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Mujeres poblanas voladoras
Como parte de los Voladores Sangre Nueva de Xochiapulco, buscan fomentar en los niños y niñas el encontrar su don; tener más voladores en el futuro, y no perder la tradición ancestral con la que se le danza al sol como agradecimiento por las cosechas.
Vestidas con el tradicional pantalón, pero con una falda tableada encima y con penachos con velo, Joselyn, Karina, Ignacia y Modesta llamaron la atención del público en Cumbre Tajín por ser voladoras y descender desde las alturas.
Ellas forman parte de la escuela Voladores Sangre Nueva de Xochiapulco, de Puebla, y fueron invitadas a participar en la edición número 16 de la Cumbre Tajín. A diferencia de los voladores de Papantla, Veracruz, las poblanas no incursionaron en la danza al sol desde niñas sino más grandes.
Actualmente, son estudiantes o amas de casa y en sus ratos libres ensayan sus vuelos. Desde hace una década, aproximadamente, realizan esta actividad para mantener viva la tradición y para demostrar que no sólo los hombres son los que pueden y deben volar.
No es algo indebido o prohibido; las mujeres tenemos la libertad de expresarnos y yo tengo en comunión con los voladores más de 10 años, y llegó el momento que se dio que iba a volar , contó Romero.
Para los totonacas, cada quien tiene un don y una habilidad. Por eso no todos los niños, aunque tengan ganas, pueden ser voladores; sin embargo, estas voladoras comentaron que ellas encontraron en esta actividad su don y por eso decidieron, y están orgullosas, de ser voladoras, lo que han incluido en su forma de vivir.
Como parte de los Voladores Sangre Nueva de Xochiapulco, buscan fomentar en los niños y niñas el encontrar su don; tener más voladores en el futuro, y no perder la tradición ancestral con la que se le danza al sol como agradecimiento por las cosechas.