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Arte e Ideas

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Radiohead logra comunión musical con sus fans

La banda de rock, una de las mejores del mundo, consintió a sus seguidores en el primer concierto de los dos que da en el Foro Sol, con cerca más de 20 canciones extraídas de su producción discográfica, incluida "The king of limbs".

Son las 8:30 de la noche del martes y la lluvia arrecia en las inmediaciones del Foro Sol de la Ciudad de México. Adentro del Foro aún se pueden ver algunos cuantos espacios vacíos, no como en la primera presentación de Radiohead en México después de 15 años, en marzo del 2009, cuando promocionaban su LP In Rainbows.

El martes 17 de abril, Radiohead salió al escenario en punto de las 22:12.. "Buenas noches, México. ¡Somos Radiohead!", dijo un simpático Thom Yorke, líder de la banda, que a sus 43 años de edad sigue pareciendo un adolescente con ganas de rockear y de pasarla bien. Con una colita de caballo que sujetaba una breve porción de su cabello güero, la barba raída, una chamarra de cuero negra sobre un chaleco oscuro y una camisa blanca, más unos pantalones de mezclilla. La banda floreció con "Bloom" extracto de su más reciente producción The King of Limbs (2011), razón de ser de su actual gira.

La primera parte del concierto puede interpretarse como una introducción poderosa con un guiño al pasado. Inmediatamente después de esta novedad tocaron una de las canciones más memorables de su anterior disco In Rainbows, canción con la cual abrían cada concierto de la gira promocional de dicho disco: "15 step".

La tercera canción de la noche fue un monumento de nostalgia, también fue un sacudimiento, una descolocación, un ruido de interferencia y su propia bolsa de aire. "Air Bag" encendió la nostalgia de los fans más antiguos fans de la banda, aquellos que cuando eran unos adolescentes a mediados de los 90, al poner en un reproductor su disco Ok Computer (considerado uno de los más grandes álbumes del siglo XX), esta canción les daba la bienvenida.

EXPERIENCIA QUE APANTALLA

Dos pantallas de LEDS, una al fondo cubre la totalidad –a lo alto y a lo ancho- del escenario, otra al frente de ésta va de un lado a otro pero en una planta baja. A los costados, un par de pantallas divididas en cuatro (en cada cuadrito se transmite una imagen distinta la mayoría de las veces un close-up a algún miembro de la banda).

Otras ocho pantallas se acomodan de forma distinta en cada canción ocupando el espacio vacío existente entre los músicos y la parte alta del escenario. Arriba se acomoda otra línea horizontal de pantallas.

En las megas de LEDS se han programado secuencias generales que simulan atmósferas diversas. En cada canción predomina un tema o una estética (un color, un entramado visual o una coreografía): tonos verdes parecidos a una inmersión Matrix, tonos azulados como un paseo neuronal o como un recorrido entre las nubes antes de una tormenta; tonos lisérgicos; luces intensas en función de la música, diseñadas por Andi Watson. La precisión de cada acorde ilustrado es alucinante.

El resultado es simultáneo pero para alcanzar tal perfección el cuidado de la planeación debió ser milimétrico. En conciertos como éste no son las pantallas un mero encuadre decorativo. Las pantallas son todo un propulsor de la experiencia.

"Muchas gracias, México" repitió varias veces el líder de la agrupación. La segunda parte del concierto fue un bloque más cargado de canciones relativamente nuevas al casi incluir exclusivamente canciones de sus tres últimos discos. Después, llegó el primer encore y con éste el anuncio de que pronto culminaría el concierto.

Al regreso de la banda, Ed O’Brien diría: "Gracias, amigos, es un agasajo estar aquí con ustedes". "You & Whose Army" daría por inicio a la parte más intensa, dinámica y envolvente del concierto, la cual completarían las rolas: "Kid A", "Exit Music" y "Paranoid Android", estas dos últimas –para sus fans- piezas de época, las dos del disco OK Computer.

Después vino el segundo encore y, al regresar, Radiohead interpretó tres canciones más: "Give Up The Gost", "Planet Telex" –para sorpresa de todos por ser una de las de antaño, la que abre el disco The Bends-, y la cereza del pastel: "Street Spirit (Fade Out)", canción cuya última frase es inmejorable para poner fin a un concierto que exige toda una inmersión de sentidos, una inmersión del alma: "Inmerse your soul in love" fue lo último que cantó Thom Yorke, antes de despedirse agradeciendo a los fans su asistencia.

aflores@eleconomista.mx

apr/klm

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