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Los “lomitos” en riesgo: Entendiendo la crueldad animal y sus consecuencias
Los recientes casos virales de crueldad animal han visibilizado la violencia a la que se enfrentan los animales en las calles y hogares del país. La fuerte indignación social se ha movilizado en busca de promover el bienestar animal y prevenir que el caso de “Scooby” se repita.
Las notas sobre casos de crueldad animal son inescapables. La historia más sonada estos últimos meses ha sido la de “Scooby”, el perro que perdió su vida al ser cruelmente lanzado a un balde de aceite caliente por Sergio “N” en Tecamac, Edomex. Sergio “N”, quien era elemento de la Secretaria de Seguridad Ciudadana fue vinculado a proceso con prisión preventiva el 31 de mayo tras indignación ciudadana en redes sociales.
A este caso le siguen más historias de crueldad. Como el caso de una mujer en Puebla que torturó, colgó y asesinó a un perro adoptado de nombre Huellitas para subirlo a redes sociales el 15 de junio. El niño de 12 años que violó a una perrita en Atlixco a finales de junio, y recientemente el 21 de julio, el Día Internacional del Perro, el perro de nombre “Zeus” fue asesinado con arma de fuego al defender a su dueño de un asalto en la alcaldía Cuauhtémoc. Gracias a la difusión del video en redes sociales, el asesino Edgar “N” ya fue vinculado a proceso con prisión preventiva.
Casos de crueldad animal lamentablemente no son novedad, y según datos de la organizacion para la defensa de los derechos de animales en Latinoamerica, Anima Naturalis, “México ocupa el primer lugar en Latinoamérica en maltrato animal y el tercero a nivel mundial”.
El 21 de julio, casi dos meses después del visible caso de Scooby, la indignacion ciudadana llego al Congreso de la Ciudad de México, donde se aprobó una reforma que declara que los “delitos en materia de maltrato y crueldad animal sean perseguidos de forma oficiosa”, marcando un paso adelante en la lucha a favor de la protección animal en la CDMX.
Poco a poco el país ha avanzado, creando sistemas de protección y legislaciones que castigan a aquellas personas que cometen actos de crueldad en contra de los animales. En el 2001, se creó la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México (PAOT), un organismo público descentralizado que, a pesar del nombre, su agenda de trabajo incluye atender denuncias de maltrato animal. Hoy en día ya existen 21 procuradurías ambientales en el país.
“Es un tema que paulatinamente tratamos de incorporar en nuestras agendas de trabajo”, dijo Miguel Angel Cancino Aguilar, ex procurador de la PAOT. Durante su gestión como procurador del 2011 al 2019, se logró la regulación de los perros y gatos exhibidos para venta en las tiendas de +KOTA con la ayuda de expertos de la UNAM y una red de alrededor de 21 procuradurías.
Ante casos de maltrato, el organismo interviene para extraer a los animales de las situaciones de violencia. En el 2005, se creó la Brigada de Vigilancia Animal (BVA) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), la cual hoy tiene 79 elementos que tienen como función “prevenir el maltrato animal, rescate y cuidado, mediante un trabajo permanente atiende denuncias de maltrato hacía los animales”.
En lo que lleva del año, la PAOT de la CDMX ha recibido 2,169 denuncias de maltrato animal, acercándose al total de denuncias del 2022 con 3,679 denuncias, aunque ha habido una disminución en denuncias a comparación de las 5,541 denuncias registradas en el 2021.
A parte de estas instituciones, la CDMX tiene legislaciones que estipulan consecuencias legales para aquellas personas que cometan actos de crueldad animal. Legalmente, la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal decreta en el artículo 4 que la crueldad es aquel “acto de brutalidad sádico o zoofílico contra cualquier animal, ya sea por acción directa o por negligencia”.
“Cuando generas maltrato animal y el animal no muere, la pena máxima pueden ser tres años de cárcel y si son tres años de cárcel, la persona puede seguir el proceso en libertad y puede también conmutar su pena”, dijo Cancino Aguilar. “Cuando el animal muere, que es el caso de Scooby en el Estado de México, la pena llega a seis años, cosa que para mí en ese caso es muy poca la sanción”.
La ley sigue en proceso de actualizarse, avanzando iniciativas para institucionalizar el bienestar animal. “En la Ciudad de México están queriendo incorporar una nueva generación de normatividad en materia de bienestar animal donde incluye no sólo temas culturales, sino temas de obligaciones para los posesionarios”, dijo Cancino Aguilar, “se habla de las obligaciones que tenemos las personas, no solo con nuestras mascotas, sino en general con los animales como seres sintientes”.
Es una realidad que la crueldad animal existe dentro de un espectro, no siempre siendo la violencia extrema en contra de un perrito, si no también la negligencia y olvido de responsabilidades como propietarios.
La violencia no solo son golpes, “también puede ser que tu castigo o tu forma de ponerle los límites sea muy intensa”, dijo la etóloga Naixe Santoscoy Arias quien es experta en conducta canina. “También obviamente una forma de violencia, sería no cumplir los requerimientos de su raza”, como no darles suficiente ejercicio a razas activas o dejar que los perros ladren.
Sociedad Civil al rescate de los sobrevivientes
A falta de infraestructura y recursos gubernamentales para tratar todos los casos de sobrevivientes, los que toman el liderazgo para rehabilitar a animales víctimas de violencia y crueldad son miembros de la sociedad civil. La rescatista de perros Maribel Morales siempre le ha tenido cariño a los animales y canalizó este amor al abrir el albergue Huellitas Amecameca A.C en el Estado de México hace aproximadamente diez años. El albergue toma la responsabilidad de sanar y rehabilitar emocionalmente a los perros, y físicamente junto con veterinarios.
