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Priorizar la salud de las mujeres tendría impacto positivo en la sociedad y las economías
“Existe la urgencia de sobrepasar tabúes, aumentar la inversión, mejorar el diagnóstico, y darles las herramientas a las mujeres (incluidos los medios financieros) para tener tratamientos oportunos”, dice Joanne Manrique, presidenta del Center for Global Health and Development.
Por muchos años las políticas públicas y la ciencia han ignorado a la salud de la mujer, tanto en términos de comprensión de la biología como de los factores sociales que afectan su acceso a la atención médica en cada etapa, desde la prevención, el diagnóstico y hasta el tratamiento. En contraste, de acuerdo con las panelistas participantes del Roche Press Day, dedicado a las Mujeres, salud e igualdad, si logramos condiciones favorables, podemos fundar y replicar sociedades, entornos y familias sanas, porque seguimos siendo las principales responsables del cuidado de todos los grupos vulnerables (niños, ancianos y discapacitados), de ahí la relevancia de promover la acción por el cuidado de la salud femenina.
Hoy las políticas de salud no atienden las necesidades de las mujeres, aun cuando la igualdad supondría un crecimiento económico mundial de 12 mil millones de dólares. Estudios del Banco Interamericano de Desarrollo muestran que el 63% del tiempo de las mujeres se dedica diariamente al trabajo no remunerado, a su vez en promedio las mujeres dedican 40 horas semanales al cuidado de niños menores de 3 años, frente a las 16 horas semanales que dedican los hombres.
El mensaje es contundente, “Las disparidades de las mujeres en el acceso a la atención médica tienen un impacto en la sociedad en su conjunto”. Por ello, Joanne Manrique, presidenta del Center for Global Health and Development (CGHD), en Maryland, Estados Unidos, presentó evidencia que demuestra la necesidad de cambiar los modelos de atención a la salud de la mujer.
De entrada, la pandemia de Covid-19 ocasionó que más de 64 millones de mujeres se quedaran sin empleo en 2020 y con ello, una pérdida en ingresos superior a los 800 mil millones de dólares en la región de América Latina.
Además, 118 millones de mujeres y niñas de la región cayeron en la economía informal, lo que se traduce en dificultades para el acceso efectivo a la educación y a la salud, reduciendo sus expectativas de vida.
Como ejemplo, “casi 90% de los casos de cáncer de cuello uterino en el mundo se presentan en países de ingresos bajos y medios, y las tasas de mortalidad por esta patología son tres veces más altas en América Latina y el Caribe que en Norteamérica”, es decir, en muchos casos la enfermedad está totalmente condicionada al nivel de educación, los ingresos, la edad, el origen étnico y el acceso a los servicios sanitarios.
Existen más ejemplos de desigualdad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800 mujeres todavía mueren cada día durante el embarazo y el parto, principalmente en el África subsahariana; la violencia contra las mujeres sigue siendo devastadora y generalizada, y afecta a una de cada tres en todo el mundo; por su parte, la depresión es dos veces más común entre las mujeres que entre los hombres.
Apoyar las inversiones con perspectiva de género
Manrique comparte que la investigación en los mercados emergentes ha demostrado que la enfermedad y la muerte de la mujer tiene un impacto negativo y dramático en la salud de la familia y en la socialización y educación de los niños. Por ello, “necesitamos redefinir los modelos económicos para que la mujer tenga apoyo financiero para la salud, aun cuando no trabaje”.
La especialista asegura que hoy necesitamos favorecer el acceso a la salud apostando por una financiación combinada, es decir, que coordine recursos públicos y privados para atender a la población.
El Foro Económico Mundial confirmó recientemente la falta de acceso a la financiación como uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan las mujeres empresarias de las comunidades marginadas de todo el mundo. Lo paradójico es que aun cuando las empresarias, por ejemplo, generan mayores ingresos en su nación, tienen menos oportunidades de apoyo.
Hoy más del 80% de las compañías que son propiedad de las mujeres tienen necesidades de crédito no atendidas, lo que se traduce en un déficit de financiamiento cercano a los 2 mil millones de dólares y con ello, problemas para la cobertura de salud de millones de trabajadoras.
Desigualdades marcadas en el personal de salud
Por último, Manrique agregó que una arista importante en el ecosistema es atender las necesidades del personal de salud, de inicio por una clara razón, el 70% del personal sanitario está compuesto por mujeres quienes fueron las que enfrentaron la emergencia sanitaria por Covid-19.
En contraste, la Organización Mundial de la Salud presentó en septiembre su reporte sobre trabajadores de la salud 2022. Ahí se revela que a nivel global menos del 20% están en cargos directivos. También se explica que las mujeres en el sector salud, ganan 24% menos que los hombres y que nos faltan 140 años para poder lograr una verdadera representatividad de las mujeres en posiciones de liderazgo en salud.
Manrique concluye que es urgente impulsar un cambio sistémico en muchos ámbitos, como la comunicación, la formulación de políticas y la financiación de la investigación para que las mujeres puedan acceder a la información, el diagnóstico, el tratamiento y la atención que necesitan, cuando la necesitan. “Estos obstáculos que enfrentó mi abuela hace 50 años aún están ahí. Necesitamos identificarlos y unirnos todos los actores para abogar en favor de la salud de las mujeres y entre todos buscar soluciones”.
Esto coincide con Liliana la Rosa, ex ministra de Desarrollo e Inclusión Social en Perú, quien asegura: “Todos quieren seguir ahorrando en salud y en las mujeres, dando dádivas y subsidios, pero no quieren muertes por cáncer, muerte materna y abandono familiar entre muchos padecimientos asociados a la mujer. Hoy en los países de Latinoamérica se sigue invirtiendo lo mismo que se invertía hace 30 años en países desarrollados, tenemos que cambiar esa situación”.
El Roche Press Day es un espacio de discusión y debate que propicia el intercambio interdisciplinario entre periodistas, profesionales de la salud, la academia, representantes del tercer sector y tomadores de decisión en el área.