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Arte e Ideas

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Redes sociales, entre la solidaridad y la vehemencia

A diferencia del sismo de 1985, los capitalinos contamos con internet, redes sociales y nuestros smartphones para obtener información y organizarnos.

¿Amor? ¿Estás bien? , preguntó Rosa María a su esposo por WhatsApp, segundos después del temblor, el pasado martes 19 de agosto. Rosa María (maestra, 36 años), marcó dos veces desde su celular para localizar a su cónyuge, pero nunca salió la llamada, así que tuvo que mandarle mensaje: El internet iba y venía, pero sólo así pude comunicarme también con amigas y familiares, porque nunca pude hacer ninguna llamada .

Para Josefina (psicóloga, 36 años), el whats también fue la herramienta que utilizó para hacerle saber a sus seres queridos que estaba bien. Sin embargo, faltaba un miembro de su familia que no se había comunicado. Dio la dirección de su familiar Coquimbo y la calle de Sierra, en Lindavista a una amiga suya quien propagó la información por esa misma plataforma y en unos segundos encontró una respuesta: Un conocido trabajaba por la zona y fue testigo de cómo se colapsaba el edificio que correspondía a esa dirección.

Eso del WhatsApp es una bendición. En el temblor del 85 tardamos varias horas en saber que todos estábamos bien. Los teléfonos no servían y de todo nos enterábamos en la tele o el radio. Mi marido estaba de viaje, estaba fuera del país, y tardó cerca de cuatro días porque la noticia a nivel mundial fue que la Ciudad de México había desaparecido , nos dijo Leticia (socióloga, 65 años).

Mucha gente pudo combinar el WhatsApp con mensajes de Facebook o Twitter para levantar la mano y señalar que estaba bien, y de paso preguntar por la gente cercana. Casi al mismo tiempo comenzaron a difundirse fotos y videos de edificios colapsando y gente en crisis durante el evento.

A los pocos minutos, teléfonos de emergencia y anuncios de centros de acopio comenzaron a circular, pero con ellos también algunas advertencias como: Cuidado. Protección civil no está mandando a nadie a revisar los edificios. Así que no abras a nadie que toque a tu puerta diciendo son de Protección civil , Si vas a donar, marca los productos con la palabra acopio y tacha el código de barras , No salgan de la Ciudad de México porque en las carreteras están robando , Colapsó un edificio en Gabriel Mancera, casi llegando a División del Norte. Ayuda . O bien, mensajes donde psíquicos y otras personas decían que se esperaba un evento mucho más fuerte…

Los mensajes anteriores se fueron desmintiendo poco a poco, o corroborando, a través de las cuentas de redes sociales de las instancias oficiales o comunicados en televisión, radio y en sitios web medios de comunicación.

A las pocas horas, la sociedad civil estaba organizando centros de acopio y albergues con listas de herramientas y víveres, e invitando a la gente a que viralizara la información. Otros pedían voluntarios para remover escombros y buscar posibles sobrevivientes. Ya por la tarde se hablaba de economizar recursos o dar de manera ordenada, pues los diversos puntos de crisis tenían necesidades diferentes. Por supuesto, también se crearon puntos de encuentro en redes que buscaban corroborar la información que iba corriendo y procuraban mantener informados a los usuarios, como la página de Facebook, Sismotiemporeal.

Para el día de ayer, ingenieros y arquitectos en redes sociales ofrecían sus servicios profesionales para verificar grietas y revisar edificios, ya fuera de manera presencial o con un breve análisis a través de las fotografías que les mandaban los interesados.

Si bien se mostraba la solidaridad a todo lo que da, no faltaban usuarios que criticaban a una que otra figura pública por apoyar la causa, o bien, se quejaban de que la labor del gobierno era insuficiente y que todo estaba mal.

Con las redes sociales todo fue más rápido, pero hay mucha desinformación , nos cuenta Felipe Cabrera (55 años, veterinario), quien se ofreció como voluntario en el temblor del 85, y ahora también decidió salir a ayudar: La gente abusa de las redes sociales. Se comparte información indiscriminada y a veces se desinforma. Por ejemplo, nos dijeron que un edificio en San Antonio Abad había colapsado y que se necesitaba gente, y la verdad es que no, porque ya no había nadie en el edificio, además todavía no se caía y había una fuga de gas, y ya había gente haciéndose cargo. No nos dejaron pasar y había mucho tráfico. Sí hay mucha cooperación, pero hay mucho caos, mucha desorganización .

Pese a lo anterior, Felipe reconoció que gracias a las redes sociales y al WhatsApp, la angustia sobre el paradero o bienestar de los seres queridos fue menor, no así el dolor de saber el número de víctimas, ver edificios colapsados y a familias que perdieron su hogar.

@faustoponce

erp

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