“Me dedico a cambiar destinos de perritos en situación de maltrato y abandono,” dijo Morales quien ahora hospeda 350 animales, de los cuales 300 son perros rescatados en su albergue. Huellitas tiene 80 cabañas y espacio al aire libre para que los animales puedan dormir y jugar libremente durante su estancia en el albergue. El albergue busca encontrarles hogar a los perros por medio de adopción, aunque esto no siempre se logra.
Los perros llegan al albergue por medio de gente que rescata perros abandonados en la zona, o por denuncias ciudadanas que alertan al equipo sobre situaciones de maltrato para que intervengan con ayuda de la PAOT. Cada caso es único y muchas veces los perros son abandonados en las instalaciones de Huellitas.
Según datos del Índice de las Mascotas Sin Hogar del INEGI, de los 23 millones de perros y gatos que existen en el país, solo el 30% tienen hogar permanente. Los animales de compañía en situación de calle son los más vulnerables a sufrir maltrato, y los albergues como Huellitas buscan reubicar a los animales por medio de adopción, pero esto no siempre se logra.
Emprendimientos como estos no son baratos, y Morales, quien tiene un trabajo aparte de administrar el albergue, reconoce la dificultad económica de mantener instituciones como esta. Aunque cada albergue tiene gastos distintos, desde gastos en alimento, sueldos para cuidadores y gastos veterinarios, cuesta alrededor de $100 mil pesos al mes mantener las puertas de Huellitas abiertas. Aunque Morales invierte ingresos propios al albergue, la institución depende de donaciones y fondos recaudados vendiendo bisutería en bazares.
Según Morales, no existe un sistema de ayuda económica para albergues como Huellitas Amecameca A.C pero el mejor apoyo gubernamental sería implementar “penas severas” para aquellos que violenten animales. Morales agregó, “si el mismo gobierno los deja salir con una pequeña multa o te dicen no hay evidencia y aunque lleves al perro ya muerto, pues la gente se va a seguir haciendo de las suyas”.
Más allá de acciones correctivas, existe la necesidad de prevenir la crueldad y una manera de hacer esto es entender el perfil de las personas que cometen maltrato hacia los animales e intervenir antes de que se cometan los actos.
“Hoy se sabe que las personas que son violentas con los animales tienen mayor predisposición de ser violentos con seres humanos”, dijo la doctora Mariana Berlanga Zamarrón quien tiene 15 años de experiencia como psiquiatra.
Usualmente las personas con tendencia a cometer violencia contra animales crecieron en un ambiente donde fueron víctimas o testigos de violencia, y pueden llegar a desarrollar características en común como: falta de empatía, tendencias antisociales, maquiavelismo (tendencia a la manipulación), antecedentes de cometer bullying, desregulación emocional e impulsividad.
“Los actos impulsivos tienen que ver con trastornos de personalidad que se asocian con desregulación emocional”, agregó la doctora Berlanga. Es importante diferenciar entre aquellos sujetos que cometen violencia por placer y los que maltratan animales como reacción impulsiva, aunque ambos comparten rasgos similares.
Las redes sociales al frente del cambio
Los expertos coinciden que ha habido un avance cultural en cuanto a los animales en México. “Se ve que se suma más gente,” dijo Maribel Morales, “ya está cambiando porque porque se hacen más virales los videos de la tortura, entonces a la gente ya le empieza a doler.”
Esto es evidente con la marcha del 25 de junio en la CDMX, donde se reunieron más de 60 mil personas en la marcha ciudadana por los derechos de los animales, promoviendo el bienestar animal, el mismo mes que se registró el caso de Scooby. Esta gran red de apoyo no se veía mobilizada antes, señaló el exprocurador Cancino Aguilar.
La gran visibilidad que se genera con este cambio cultural ha impulsado un avance legislativo y el seguimiento judicial a los casos de crueldad. “Cuando [un caso] se viraliza, las redes sociales te apoyan al mil y las autoridades te hacen caso”, dijo Morales.
Cada vez son menos los mexicanos que cierran los ojos y le dan la espalda a la evidente crueldad animal en el pais, y aunque los avances son prometedores, existe la necesidad más que nunca de seguir abogando por los fieles “lomitos”.
Si reconoces a alguien con las características del perfil psicológico de maltrato animal que creció en un ambiente violento, o te sientes identificado, acude a profesionales de la salud mental.
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
Tel: CDMX: 55-4160-5372 Int. República: 55-4160-3282
Correo Electrónico: telemed.inprfm@gmail.com
Si reconoces situaciones de crueldad o negligencia animal acude a las instituciones de protección animal. Puedes presentar denuncias por medio de los siguientes contactos:
PAOT:
Internet: https://paot.org.mx/denunciantes/denunciantes.php
Tel: 5-5265-0780 (Opción *) de lunes a jueves de 9 a 18 horas y los viernes de 9 a 15 horas o a las extensiones: 15430, 15440, 15450 y 15410.
Aplicación: App PAOT disponible para iOS y Android
Personal: Acude a las oficinas en Medellín 202, planta baja, colonia Roma, Alcaldía Cuauhtémoc, de lunes a jueves de 9 a 18 horas y los viernes de 9 a 15 horas.
Brigada de Vigilancia Animal:
Tel: Unidad de Contacto del Secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) al número 55-5208-9898
Correo Electrónico: ucontacto@ssc.cdmx.gob.mx
X (Twitter): Denuncia a @UCS_GCDMX y @SSC_CDMX