Música para amplificar el activismo feminista en el espacio público

Dice el dicho popular que “quien canta, su mal espanta”. Y qué mejor que cantar en los más grandes escenarios, los de las calles y el espacio público, aquellos donde el canto se dispersa, para agrado de algunas personas y la incomodidad de otras, y también hace de las luchas contra esos males una causa articulada.

Es a partir de ese refrán popular que Casa del Lago, así como ha hecho la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, pone énfasis en las luchas por la equidad de género, el rompimiento de los techos de cristal en el arte, el coleccionismo, la edición y todos los campos relativos, pero también en lo que emana necesariamente desde la calle, la música, los versos que facilitan y potencian una voz común para pronunciarse, cuantas veces sea necesario, en el escenario público.

De ahí que Casa del Lago actualmente llame a participar en la segunda edición del Concurso de Canción Feminista, cuya convocatoria está abierta hasta el 19 de marzo, dirigida a mujeres feministas y personas feministas con identidades sexo-género disidentes, sean mexicanas o extranjeras. De estas propuestas se hará una selección de propuestas para presentarse en una final el 13 de mayo en el foro al aire libre de este recinto y, entre otros premios, la pieza que resulte ganadora se incorporará a la programación de Radio UNAM y Violeta Radio.

En la primera edición, organizada el año pasado, comparte Cinthya García Leyva, directora de Casa del Lago, se recibieron alrededor de 50 trabajos, entre los que resultó ganadora la cantante coahuilense María Lazfer por el tema “Que retiemble con fuerza”.

Pero este concurso tiene un origen en las luchas feministas de otras generaciones que le confiere un valor especial. García Leyva lo relata.

Un cartel de los ochenta

La iniciativa del Concurso de Canción Feminista tuvo su origen en la exposición “¡En la calle y en la historia! 40 años de lucha feminista mexicana”, que se presentó en Casa del Lago durante la primera mitad de 2022, curada por la artista, activista e investigadora feminista Julia Antivilo. La exposición se construyó principalmente a partir de dos archivos feministas en México, el de la editora y fotógrafa Ana Victoria Jiménez y el de la colectiva Producciones y Milagros Agrupación Feminista.

Esta muestra, añade García Leyva, “mostraba de qué manera las luchas feministas se han articulado especialmente en la calle, es decir, cómo se ven y a qué suenan las protestas, qué tipo de organizaciones nacionales e internacionales se generaron a partir de estos grupos que salieron a las calles para hacer activismo sobre los diversos problemas que se están atendiendo desde las luchas feministas: igualdad de género, inequidad laboral, desde luego violencia de género y personas desaparecidas. En esta exposición había un cartel que convocaba a un Primer Concurso de Canción Feminista, en los años 80, sin mucha claridad de qué pasó, quién ganó o quiénes se presentaron. Pero, sin duda, era un hallazgo interesante”.

A partir de este hallazgo, la curaduría de la exposición y la dirección de esta institución universitaria resolvieron que era oportuno retomar la iniciativa, como parte del programa paralelo a la exposición, pero también con total congruencia con el momento, señala, con una lucha feminista estallando por todos lados en México.

“Queríamos retomar esa idea de los años 80 y dejar en claro que lamentablemente no nos hemos movido mucho después de tantas décadas, que estamos todavía trabajando por esas voces necesarias de visibilizar, que estas luchas siguen al pie del cañón, porque hay muchísimas exigencias que no han sido resueltas a nivel estatal y nacional”.

Dar micrófono a las luchas

El confinamiento por la pandemia a partir del 2020 indudablemente fue un golpe para las luchas feministas. La dura situación sanitaria arrebató la calle a las voces cuyo reclamo era impostergable. Y el espacio doméstico, el supuesto resguardo ante una amenaza invisible, tampoco fue un lugar seguro para las mujeres.

“Entonces salió a la luz tanta necesidad de no abandonar la lucha, de no romper los vínculos intergeneracionales, eso que hicieron las activistas hace 40 años y que hoy ilumina lo que hacen mujeres más jóvenes. Por esta vinculación, hoy hay muchas revisiones de orden estructural de cómo funciona la burocracia y las instituciones en México que no pueden renovarse si no se hace desde una mirada de interluchas”.

Reitera que “si no se trabaja desde la mirada horizontal, transversal, transdisciplinaria, donde todas las partes vamos cobrando una responsabilidad, es muy riesgoso que una denuncia se pierda en el mar de necesidades públicas”. De ahí la importancia de recuperar foros de denuncia artística, como la música, en este caso, con el Concurso de Canción Feminista.

“Hemos recibido propuestas de todos lados, de todo tipo de géneros: hip-hop, jazz, pop, folk. Es el crisol de las luchas que ahí se manifiestan, porque la canción sirve como un espejo de las potencias políticas y, sobre todo, de los reclamos no atendidos. Es demoledor leer y escuchar a todas las mujeres que desde sus contextos están viviendo violencias a muy distintos niveles. Por eso nos interesa hacer una antología de este crisol para mostrar la diversidad de planteamientos”, concluye García Leyva.

Recuperar la memoria del feminismo

Sobre el cartel detonante de la iniciativa, aquel de los años 80, amplía la directora del recinto, se está trabajando en coordinación con la Cátedra Rosario Castellanos de Arte y Género para rastrear el origen y recuperar todo lo posible del contexto en el que se gestó este concurso cuatro décadas atrás.

Bases esenciales de la convocatoria:

• El tema debe ser inédito y comprobarse con su registro ante el Indautor o la institución homóloga en otro país
• La duración del tema deberá ser mayor a dos minutos y de no más de siete
• La pieza deberá entregarse en formato mp3
• Fecha máxima de entrega: 19 de marzo
• Es necesario realizar un registro previo indicando título de la canción, nombre artístico, país y ciudad de origen, entre otros.

Conozca todos los detalles en el siguiente link. 

ricardo.quiroga@eleconomista.mx