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NOM´s de salud deben mejorarse, no desaparecerlas, opina la comunidad médica

El 30 de junio vence el plazo para presentar inconformidades que puedan revertir su desaparición; los médicos están preocupados porque “Esto es lo que da certeza y garantía a un paciente para su atención, ahora no habrá un marco legal para poder exigir cuando haya sido atendido con negligencia, porque desaparece la obligatoriedad de ciertos elementos del abordaje, atención y tratamiento”, opina el doctor Jaime Edelson, presidente ejecutivo de la Fundación de la Asociación Dental Mexicana

Foto: Especial

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El primero de junio la Secretaría de Salud presentó una solicitud para cancelar 35 Normas Oficiales Mexicanas (NOM) vigentes en materia de salud, esto sin presentar el estudio que exige la Ley para justificar su cancelación y sin el plazo de cinco años para su revisión. Este proceso abarca enfermedades como diabetes, obesidad, cáncer de mama, cervicouterino, próstata, cólera, enfermedades epidemiológicas, lactancia, salud materna, bucal, entre otras.

Ante este hecho la comunidad médica se ha manifestado y convoca para que la ciudadanía también lo haga. En días pasados alrededor de 50 asociaciones médicas publicaron un comunicado explicando las razones de por qué este hecho atenta contra el derecho a la salud. El doctor Jaime Edelson, presidente ejecutivo de la Fundación de la Asociación Dental Mexicana, explica a través de El Economista dichas razones.

¿Por qué estamos tan preocupados los médicos? “Porque esto es lo que da certeza y garantía a un paciente para su atención, ahora no habrá un marco legal para poder exigir cuando haya sido atendido con negligencia, porque desaparece la obligatoriedad de ciertos elementos del abordaje, atención y tratamiento”.

Explica que las normas oficiales mexicanas son las que durante tres décadas han garantizado un nivel mínimo de atención y calidad en salud de manera general, estas obligan a las clínicas públicas, a los médicos privados, y hospitales de toda índole, a tener un estándar de calidad que debe recibir un paciente. “Temas como barreras de protección, esterilización de los instrumentos, procedimientos obligatorios, tiempos, entre otros aspectos, se ponen en riesgo”.

Dijo que desaparecerlas de un plumazo es poner en riesgo la salud de millones de mexicanos, principalmente aquellos que menos tienen, porque al desaparecer la norma desaparece la obligación del Estado por escrito. “Al no haber obligatoriedad, por ejemplo, de medicamentos, ya no van a faltar, entonces se acabó el problema de desabasto para tantas cosas, simplemente eliminando la Norma”.

Otros ejemplos, si una clínica tenía un aparato para hacer mastografías y se descompone, como ya no tiene la obligación de tenerla, puede ya no repararla y dar el servicio, en el caso de la salud bucal, ya no habría vigilancia epidemiológica, por lo tanto, ya no hay enfermedad y se acabó el problema. Gracias a la norma oficial que habla sobre las picaduras de alacrán, es que en los estados donde esto sucede más como Durango o Guanajuato, ya no hay muertes, porque la norma obliga a tener un mínimo de sueros para atender la picadura, al desaparecer la norma ya no hay obligatoriedad, ya será la suerte del paciente si muere o no, “eso es un retroceso”.

Argumentos para desaparecerlas

El proceso de las NOMs surgió a partir del Tratado de Libre comercio, en 1994, esto ayudó para tener un estándar y parámetros de calidad. Hoy se argumenta que muchas no se cumplen, y efectivamente hay gente que no las cumple, “pero tenemos órganos como la Cofepris o Secretaría de Salud para exigir que se cumpla la Norma, con su desaparición pacientes y médicos pierden un piso mínimo”, explica el especialista.

Otro elemento se da bajo el pretexto de que algunas obedecen a la industria farmacéutica, lo cual no ha sido probado ni sustentado, “las autoridades no han presentado evidencia”.

La medicina reconoce que todo es perfectible, pero había un mecanismo para que cada cinco años se pudiera hacer una revisión. Por ejemplo “para crear la segunda versión de la NOM 013SSA02 para la prevención de enfermedades bucales tardamos cinco años en ponemos de acuerdo 57 instituciones que a su vez representaban decenas o centenas de instituciones. Al llegar el 2020 hubo dos razones por las que no se hizo la revisión nuevamente, una por la pandemia y otra porque desde que entró esta administración se disolvió el Comité Nacional de Salud Bucal, donde estaban representadas todas las instituciones públicas de salud y este es el que debió haber llamado a que se revisarán, sin comité no hay quien convoque y no se revisan, pero ahora se cancela diciendo que no sirve”.

Aunque las autoridades han asegurado que se harán nuevas, desde el punto de vista del especialista no hay necesidad de cancelar las anteriores, “en mi opinión no hay una razón lógica ni sensata de desaparecerlas, son perfectibles, pero no ´desaparecibles´. Si hacer una norma tarda alrededor de cinco años y a este gobierno le queda uno, no la van a terminar, además si se convocara para hacer una nueva, sería muy parecida a la actual, porque estas hablan de lo mínimo necesario para la atención. Las normas deben mejorarse, no desaparecerlas”.

Se habla también de repeticiones, el especialista explica que no es que estén repetidas, pero algunas se entrelazan porque las mismas enfermedades se cruzan, “se trabajó de esa forma para que no se contrapongan una con otra. Se hicieron con todo cuidado para que exista coherencia entre todas, es un gran trabajo que están tirando a la basura”.

Ahora se tiene hasta el 30 de junio para inconformarse. “Estamos invitando a la comunidad médica y a la población en general, para buscar a nuestros legisladores, es el momento de hablar con ellos y pedirles que nos cumplan como representantes, que eviten que suceda este atropello, podemos escribir al mismo Presidente, a la Organización Panamericana de la Salud a la Organización Mundial de la Salud, “nosotros hemos generado cientos de cartas porque además vivimos en una comunidad global y estamos ligados a las normas internacionales”.

Concluye que podrán venir una lluvia de amparos, pero para una persona que tiene cáncer y que no tiene los recursos, para alguien que acude a un consultorio a atenderse, sea público o privado, se debe tener una cierta tranquilidad de que está siendo atendido bajo normas de las que los médicos “estábamos orgullosos, siempre entendidos de que podían perfeccionarse, adecuarse a los tiempos y las nuevas realidades”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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