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Oxkintok, esplendor del "barroco maya", ya sin recursos pero con Tren Maya

Acaba de iniciar el 2023 y ya no hay más presupuesto para el trabajo sobre la zona explorada de este sitio a pocos kilómetros de una estación del tren. El área habilitada es de apenas una décima parte y no tiene museo de sitio para conservar sus hallazgos.

Para llegar a la zona arqueológica de Oxkintok, a unos 50 kilómetros de Mérida, Yucatán,, es necesario cruzar por el pueblo de Maxcanú, donde el 90% de los habitantes son hablantes de maya, y después avanzar unos cuatro kilómetros hacia el Este por un pequeño camino de dos sentidos que se va reduciendo a uno solo conforme se aproxima a la zona, cada vez más tomado por la vegetación.

Lo primero que destaca antes de siquiera advertir la presencia de una zona arqueológica en forma, es que al costado derecho inmediato del camino hay un montículo cubierto de árboles y hierba que no parece propiamente un cerro sino una estructura piramidal todavía inexplorada. Y del lado izquierdo, una estructura cubierta más a la distancia, y otra detrás, y una más allá. Es una gran extensión de múltiples estructuras que permanecen tomadas por la flora.

Unos metros más adelante, despierta el asombro. Un arco de estilo Puuc recibe a los visitantes que pasan por el costado de la zona explorada. Y detrás del arco, edificios varios, cada uno aparentemente de estilos y extensiones diversas.

Esta zona arqueológica es la puerta de entrada de la Ruta Puuc, llamada así por las particularidades arquitectónicas de las ciudades que la componen, con estructuras sumamente definidas y, por supuesto, cargadas de minuciosa iconografía, con remates de grecas, coloridas decoraciones sobre estuco y mascarones en gran parte de los muros.

“(El Puuc) es una de las arquitecturas más bellas que hay en el norte de Yucatán, los arqueólogos y arquitectos decimos que es el barroco maya”, declara el arqueólogo Luis Pantoja Díaz, director del Proyecto Oxkintok, quien recibe a un grupo de periodistas y ofrece un recorrido por la zona.

“Aquí (en Oxkintok) es posible observar un mosaico de arquitecturas. Aquí se observan las diferencias entre una forma constructiva y otra, hasta llegar a la plenitud del Puuc, en el  Clásico Tardío–Terminal (600–1050 d.C), cuando Uxmal tomó el relevo como capital regional”, explica.

Sin presupuesto para un museo de sitio

En diciembre de 2022, el INAH anunció el hallazgo en Oxkintok de una escultura dual que de frente representa a un hombre de pie, desnudo, y por la parte posterior representa un falo, una imagen recurrente en el estilo Puuc. Se trata de la primera escultura dual que se ha encontrado en el sitio y está asociada con la fertilidad, no solo humana sino agrícola.

El hallazgo fue posible gracias al presupuesto inyectado por el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) que acompaña el proyecto prioritario del Tren Maya. Como esta, también se han logrado otros descubrimientos, entre entierros, cerámica y ofrendas.

Ahora mismo, la escultura dual permanece “resguardada” en una choza que funciona como bodega dentro de la zona, pero se ha anunciado que su destino es el Museo de la Ruta Puuc que se construye en Kabah como parte de Promeza. Así como éste, otros hallazgos del sitio se han tenido que llevar a diversos recintos expositivos para su resguardo y exhibición, puesto que el presupuesto en Oxkintok es insuficiente para la proyección de un museo de sitio.

El arqueólogo lamenta que en pleno tercer mes del año les han avisado que ya se terminó el presupuesto para continuar con los trabajos en esta zona arqueológica, por lo que los avances para lo que resta del 2023 serán nulos.

“Le hemos gritado al mundo que tenemos que darle auge a Oxkintok por la importancia que tiene, pero económicamente son más importantes zonas como Uxmal”, declara. “Realmente no sabemos cuánto es el recurso que nos entregan (cada año), porque eso lo maneja directamente la empresa que se encarga de este tramo del tren y no se nos informa. Nosotros presentamos un proyecto de trabajo, pero de pronto, en el inter, nos pueden decir: ‘ya, se te acabó’”.

Del total del proyecto de trabajo planeado para Oxkintok con los recursos de Promeza, hasta este mes, declara el arqueólogo, se logró únicamente el 48 por ciento. “Aquí nos quedan muchas áreas por excavar por la falta de recurso”.

El fondo económico reservado para el sitio fuera de Promeza, solamente alcanzará para la restauración y el mantenimiento, pero no hay viabilidad presupuestal para la exploración de aquellos grupos arquitectónicos aún cubiertos. Aquí hay muchos vestigios faltos de protección. El área habilitada al público, detalla el arqueólogo, es menor a la décima parte de la extensión total estimada de Oxkintok.

Carente de recursos, pero con estación

A unos 500 metros de la zona explorada y prácticamente a un costado de los vestigios aún sin explorar, se construye uno de los Centros de Atención a Visitantes (Catvis), mientras que la estación más cercana, precisamente la de Maxcanú, se ubicará a escasos 10 minutos en automóvil.

Las autoridades federales de Cultura han anunciado con esmero que con el proyecto del Tren Maya se pretende que las piezas rescatadas no salgan de los sitios de su hallazgo, para disfrute y beneficio de las comunidades herederas. Para el caso de Oxkintok, antigua capital de la región y con gran parte de sus secretos aún ocultos, al menos hasta ahora, esto no ha sido posible por la falta de recursos.

La extensión de Oxkintok

  • 500 metros cuadrados, la extensión habilitada para visita
  • 5 kilómetros a la redonda, el perímetro delimitado como área central de la zona
  • 1,000 hectáreas, la extensión delimitada por el INAH como área de reserva

Detalles de la escultura dual:

  • 1.35 metros de altura
  • 53 centímetros de altura
  • 25 centímetros de grosor
  • 150 kilogramos de peso

El origen del nombre

El topónimo de la zona no está claro ni definido. Se le bautizó como Oxkintok dada su cercanía con un rancho vecino, por lo que los habitantes de Maxcanú comenzaron a llamarlo así. Del maya, Oxkintok podría traducirse como el lugar de las tres piedras o el lugar de los tres días de quema, aunque, de manera comercial, se le refiere como “el lugar de los tres soles de pedernal”.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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