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Arte e Ideas

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Lo mejor y peor de la TV en 2008

Mad Men es la serie más redonda, profunda y cuidada del 2008. Lost es, sin duda, de lo más interesante que se puede ver en televisión.

1. Mad Men (HBO) La ganadora del Emmy es no sólo una reconstrucción precisa y lograda de la era de oro de la publicidad neoyorkina a principios de los 60, sino la serie más redonda, profunda y cuidada del año. Jon Hamm puede llevar la voz cantante, pero el elenco completo brilla gracias a guiones que se toman el tiempo de trabajar con la cara pública y la oculta de cada uno de sus personajes memorables.

2. Lost (AXN) ¿Qué le pasa al drama estrella de J.J.Abrams? Cada día se entiende menos y cada vez es mejor. Sin darnos cuenta, los capítulos pasaron de asomarse al pasado a asomarse al futuro, donde nuestros héroes ya no están en la isla. Nuevas caras, nuevas vueltas de tuerca y un ritmo que no deja respirar. Lost es de lo más interesante que se puede ver en televisión.

3. Dexter (Fox) Dejando el morbo a un lado, este policíaco donde un técnico de laboratorio de Miami es también un asesino serial de malos , es una de las propuestas más seductoras (y perturbadoras) de la televisión actual. De impecable manufactura y actuación, los capítulos de Dexter van gradualmente amontonando la tensión, mientras se toman la molestia de dar dimensión humana y estilo sublimado a su descabellada premisa.

4. MI-5 (BBC Entertainment) Aunque el canal debutó en la segunda mitad del año, y su transmisión es diferida, esta importación británica es la más impactante serie de espionaje y terrorismo jamás realizada. Sin concesiones para sus personajes (a cada rato cae alguno víctima de las circunstancias), o a las limitaciones del medio. Y a pesar de no ofrecer versión subtitulada, sus capítulos nos dejan tan sacudidos como cualquier noticiero en otoño del 2001.

5. Punto de Partida (Televisa 2) El programa periodístico de Denise Maerker no sólo es la hora más condensada, inteligente y seria de la televisión mexicana, sino también la oportunidad para asomarnos, sin miedo, y suspendiendo permanentemente el asombro, a noticias que suelen untarse por encimita sobre la prensa escrita (y la televisiva). Imprescindible.

6. Alice (HBO) La segunda serie brasileña para HBO se olvida de las premisas extremas que suele frecuentar el canal, y se centra en la pequeña Alice, una guía de turistas, que abandona pueblo y novio para descubrir Sao Paulo, mientras se descubre a sí misma. Poética, entrañable, sensual y divertida, Alice nos invita a compartir la noche con sus habitantes y pasarla bien.

7. Life (AXN) Como Charlie Crews, un policía acusado injustamente que pasa doce años en prisión antes de ser revindicado, Damian Lewis no sólo sale del anonimato de una larga carrera en el cine serie-B, sino nos regala uno de los personajes más fascinantes del año. Sarah Shahi complementa como su pareja investigadora de homicidios. Buenos guiones, buena química, y una premisa fresca, convirtieron la primera temporada de Life en una obligación los miércoles.

8. Californication (Warner) David Duchovny parece haber encontrado un alter ego perfecto en Hank Moody, un escritor simultáneamente en crisis literaria y de la mediana edad. Esta serie irreverente, candente, ingeniosa y vulgar por igual, fue no sólo una de las comedias más hilarantes del año, sino una de las más entrañables y conmovedoras.

9. Los Simuladores (Sony) La primera coproducción mexicana de Sony es casi una franquicia. Iniciada en Argentina Damián Szifron, pasa luego por España con gran éxito, antes de llegar a esta versión mexicana, adaptada a la perfección para que Tony Dalton, Arath de la Torre y su equipo de simuladores, brillen resolviendo los problemas más típicos de la vida contemporánea nacional, con ingenio, gran sentido del humor, y guiones de sobrada eficacia.

10. In Treatment (HBO) La versión estadounidense de una popular serie israelí, es revolucionaria de principio. Un terapeuta cuyo consultorio visitamos una hora cada día, para ver a su paciente de los lunes, de los martes, etc. Gabriel Byrne encuentra el papel de su carrera, mientras sus pacientes nos regalan algunos de los momentos más intensos, profundos y conmovedores de la televisión en los últimos años. Merece cada una de sus nominaciones.

11. Terminator The Sarah Connor chronicles (Warner) El mayor reto de esta serie era revivir la premisa que James Cameron llevó a la apoteosis de los efectos especiales y el catastrofismo en la ciencia ficción. La sorpresa no es sólo que lo consiga con elegancia e inteligencia, sino que sea capaz de superar el asunto de máquina asesina persiguiendo a madre e hijo, para convertirlo en una red de intereses, traiciones, robots con misiones diversas, conspiraciones y demás, en pleno post septiembre 11. Una joya.

12. The Amazing Race (AXN) El mejor reality de la televisión, nos ofreció este año la competencia de estrellas. Con cambios mínimos en las reglas, y acertijos y retos cada vez más complicados, esta carrera alrededor del mundo, ganó emoción, sin envejecer ni gastar su modus operandi. No de balde su equipo pasó a recoger, como cada año, su merecido Emmy.

Menciones Honoríficas: Breaking Bad (Sony), Damages (AXN), The Wire (HBO), Dancing with the Stars (BBC Entertainment), Cane (Warner), Gossip Girl (Warner), My Boys (Sony), The Mentalist (Warner), Ramsay’s Kitchen Nightmares (BBC-E), Two and a half men (Warner), Dirty Sexy Money (AXN), Tearcer Grado (Televisa), Moonlight (Warner), Chuck (Warner), Top Chef (Sony), NFL Game Day Final (NFL Network), Rules of Engagement (Sony), Desperate Housewives (Sony), y los pininos de Milenio TV.

Lo Peor:

1. Capadocia – Paradójico que la primera entrega mexicana en HBO sea esta morbosa adaptación de Oz, que carece de toda la creatividad, y brutalidad profunda de la serie de Tom Fontana. Lo que queda es el morbo, las actuaciones y premisas forzadas y las eternas soluciones facilonas de la tele nacional.

2. El show de los sueños – Ejemplo más claro de que la piratería no lleva a nada bueno. Volarse el concepto de Dancing with the stars y luego amelcocharlo con recursos chafas sensibleros, un conductor mediocre (perdón Adal, acá no pintas), y cantantes segundones buscando tiempo triple A para revivir sus carreras.

3. La cobertura olímpica – Desde el parloteo insufrible de los conductores durante la deslumbrante inauguración, hasta una transmisión errática, caprichosa y repetitiva, que nunca dio seguimiento a las disciplinas, y pareció funcionar en relación a lo que hacían nuestros atletas (con resultados conocidos), y los sobrecargados programas nocturnos de resumen . Un desperdicio.

4. Héroes – Tim Kring pasó de héroe a villano cuando lobotomizó el IQ de su serie forzando nuevos personajes a los que luego pasó a despachar sin mayor trámite. Confusa, llena de contradicciones y agujeros lógicos.

5. La huelga de escritores en EU – Tendrán los señores todo el derecho de revindicar sus condiciones laborales, pero las largas negociaciones quebraron los arcos narrativos de casi todas las series regulares, con temporadas cortas o fragmentadas y finales precipitados. Al final consiguieron lo suyo, mientras el revoltijo se llevó a candidatos meritorios (Moonlight, Cane), dejando que refritos anodinos(Private Practice, Lipstick Jungle) se renovaran por pura inercia.

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