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Arte e Ideas

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Otro gran natalicio: Adolfo Bioy Casares

En el 2014, celebraremos el centenario del nacimiento del escritor argentino. Tuve el privilegio de entrevistarlo dos años antes de su muerte. Repongo la magia de sus palabras.

Soltó contundente: Soy un hombre casi mudo. Nunca en mi vida he dado una conferencia. Soy un escritor por escrito .

¿Y qué escribe? Bioy Casares hizo acopio de fuerzas, pues en efecto las palabras le salían con enorme dificultad. Estoy escribiendo, como siempre, un cuento. Dos personas salen de un club de tenis, van en el automóvil por un bosque y uno le dice al otro: ‘el dolor es intransferible’. Cuando uno tiene tos, puede uno comunicarle a un médico qué es lo que tiene; o cuando uno tiene una hemorragia. Cuando uno tiene un dolor, el médico lo mira atentamente, después mira de lado y se distrae.

Entonces, una de esas personas es un inventor y entonces inventa algo que se parece a un manubrio de bicicleta y que es una máquina para transferir el dolor. La prueba con su médico y advierte que le está provocando dolor, incluso más del necesario, como si tuviera un placer al hacerlo. El médico se admira mucho, le dice que el invento va a ser utilísimo para diagnósticos, que va a ayudar mucho a la medicina y finalmente lo invita a un centro médico donde hay muchos médicos y de ahí nunca más sale el inventor. Alguien desde una ventana ve una caja funeraria muy modesta donde lo meten .

Y remató su cuento: Mi mente está acostumbrada a darme visiones fantásticas. Lo que he creído siempre es que a mí se me ocurren tramas y después tengo que poblarlas de personajes. Y creo que el verdadero novelista inventa los personajes primero y después les da la trama que a ellos conviene .

De las mujeres y sus amores, Bioy Casares me dijo: Tengo una vida movida. He viajado mucho, he tenido muchos amores; me han gustado mucho las mujeres, no concibo el mundo sin ellas. Me gusta todo: la cara, el cuerpo, la inteligencia, si falta algo de eso...

Uno está tan enloquecido por la belleza de la mujer que no ve su tontería. Pero en general creo que he tenido suerte de tener mujeres inteligentes y lindas .

¿Es una locura la poesía?: Cuando he escrito poesía he tenido la sensación de ejercer más intensamente la literatura. Cuando sea grande voy a escribir poesía .

El Premio Nobel que nunca llegó y su amistad con Jorge Luis Borges: A mí me gustaría que los suecos opinaran así. Opino que me lo deben de dar, pues me gustaría mucho que me lo den, pero eso no les interesa a los suecos, desgraciadamente. Harán lo que tiene que hacer. Para Borges no fue una desgracia no recibir el Nobel. Le hubiera gustado como a cualquiera le gusta, pero no se sintió entristecido. Y de su visita a Chile me hablaba mucho, le gustó y la gente le pareció afable e inteligente .

Aquella visita en tiempos del dictador Augusto Pinochet, dice la mitología, canceló que la Academia concediera a Borges el Nobel.

Bioy Casares, su gran amigo, contó: No le reprocharía ese suceso... Empezaría por reprochárselo y después de un rato de conversación me daría la razón o yo a él y no habría... Teníamos discusiones, graves discusiones, y acabábamos riendo, porque ninguno de los dos sentía la política como algo que nos perteneciera.

No hemos tenido diferencias, ni aún cuando tuvo ciertas ideas un poco extrañas. Borges ha sido un amigo íntimo, ha estado siempre a mi lado, hemos estado juntos a lo largo de la vida. Borges era persona bastante melancólica, que sufría, que tenía amores, tuvo muchos amores y sufrió por ellos y Borges se ponía a escribir conmigo después de comer y se reía a carcajadas en el mismo día que había estado con alguna tristeza por su paso por este mundo .

¿Qué le molesta más?, fue otra pregunta. Lo que me parece peor son las traiciones. Una deslealtad me parece horrible .

¿Julio Cortázar?: Nos hemos de haber visto cinco o seis veces en la vida. Sin embargo, nos considerábamos íntimos amigos. Nos pasó una cosa rara: escribimos un cuento casi idéntico. Eso lo hemos considerado como una condición sobrenatural en nuestra amistad . ¿Y la muerte?: Me parece horrible. Si me trajeran un contrato para vivir 1,000 años, lo firmaría e inmediatamente preguntaría: ¿por qué sólo 1,000 años? . Lector: Feliz 2014.

eduardo.cruz@eleconomista.mx

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