA, SERGIO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ
Sergio González Rodríguez no ganará el Nobel pero es quizá el intelectual mexicano más preclaro en su conocimiento de la realidad social, simbólica y metapolítica de nuestro país en los últimos diez años. En este libro consigna de un modo estremecedor una visión panóptica del caos, con la imagen final de un tiradero de cuerpos en Acapulco que nos remite al abismo y a la visión de Dante sobre el infierno.
Escrito con mucha creatividad, literatura y valentía, este libro debería ser de cabecera para un presidente mínimamente curioso que intente comprender como el tipo de experiencia vital que es más cercana al mexicano endriago (sujeto violento), ese individuo que ocupará un porcentaje importante.
EL DESPOJO, ROBERTO MADRAZO
Robamaratones de Berlín, corrupto, político seductor, priista, bajo todos esos apelativos se ha llamado al político Roberto Madrazo, quien se despidió de la vida pública con un libro que de haber conservado su título original: México muere, el sistema vive, además de haber sido un tino mercadotécnico, habría repercutido de una manera importante para al análisis sobre el futuro del país.
En este libro (que peca en proteger algunas franjas del PRI) se propone una tesis seria: la actual crisis por la que atraviesa México (crisis política, económica, social, institucional, moral) es resultado de una serie de oportunidades perdidas y de un sistema político que ha preferido la simulación, la mentira y el despilfarro desde hace casi 100 años. Un presidente debe leer este libro para reconocer que seis años más de improvisación son un suicidio.
Esta lista es enorme puede ser inmensa. Invitamos a nuestros lectores (y a los candidatos presidenciales, desde luego) a hacer sus propias aportaciones.
klm