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Arte e Ideas

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Louise Rouzaud o cómo vivir un duelo haciendo arte

“El duelo es un reto universal”, reflexiona Joséphine Dorr, curadora de “La despedida”, primera muestra individual de la artista francesa Louise Rouzaud, que se presenta en el espacio Laguna y aborda una manera de convertir el dolor por una pérdida personal en un proceso de sanación.

Louise Rouzaud expone en la Laguna "La despedida". Foto EE: Ricardo Quiroga

Louise Rouzaud expone en la Laguna "La despedida". Foto EE: Ricardo Quiroga

¿Cuánto dura un duelo? ¿Son los acuerdos sociales de la temporalidad una ley universal sobre la sanación de un duelo? ¿Qué nos queda en ese mismo lugar donde se nos ha hecho un vacío? ¿Cómo llenar esos vacíos y evitar que aquello que sustituye una pérdida sea una daga que nos haga sangrar a la menor provocación?

De esto va la exposición “La despedida” que la ceramista, artista visual y arquitecta francesa residida en México Louise Rouzaud presenta en el espacio Laguna, en la colonia Doctores de Ciudad de México, bajo la curaduría de Joséphine Dorr, fundadora y directora de Onda Mx.

“Louise es arquitecta y vive en México desde 2017. Tiene una práctica artística desde hace años, pero es la primera vez que expone su trabajo de manera individual. Es un trabajo sobre el duelo, particularmente el duelo de su padre”, comparte la curadora.

“La exposición tiene un trasfondo muy personal. Ahora, el duelo es un fenómeno que nos toca vivir a todas las personas en algún momento, ya sea por la pérdida de alguna persona, por el rompimiento de alguna relación o por el distanciamiento de algún lugar o la pérdida de un espacio personal. El duelo es un fenómeno con el que toda la gente puede conectar. El duelo es un reto universal”.

La exposición está integrada por 24 piezas que van de 2017 a 2024, entre dibujos en tinta y acuarela sobre papel, ensambles de madera y placas de cerámica, objetos únicos de cerámica de alta temperatura e instalaciones que penden de hilos

“Muchas de las placas exhibidas tienen ya muchos años acompañando a Louise en todos sus hogares en México. Su padre también era ceramista y hacía objetos con placas. Entonces, las placas de Louise son también una especie proceso metafórico, el de estar cargando algo durante años y luego de resginificarlo”, explica la curadora.

Aunque se trata de 24 piezas, se presenta como una sola a un conjunto de dibujos que datan de 2017 hasta algunos de reciente creación. Cada uno de ellos propone una noción totémica, como si se tratara de criptogramas y, al mismo tiempo, una evocación de creación simbólica automática, como sucede a menudo en la infancia.

Hay piezas tan sencillas como poderosas en su mensaje. Por ejemplo, una placa de cerámica cuadrada, como si se tratara de una baldosa, pero quebrada prácticamente por la mitad, en una ligera diagonal. Su nombre es “Sin título III”, pero sugiere un rompimiento emocional en el que se basa un duelo y la oportunidad de la resiliencia para cicatrizar esa herida.

Surcar un duelo con arte

“Para la curaduría fue importante dejar las piezas elevadas, porque es dotarlas de un valor hasta místico. La artista de alguna manera está lista para despedirse de las piezas, particularmente de las placas de cerámica que cargó durante años. Es una manera de despedirse de emociones y de patrones generados por la pérdida de su padre a temprana edad. Entonces, el hecho de ponerlas elevadas les da una especie de ligereza, esa disposición de transmutar, para que la artista también pueda ganar en ligereza”, comenta Dorr.

Una de las obras colocadas en la pared lleva por nombre “Bouquets” (2024). Se trata de una fotografía del padre de la artista, de pelo largo, recargado sobre una rodilla en el que parece un paseo por el campo. La imagen está protegida por un acrílico que a su vez se sostiene con cordones soutache atados a un marco de madera y bambú. En la parte baja del marco, la artista dibujó un par de dagas en color negro, las mismas que se repiten en un cuarteto de piezas de cerámica negra, donde la daga es el símbolo central.

“La serie de piezas me evocan a una especie de arquitectura sagrada, hay algo de templo en la sala. Hay muchos símbolos por todos lados, algunos pueden ser más universales o incluso más primitivos, mientras que otros son de una mitología personal, como las llaves, la chuchilla o el agua de las piezas de barro. Lo interesante de la composición es ese vaivén de fragmentos arquitectónicos. Las cuchillas son un símbolo íntimo para Louise, su padre le regaló una cuando era pequeña y, al mismo tiempo, es un objeto versátil que protege y a la vez puede herir”, complementa.

No es una casualidad que haya piezas que lleven por nombre “Templo interno” (2024) u “Hogar” (2022). Al fondo, hay una placa en color negro que lleva grabado un texto que dice “Porque te fuiste, gracias”.

Frente a esta obra y junto a las cerámicas con símbolos de dagas, hay otra pieza construida de manera piramidal, con tres bastones de madera de cuyo ápice pende un objeto de cerámica. Lleva por nombre “Si no te despides” (2024) y será quemada la noche de este sábado 4 de mayo en una ceremonia de desprendimiento.

La despedida

Luise Rouzaud

Laguna

Del 1 al 5 de mayo

Dr. Lucio 181, colonia Doctores

Entrada libre

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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