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Presentan balón intragástrico para bajar de peso
Guiado por un equipo médico y después de una evaluación aprobatoria, el paciente ingiere una cápsula vegetal, posteriormente ésta se degrada en el estómago y sólo queda el balón a ser llenado con una solución estéril y cuyo contenido ocupará un volumen de 550 ml en el estómago.
En México tres cuartas partes de la población adulta, es decir 75%, viven con sobrepeso u obesidad, mientras que 35% de niños en edad escolar y 38% de los adolescentes padecen esta enfermedad crónica. México ocupa el segundo lugar en el mundo en obesidad e incluso la pandemia de Covid-19 vino a incrementar aún más el padecimiento. Ante este problema, la tecnología ha buscado desarrollar respuestas cada vez más seguras y efectivas, tal es el caso de Allurion, un innovador programa integral que facilita la pérdida de peso sin necesidad de pasar por un quirófano.
Al centro de este programa y como pieza clave se encuentra un balón gástrico ingerible, que permite al paciente perder peso de manera efectiva sin cirugía, sin endoscopia y sin anestesia.
Allurion empezó a comercializar esta innovación en 2016, en estos años la empresa ha evolucionado y tratado a más de 70,000 pacientes en 58 países; desde entonces, la solución de pérdida de peso se ha transformado desde un único dispositivo intragástrico hasta el programa integral Allurion, que combina enfoques médicos, digitales y nutricionales para poner en marcha la pérdida de peso y ayuda a crear hábitos saludables permanentes.
“Hasta hace poco yo ya no estaba muy convencido de los balones, cuando apareció esta tecnología vino a dar una nueva alternativa para los pacientes que están teniendo problemas de peso pero que no pueden ser candidatos a una operación por cuestiones de salud, porque no la desean, o que no son candidatos a una cirugía y que no les estábamos dando alternativas. Llega a llenar un vacío donde no había opciones de manera convencional”, explica el doctor Manuel García Garza, cirujano bariatra certificado por el Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas y premio a las mejores prácticas en cirugía bariátrica en México.
En entrevista, el especialista asegura que la obesidad es actualmente una de las pandemias más difíciles porque se trata de una enfermedad multifactorial, “no se trata solo de dejar de comer y hacer ejercicio, si fuera sólo eso, ya no existiría o tendría mucho menor prevalencia”.
Hoy los tratamientos deben pensar en soluciones integrales y esta es una de las cosas que este tratamiento permite y que empieza con el dispositivo Allurion. “Además de ser una cápsula ingerible, que no requiere de anestesia, que es ambulatorio y con efectos positivos en la pérdida de peso, la mentalidad de este programa y en lo que se basa, es en el seguimiento post colocación”.
¿Cómo funciona Allurion?
El procedimiento no quirúrgico, ni endoscópico de implantación, cuenta con un amplio respaldo científico, es sencillo y tiene una duración aproximada de 15 minutos. Guiado por un equipo médico y después de una evaluación aprobatoria, el paciente ingiere una cápsula vegetal, posteriormente ésta se degrada en el estómago y sólo queda el balón a ser llenado con una solución estéril y cuyo contenido ocupará un volumen de 550 ml en el estómago del paciente.
El balón ayuda a reducir la sensación de hambre porque ocupa espacio en el estómago, retrasando el vaciado gástrico, y provoca que se consuman porciones más pequeñas de alimento. Al cabo de 16 semanas la válvula de salida del balón Allurion se abre vaciándose automáticamente, y posteriormente se elimina por vía natural.
Además del balón, incluye una báscula inteligente, un Smart Watch o Health Tracker y una app que permite a un equipo multidisciplinario de profesionales acompañar y hacer el seguimiento al paciente en su descenso de peso durante los seis meses del tratamiento.
El paciente en el centro de su tratamiento
El también regente del capítulo noreste del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas comparte que en el pasado los pacientes pensaban que el doctor tenía que resolver el problema, ahora hay un dicho que dice: “antes de curar a un paciente, pregúntale si quiere ser curado”. Este programa definitivamente integra al paciente a su propio tratamiento a través de interactuar con una aplicación para su monitoreo, de su reloj inteligente, con la báscula, al pendiente de sus gráficas, entre otros aspectos. “Eso hace que el paciente tenga mucho mayor responsabilidad en su salud y obviamente el mejor de los resultados”.
Explica que al momento en el que el paciente tiene su dispositivo en el estómago generándole mayor saciedad, se llenan más rápido, se distiende la cámara gástrica, llega la señal al cerebro de que está lleno, le disminuye el apetito y empieza a notar cambios en la báscula, “eso lo empieza a motivar para hacer más cosas; ejercicio, dormir bien, mejor alimentación, las decisiones empiezan a cambiar con base en la funcionalidad que ofrece el balón intragástrico”.
Todo esto se logra también con el apoyo multidisciplinario, donde participan la psicología, nutrición, un coach y todo el equipo para que el paciente logre mejorar los hábitos, que eso es finalmente lo que se pretende, “utilizar el balón como una herramienta para conseguir la modificación de los hábitos y crear un nuevo estilo de vida para que esta pérdida de peso se mantenga”.
Agrega que la idea de esta tecnología se desarrolló en la Universidad de Harvard, estos científicos querían crear un dispositivo que se pudiera introducir en una capsula, buscar el material correcto (poliuretano) para poder colocarlo y que se digiera con fluidos. “Esto vino a revolucionar la manera de colocar los balones, fueron muchos años de estudio para poder lograr hacerlo tan pequeño y que no hubiera necesidad de intervención, solo a través de visión directa y rayos equis para poder ubicar su posición”.
Hoy este tratamiento puede ser utilizado desde la adolescencia, porque para tomar decisiones se requiere de un grado de madurez, si un niño todavía no entiende cómo es que funciona el dispositivo y la responsabilidad que viene con esta técnica, entonces no va a funcionar.
Por último, el especialista recordó que el parámetro que actualmente se utiliza para saber si una persona tiene sobrepeso se llama Índice de Masa Corporal (IMC), aunque no es muy preciso pues no mide el porcentaje de grasa o músculo, es lo que más se utiliza. “Un paciente con un IMC de 26 a 29, son ideales para este tratamiento. Estos son entre 10 y 15 kilos arriba de nuestro peso; para pacientes de IMC arriba de 30 ya pensaríamos en otro tipo de tratamientos, pero ciertamente hay pacientes que no desean una operación por temor, en ese caso Allurion también puede ser una alternativa y jugar un papel importante para la reducción de peso”.
Actualmente un tratamiento de esta naturaleza está entre los 75,000 a 85,000 pesos aproximadamente.