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Los bosques están a la cabeza entre acuerdos para la COP 21

México, como otros países con alta biodiversidad, está poniendo el ejemplo en Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques.

Mientras temas como energía y transporte se encuentran atorados en las negociaciones sobre cambio climático, el sector forestal y los cambios de uso de suelo están por delante de las iniciativas y poniendo el ejemplo, aseguró Iván Zuñiga, coordinador de Política Pública del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

Esto después de que se diera a conocer que durante la reunión intermedia que se celebró en Bonn, Alemania, previa a la COP 21 el próximo diciembre en París y en la que participan países como EU, Alemania, Francia, Reino Unido, Japón, Canadá e Italia (líderes del G-7), ocurrió un acuerdo inesperado en el tema de REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques).

En entrevista, Zúñiga explicó que el alcance de este sorpresivo acuerdo es un paso muy importante, porque las negociaciones climáticas internacionales están muy atoradas. En Cancún fue el último año en que se vio un avance fuerte, el tema REDD es uno de los únicos puntos en los que las convenciones han podido avanzar, por lo menos en algo nos estamos poniendo de acuerdo , dijo con respecto a los tres puntos (Salvaguarda, Cobeneficios y Acercamientos basados no sólo en el mercado).

A pesar de que se esperan pocos avances hacia la COP 21 y de que las negociaciones en términos de bosques y cambios de uso de suelo son sólo un paso -pues falta aún la implementación-, Zúñiga asegura que es un logro que involucra a los países pequeños.

Lo que surgió el día de hoy en esta reunión internacional es el acuerdo entre todas las partes sobre los últimos tres puntos que estaban en discusión para poner en marcha un mecanismo internacional REDD .

Esto es importante y decisivo a nivel mundial, pero sobre todo para las naciones subdesarrolladas que requieren del apoyo de otras naciones dijo el entrevistado.

México se anticipa

El especialista destacó que los países con gran biodiversidad están poniendo el ejemplo en esta materia; México, por ejemplo, lleva más de cinco años implementando REDD, con políticas de Estado y programas especiales a cargo de la Comisión Nacional Forestal .

Explicó que nuestro país ha invertido cerca de 850 millones de pesos en detener la deforestación y la degradación con mecanismos REDD, con prioridad en tres regiones: las cuencas costeras de Jalisco, la Selva Lacandona de Chiapas y la Península de Yucatán.

Se han logrado las primeras experiencias de coordinación interinstitucional, para conseguir un desarrollo rural sostenible. También se ha visto cómo lograr que las comunidades tengan más capacidades para planear el uso de sus territorios, de ahí que gran parte del presupuesto mencionado se haya destinado a generar ordenamientos territoriales, reglamentos internos y planes de manejo, como fuente de recursos .

Zúñiga aseguró que en este tema, México es líder a nivel mundial junto con Brasil e Indonesia, REDD a veces no sabe por dónde ir en otros países, aquí estamos poniendo experiencia, ejemplos y probando que es posible implementar estos mecanismos y en un futuro controlar este tipo de emisiones a nivel mundial, tal es así que en este momento México está negociando con el Forest Carbon Partnership Facility, un monto de 60 millones de dólares para implementar una siguiente fase del mecanismo REDD , dijo.

Tres puntos de acuerdo

Salvaguardas, Se trata de proteger. Por ejemplo: que los pobladores de las regiones no sufran impactos negativos por la implementación de este mecanismo, o defender que el carbono que está en los bosques realmente se quede ahí por suficiente tiempo y considerarlo como emisiones evitadas.

Cobeneficios. También podrían llamarse beneficios no carbono, tales como empleos para las personas que ahí habitan, mejoras en la biodiversidad, mejoras en servicios hidrológicos.

Acercamientos basados no sólo en el mercado. Se puede implementar REDD como una política de Estado en lugar de ser un mecanismo simple de mercado, con ello, que los países reciban recursos internacionales, sin necesidad de sacar bonos o certificados de carbono.

nelly.toche@eleconomista.mx

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