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Peligroso relacionar fentanilo ilícito con el de uso médico

No hay otro fármaco tan eficaz para suprimir dolores graves. Se usa con eficacia y de manera segura en el sector médico y es un error equipararlo con aquél que se fabrica por la vía clandestina, señala Enrique Hernández Cortez, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Anestesiología.

En México ha aumentado el debate sobre el uso del fentanilo como una de las drogas más peligrosas por su adicción y efectos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha abordado el tema en diversas ocasiones en su acostumbrada conferencia matutina. En días recientes planteó la necesidad de analizar alternativas que sustituyan el fentanilo para fines médicos por otros sedantes, lo que, según el mandatario, permitiría prohibir su importación al país.

Esto inmediatamente alertó a la comunidad médica, la cual, a través de un comunicado firmado por 60 federaciones, asociaciones y colegios médicos de todas las especialidades, señaló que sería una medida en retroceso:

"Rechazamos total y absolutamente la eliminación de fentanilo de la práctica clínica diaria, ya que este fármaco se utiliza en 95% de las cirugías en México y en todo el mundo con la finalidad de evitar o suprimir el dolor".

El doctor Enrique Hernández Cortez, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Anestesiología, explica que en el país el fentanilo se utiliza de manera regular por los anestesiólogos, intensivistas, que mantienen a los pacientes sin dolor e intubados, los algólogos (encargados del estudio y tratamiento del dolor), para enfermedades graves como cáncer con metástasis o padecimientos neurológicos, además de los neonatólogos.

“Son alrededor de siete grupos de médicos especialistas que trabajamos todos los días con fentanilo (…) dejar a toda una población sin el fármaco es retroceder muchos años en la historia del tratamiento del dolor”, señala.

Un fármaco seguro bajo control

El fentanilo cuenta con varias formulaciones y figura en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud. Pertenece a la clase de analgésicos narcóticos (opiáceos) y funciona al cambiar la manera en que el cerebro y el sistema nervioso responden al dolor. Se le considera un fármaco seguro cuando del comsumo es por corto periodo y de según las recomendaciones médicas.

El doctor Hernández recalca que hasta hoy no hay otro fármaco tan eficaz como el fentanilo. Incluso teniendo el recurso de la morfina, el fentanilo es 100 veces superior, capaz de suprimir los dolores más graves que el ser humano puede padecer y además con un costo accesible para ser utilizado en el sector público y privado.

Explica que hasta ahora en el mundo hay otros tipos de fentanilo, similares, pero que no tienen las mismas propiedades (como el sufentanil), es decir, son fármacos que se administran y se destruyen muy rápidamente, por lo que deben administrarse en forma continua, conectados a una vena para que tengan niveles y concentraciones en sangre adecuadas. Esto se utiliza comúnmente durante los procedimientos quirúrgicos, “pero hasta hoy no existe un equivalente a fentanilo con estas propiedades y que permita diversificarlo con varios fines", aclara.

De uso médico contra ilegal

Los casos más recientes de sobredosis relacionadas con el fentanilo están vinculados al fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína.

El especialista es tajante: “se trata de un mercado totalmente diferente”. Comparte que el fentanilo médico tiene aproximadamente 60 años que llegó a la práctica clínica de los anestesiólogos. En México se utiliza aproximadamente desde los 90 y “eso cambió totalmente el procedimiento de administrar anestesias, cambió la forma de trabajar".

Agrega que este opiáceo está estrictamente regulado y controlado por la Secretaría de Salud a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y es muy importante puntualizar que el fármaco que se usa en la medicina no tiene ningún punto de comparación con el que se consume de manera ilegal. Este último se fabrica en sitios totalmente clandestinos y de una forma muy primitiva. Es un “fentanilo apócrifo” que se va combinando con una serie de sustancias (cocaína, metanfetamina o heroína) que lo hacen sumamente peligroso y adictivo, pues provoca un efecto más potente e inmediato, a un costo menor.

Por su parte, el fentanilo de uso médico es un fármaco sintético, es decir, se fabrica en un laboratorio bajo condiciones estrictamente controladas. Incluso, señala, un 2% de los doctores con cédula profesional cuentan con un recetario exclusivo y controlado por la Secretaría de Salud a través de códigos de barras. "Es un fármaco puro que se usa además por especialistas altamente conocedores en el tema, lo que lo hace diametralmente diferente al ilegal".

Ante el cuestionamiento de que fentanilo de uso médico pueda llegar a ser adictivo, el especialista explica que podría ser probable, porque la farmacodependencia es una enfermedad oculta, pero en general los datos de dependencia son sumamente bajos. "Si hablamos de 100 personas, por fentanilo ilegal contra legal, podríamos hablar de 0.5 (casos de adicción). No llegamos a tener niveles significativos, aunque esto no quiere decir que estemos exentos de la farmacodependencia y que puedan ocurrir decesos", precisa.

nelly.toche@eleconomista.mx

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