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Podemos evitar la mortalidad infantil por diarrea aguda
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (2020) la falta de acceso a agua potable, y saneamiento, así como una deficiente higiene de manos fueron responsables de casi 1.2 millones de muertes a nivel global, de las cuales 300,000 corresponden a niños menores de cinco años que fallecieron por diarrea en el año previo al informe.
Las enfermedades diarreicas son una de las cinco causas principales de muerte en niños menores de tres años y aunque es prevenible y tratable, cada año causa la muerte de alrededor de 760, 000 niños menores de cinco años en el mundo y es la principal causa de la desnutrición en este grupo etario.
Si bien existen varios factores involucrados en la ocurrencia en la enfermedad, la más frecuente es la infección vírica en cualquier momento del año, es uno de los problemas a los que se enfrentan los niños pequeños en las guarderías y escuelas.
En entrevista el doctor Sarbelio Moreno Espinosa, pediatra infectólogo, asegura que en nuestro país la diarrea va de la mano del acceso completo a los servicios de salud, por lo tanto tiene que ver con la pobreza. “Si bien se ha logrado un descenso importante en la morbilidad, la mortalidad aún persiste, mientras haya gente que viva en situaciones desfavorables va a seguir existiendo la enfermedad, pero definitivamente la mortalidad debe desaparecer por esta causa”.
El ejemplo, dijo, es el rotavirus, una enfermedad a la que el especialista llama “democrática”, porque la incidencia es igual en países industrializados que en países en desarrollo, lo que cambia es el pronóstico. “Ahora ya quitamos ese distractor del rotavirus porque tenemos una vacuna eficaz y las otras causas de diarrea viral son importantes, pero no mortales como el rotavirus”.
Explica que las diarreas que persisten y que ponen en peligro la vida son las invasoras, es decir, bacterianas, estas sí asociadas a la falta de drenaje, de aseo, falta de lavado de manos, muchas ocasiones por temas de acceso al agua. “Mientras existan estas circunstancias va a continuar la diarrea”.
Asegura que un adulto es muy difícil que se deshidrate fuertemente, en un niño 80% de su composición corporal es agua, contra 60% en un adulto, con un sistema cardiovascular maduro y que puede bombear la sangre de una manera adecuada, un niño pequeño con dos o tres evacuaciones se deshidrata y compromete su vida. “El sistema inmunológico del adulto ya está completamente formado, es raro que forme una bacteremia (que la bacteria se vaya al torrente sanguíneo ocasionando una infección grave) a partir de una diarrea, mientras que para un niño esto es muy posible. Lo mismo pasa con un intestino grueso, que no es tan fácil que se perfore por una diarrea en una persona adulta, que en un menor”.
También la época del año es un factor que agrava el problema, con la temporada de calor las infecciones gastrointestinales aumentan hasta en un 90%, esto debido a las altas temperaturas que provocan la descomposición más rápida de los alimentos.
Ahora que ha descendido la pandemia, también mucha gente anda en la calle o tiene actividades fuera de su hogar, y generalmente consume alimentos que compra en expendios, donde desconoce si fueron higiénicamente preparados. Con estos antecedentes las bacterias crecen un poco más rápido y eso podría estar condicionando el aumento en esta época del año.
De acuerdo con el especialista, la diarrea es un problema prevenible desde varios flancos:
- Prevención directa, con la vacunación contra rotavirus. “Otra causa de diarrea frecuente es un norovirus, que en algunos países hay vacuna, pero es difícil de hacer porque es un virus muy diverso y al no tener tanta mortalidad, el costo-beneficio es difícil instaurarlo como parte de la vacunación en países en desarrollo”.
- Promoción a los cuidados de la salud. La higiene y medios de sanidad son claves para evitar el problema. Lavados frecuentes, desinfección, servicios de drenaje, entre otros. Tan solo el correcto lavado de manos con agua y jabón puede reducir hasta en más de 40% los casos de diarrea. Sin embargo, para lograrlo es necesario educar a la población sobre la técnica correcta de lavado, los casos en que debe llevarse a cabo y la frecuencia. Estos pueden ser programas sencillos, pero de alto impacto, por ejemplo, el programa restaurando vidas, luchando contra la diarrea, de Sanofi CHC y Save the Children (SCMx), ha buscado llevar kits de sanitización, actividades educativas y recreativas que buscan amplificar el mensaje.
- Regulación del consumo de antibióticos. Porque ahora que ya no tenemos diarreas infecciosas tan graves, nos quedan las secundarias a antibióticos y eso tiene que ser principalmente educación médica, para no medicar con antibióticos.
En este sentido, Moreno Espinosa explica que como piedra angular hay que ser conscientes de que rara vez se requiere de un antibiótico y que este puede afectar a nuestro microbiota, misma que podemos definir como un órgano, “así como está el sistema digestivo, tenemos estas bacterias que si las juntamos todas, tendríamos el volumen del vaso o el páncreas y tiene funciones específicas (producción de vitaminas, receptores para neurotransmisores y elementos del sistema inmunológico)”.
Por cada célula humana tenemos 10 bacterias en el cuerpo, la microbiota intestinal produce sustancias que favorecen la movilidad del intestino, produce sustancias que hacen que las células no migren a cáncer, que se tenga un buen metabolismo y absorción, que no se produzca gas en exceso, se tienen muchas funciones que desconocemos y se vuelven evidentes en el momento en que la perdemos. Hoy se calcula que conocemos apenas el 30% de la microbiota y del 10 al 15% de sus funciones, de ahí su importancia. Por ello también es importante fomentar el equilibrio de la microbiota intestinal a través de probióticos como Bacillus clausii.