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¿Qué ha cambiado en la atención a pacientes con VIH?

Alrededor de 36 millones de personas en el mundo han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el sida y aunque todavía no existe una cura, hoy los tratamientos antirretrovirales ayudan a retrasarlo y reducir la mortalidad.

En la actualidad, cerca de 38 millones de pacientes viven con el VIH y pueden mantenerse sanas con el tratamiento adecuado, tomando alimentos nutritivos, haciendo ejercicio regular y reduciendo el estrés en sus vidas

Tras la aparición del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en los años 80, se descubrió que este era el causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), lo que conduce a una destrucción gradual del sistema inmunitario y a un aumento de la sensibilidad a las infecciones oportunistas. El VIH debilita el sistema inmunitario, volviendo al organismo incapaz de defenderse de bacterias, virus, hongos, parásitos y otras enfermedades, por ello urgía buscar tratamientos contra este virus que en su momento era el causante prácticamente de la muerte ya que el 80 % de los pacientes infectados morían debido a una infección diferente a la producida por este virus.

Alrededor de 36 millones de personas en el mundo han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el sida y aunque todavía no existe una cura, hoy los tratamientos antirretrovirales ayudan a retrasar la progresión de la enfermedad por lo que se redujo notablemente la mortalidad. En la actualidad cerca de 38 millones de pacientes conviven con el VIH y pueden mantenerse sanas con el tratamiento adecuado, tomando alimentos nutritivos, haciendo ejercicio regular y reduciendo el estrés en sus vidas.

Hoy esta dolencia crónica bien tratada permite una vida normal, explica Lauren Carey, líder del área de investigación de ViiV, empresa enfocada en la búsqueda de tratamientos para el VIH y a largo plazo una cura. “Durante el curso de la epidemia en todos estos años, el tratamiento ciertamente ha mejorado mucho. Fundamentalmente algo que ha cambiado es que los pacientes en el pasado llegaban en condiciones muy deterioradas, ahora el diagnóstico cada vez es más temprano y eso permite un mejor control”.

Dijo que además en el pasado se utilizaban muchos medicamentos varias veces al día y hoy son tratamientos simplificados, “eso definitivamente ayuda en la calidad de vida de los pacientes”.

Carey hace hincapié en que en la actualidad la estrategia trata de que ninguna persona que viva con VIH se quede sin tratamientos y atención, además de que el VIH cada vez sea una parte más pequeña en la vida de las personas, “que puedan vivir sin tener que preocuparse todo el tiempo por su condición”, esto se va logrando gracias a que los medicamentos ya no son multidosis, sino una sola toma al día, además son medicamentos mejor tolerados y con buena eficacia.

A esto se suman los tratamientos de acción prolongada, que hacen que una persona pueda mejorar su calidad de vida, pues las dosis son mucho más extendidas. A la par, los estudios clínicos hoy no solamente se basan en ver la eficacia y seguridad de los fármacos, también se han incluido medidas como son los resultados en salud reportados por el paciente, “esto es muy importante porque ayuda a desarrollar medicamentos incorporando el componente de la calidad de vida, es decir, cómo se siente el paciente al tomar el medicamento, este componente antes no se incluía, pero es muy importante”.

Tratamientos de acción prolongada, el futuro cercano

La representante de ViiV explica que cuando hablamos de tratamientos de acción prolongada hace referencia sobre todo a inyectables. Estas son formulaciones nanomoleculares y drogas de depósito, es decir, una vez que uno lo inyecta en el tejido subcutáneo, la liberación de ese medicamento en el músculo logra una liberación de medicamento prolongada, así el fármaco puede estar en circulación por al menos dos meses. Pasamos del tratamiento oral al inyectable de depósitos gracias a la nanotecnología.

El objetivo de compañías como ViiV es que este tipo de tratamientos puedan llegar a todos los países y una primera etapa es que uno de los medicamentos más innovadores como es un régimen de dos drogas en lugar de las tres de antes, haya llegado ya a México y esté disponible comercialmente.

Aunque todavía no podemos hablar de fármacos de acción prolongada en el país, se está cambiando el paradigma con régimen de dos drogas, para posteriormente poder avanzar a una siguiente etapa. “Este es un punto muy importante porque cuando estamos pensando en un fármaco innovador para el tratamiento del VIH, tenemos que trabajar muy de cerca del sistema de salud, hoy el equipo médico está en conversaciones, para mostrar la data científica y los buenos resultados en eficacia y seguridad, pero sobre todo incidir en la implementación de los tratamientos. Se trata de condiciones en el país, en los centros de salud, para poder aplicar el inyectable cada dos o tres meses, lo que requiere de una gran logística y cambio de paradigma en los pacientes”.

Dio a conocer que México incluso ha sido lugar de investigación para el uso de estas tecnologías, una buena parte del programa y estudios clínicos se ha realizado en el país, por lo que se espera que con las opiniones favorables de los médicos que han participado en los protocolos, además de la alta tasa de retención de los pacientes y encuestas de satisfacción, todo publicado en diferentes revistas internacionales, se puedan aprobar muy pronto.

¿Cómo vamos en la intención de encontrar una cura?

Aunque Carey explica que esto sigue siendo una gran pregunta, desde ONUSIDA el objetivo para 2025 es 95-95-95, es decir 95% de los pacientes diagnosticados; de ellos, que 95% ya se encuentren en tratamiento; y de ese porcentaje, que el 95% estén detectables.

También existe un objetivo de cura para el 2030, pero cuando hablamos de cura, tenemos que entender qué tipo de cura, es decir, se trata de una “cura funcional, donde la persona esté detectable, en circulación y que pueda tener una excelente calidad de vida como una persona que no vive con VIH.

Además, hay estrategias que van más allá del tratamiento de la persona que vive con VIH y que tiene que ver con la profilaxis, aquí se trata de que en un país determinado se aumente la prevención para evitar la infección y así contribuir a que se termine la epidemia de VIH, “el mundo va hacia allá, aunque no sé si el objetivo se alcanzará en 2030, pero los objetivos van en esa dirección”.

Carey agregó que para lograr una cura tenemos que empujar desde dos puntos de vista. En un país como México, el primer punto tiene que ver con el diagnóstico y que esas personas sean referenciadas al sistema de salud para comenzar tratamiento y llegar a la supresión para no transmitir la infección, el segundo punto tiene que ver con la preexposición con el foco en personas más jóvenes en alto riesgo, que son en buena medida quienes mantienen la epidemia.

nelly.toche@eleconomista.mx

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