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¿Qué esperar con la prohibición de las grasas trans en México?
La Secretaría de Salud será la encargada de emitir los lineamientos para restringir las grasas trans de producción industrial, pero al momento no hay adelantos sobre la ruta que seguirá, el presupuesto requerido o los organismos involucrados.
El 24 de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto para eliminar el uso de las grasas trans en alimentos y bebidas. A partir de esta fecha la industria alimentaria tiene 6 meses para adecuarse al cambio.
Los diputados recibieron felicitaciones de la OMS por la aprobación del decreto en febrero de este año, aunque aún no se sabe cómo el gobierno federal verificará que las empresas cumplan con la nueva disposición.
La presencia de grasas trans es esencial en algunos alimentos procesados para reducir los costos de producción, aunque actualmente se conoce que son dañinas para la salud; México se unió a los 60 países han tomado acciones para eliminar su uso: esta reconversión es un desafío que requiere tiempo, implica cambios en la industria, supervisión por parte de las autoridades y la necesidad de informar a la población.
¿Por qué es importante eliminar las grasas trans?
Las Organización Mundial de la Salud señala que el consumo desmedido de las grasas trans, al ser más difíciles de procesar por el organismo, ocasiona el aumento de colesterol dañino que obstruye las arterias y deriva en enfermedades del corazón, mismas que cada año causan la muerte de 13,000 mexicanos.
Los ácidos grasos trans se encuentran de forma natural en la carne roja y productos lácteos. Y de forma artificial (aceites parcialmente hidrogenados) en pastelillos, botanas, galletas, papas fritas, helados, comida rápida y diversos alimentos de origen industrial.
Los aceites parcialmente hidrogenados tuvieron auge durante la segunda guerra mundial con la introducción de la margarina como reemplazo de la mantequilla.
Se incorporaron a la industria alimentaria porque aumentan la estabilidad a altas temperaturas, alcanzadas durante los procesos de cocción, y dan un mayor margen de caducidad lo que alarga el tiempo de exhibición del producto final, resultando en menores costos de producción explica Ramiro Baeza investigador en alimentación del Conacyt.
En 2018 la OMS planteó la meta de eliminar las grasas trans de producción industrial en los alimentos que se consumen en el mundo para finales de 2023.
¿La industria mexicana está preparada?
Con la premisa del comercio transfronterizo, el T-MEC fue un impulsor de la eliminación de los ácidos grasos trans de producción industrial.
Estados Unidos y Canadá, principales socios comerciales de México, ya restringieron el uso de grasas trans lo cual es una ventaja porque empresas que exportan productos a esos países ya hicieron la transición a otro tipo de aceites, comentó Erick Ochoa, director general de Salud Justa.
Salud Justa es una organización social que ha dado seguimiento en México a la aplicación de la estrategia de política pública de la OMS para eliminar las grasas trans, REPLACE, que se analiza y adapta a la particularidad de cada país.
Esa es la razón, explica Erick Antonio Ochoa, por la que no hubo oposición por parte de la industria durante el proceso legislativo para eliminar el uso de las grasas trans; si bien la Secretaría de Economía tuvo sus reservas sobre cómo afectaría a las empresas, un análisis demostró que, de acuerdo con el rubro de salud del T-MEC, México estaba en cierta desventaja competitiva al no eliminar las grasas trans de la producción alimentaria.
Sobre los costos de producción, Baeza explica que la industria ya cuenta con procesos estandarizados y aunque existen alternativas biotecnológicas a la hidrogenación parcial (proceso para crear aceites parcialmente hidrogenados), estas implican un proceso de reconversión y “elevados costos de inversión”.
Más allá de legislar
En México el proceso parlamentario se inició en 2021 y culminó con publicación en el DOF del decreto a Ley General de Salud que prohíbe grasas trans en alimentos y bebidas el 24 de marzo, una vez hecho, las empresas contarán con 180 días para adecuarse.
La Secretaría de Salud será la encargada de emitir los lineamientos para regular las grasas trans de producción industrial, pero al momento no hay adelantos sobre la ruta que seguirá, el presupuesto requerido, los organismos involucrados o un informe actualizado sobre situación de la grasas trans en México.
Eliminar las grasas trans de la producción alimentaria requiere tiempo y una estrategia que involucre al gobierno, la industria y la ciudadanía.
Respecto a la ruta a seguir, “los decretos no acaban cuando se publican” declara Erick Antonio, remarcando la importancia de la vigilancia por parte de la sociedad para proteger y verificar que se cumplan los cambios en las políticas públicas, sobre todo aquellos que afectan a intereses corporativos. Como sucede con la Ley General para el Control del Tabaco, impulsada y monitoreada por Salud Justa, ante la cual empresas como FEMSA ya se ampararon para no acatarla.
Falta de difusión
Los expertos consultados para este artículo coinciden en que el etiquetado frontal y la eliminación de las grasas trans eventualmente ayudarán a mejorar los hábitos alimenticios de la población, pero falta una campaña de difusión por parte del gobierno que realmente concientice sobre el impacto a la salud de la comida industrializada. Así como la promoción de especies vegetales con alto valor nutricional.
En México se seguirán comiendo alimentos industrializados o con alto contenido en grasas, pero serán otro tipo de aceites, al no haber comercialización de alimentos con grasas trans cada año se salvarán las vidas de 13,000 personas, cuyas cardiopatías están directamente relacionadas con su consumo, aseguran.
ACTUALIZACIÓN 28/03/2023 14:28 HORAS: Esta versión agrega la publicación del decreto de adición a la Ley General de Salud que prohíbe grasas trans en alimentos y bebidas en el Diario Oficial de la Federación, el 24 de marzo de 2023, un día después de la publicación de este artículo.