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Arte e Ideas

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Restaurantes: Zeru, el sabor vasco tradicional

El chef Israel Aretxiga ofrece un menú clásico renovado abierto a la innovación.

Por mucho tiempo, Zeru Restorán (cielo en euskera) se convirtió en un rincón querido en Avenida de la Paz, que ofrecía una espléndida cocina ibérica de raíces vascas, un local de barrio en pleno corazón de San Ángel.

La cocina tradicional española abarcaba solomillo, lechón y pescados, pero también sus famosas croquetas de jamón serrano, pan tomate o pimientos de Gernika y diferentes especiales que aparecían en un clásico pizarrón.

Pero después de 11 años, el empresario y chef Alberto Ituarte decidió renovarse y mudarse de casa; ahora, en Avenida Revolución 1547, San Ángel, a un espacio diseñado por el arquitecto e interiorista Carlos Faci inspirado en los caseríos vascos tradicionales.

Los platillos clásicos de Zeru Restorán permanecen, pero se abren a otras opciones con una carta de cocina mediterránea con ceviches, tiraditos, los piquillos rellenos de rabo meloso, callos a la andaluza, la ensalada de sandía con queso feta o el robalo con tahini y verduras al carbón, todo bajo la supervisión del reconocido chef Israel Aretxiga.

Para estos fríos en la Ciudad de México, se antoja la sopa vasca de mariscos o un pollito de leche al carbón, especialidades de Zeru Restorán.

De pescados, se ofrece el salmón noruego con arroz de queso manchego o el besugo estilo Orio, que son platillos que no se va a querer perder.

En carnes, se prueba el solomillo con foei, salsa de oporto y setas o el lechón a la segoviana, una delicia y para un gran final, un gran postre; su famoso fondant de queso manchego que se derrite en boca.

La carta de vinos es vasta, se ofrece en un iPad para que tenga toda la información en cuanto al maridaje o pregunte al capitán y una barra de coctelería espectacular.

Zeru Restorán es uno de esos lugares en los que comer es toda una experiencia que puede llevarle toda la tarde y donde la noche llega a sorprender; pero no se preocupe, el lugar también ofrece cenas (un poco más ligeras) con entradas clásicas: pan pita con hummus y dip de berenjenas o croquetas de hongos y parmesano; ensaladas y diferentes pastas de la cocina del chef Israel Aretxiga que no deja de sorprender, pero donde, al mismo tiempo, uno se siente como en casa.

Un empresario gastronómico

Alberto Ituarte estudió en la Escuela Superior de Cocina de San Sebastián en el País Vasco, España, y después de un largo camino por las cocinas de grandes chefs, incluido Juan Mari Arzak, Alberto Ituarte decide fundar Ituarte en Banquetes en 1995 con mucho éxito.

El querido crítico de El Economista, Jorge Toledo (QEPD), se expresaba así del chef:

“Alberto tiene un sexto sentido para escoger con éxito los lugares adecuados y las decoraciones para hacer sentir a gusto a su clientela, ofreciéndoles sus platillos con toques de cocina vasca por los que hace contar con patrones habituales”.

Por eso, no es casualidad que hoy en día, el empresario tenga los restaurantes: Alaia, Jerónimo, Puerto Geteraria, Aitana, Emilio y Zeru Restorán, del que hoy hablamos. Conceptos que se renuevan y son exitosos en la industria y, claro, permanecen en la memoria de sus clientes.

vgutierrez@eleconomista.com.mx

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