Si se tira un teatro, que se levante otro, piden teatreros

Ni un teatro menos en México. Es la posición de diferentes creadores ante el anuncio del cierre del Teatro Jiménez Rueda, el abandono del Teatro Casa de la Paz y de algunos inmuebles a cargo del Gobierno del Distrito Federal.

Pedimos que si se tira un teatro se levante, al menos, otro teatro. Exigimos no desmantelar lo que se construyó: espacios y apoyos al teatro, porque sin escenario no hay teatro posible , mencionó la crítica teatral Luz Emilia Aguilar Zínser.

Un grupo de creadores como Héctor Bonilla, Julieta Egurrola, Mario Espinosa Ricalde, Flavio González Mello, Luisa Huertas, David Olguín y Gabriel Pascal firmaron una carta abierta a las autoridades de la Universidad Autónoma Metropolitana, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, el Instituto Mexicano del Seguro Social y del gobierno del Distrito Federal.

Miembros de la comunidad teatral expresamos a ustedes nuestra indignación por el cierre, abandono y pérdida de diversos espacios teatrales de la ciudad de México, en momentos en que la educación, el arte y la cultura debieran ser tareas prioritarias ante la descomposición social que sufre nuestro país .

Luz Emilia Aguilar Zínser explicó que fueron recibidos por María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Dijo que nos avisaría qué pasaría con el Jiménez Rueda, pero nadie especifica montos ni plazos; tampoco se conocen las condiciones del acuerdo entre las partes para retribuir el costo del teatro , explicó.

En días pasados, el INBA anunció que se haría cargo de la programación de los teatros Legaria, Isabela Corona y Julio Prieto.

Qué bueno, son buenas noticias porque la comunidad no está dispuesta a perder un teatro más, ya lo teníamos y ahora nos lo quieren quitar. Ahora, tenemos que saber cómo los van a manejar , explicó.

En la carta se menciona que hay un descuido de la infraestructura teatral de la ciudad y la falta de una política cultural y financiera acorde con el estado de emergencia que nos aqueja .

El Teatro Casa de la Paz es un espacio emblemático no sólo de la Universidad Autónoma Metropolitana, sino de la cultura de nuestra ciudad y está cerrado desde hace más de dos años debido a daños estructurales. Su arreglo tiene un costo alto pero el señor rector no dice nada. Queremos saber (que) si la UAM no puede pues que libere al teatro, pero no que siga cerrado , opinó Zínser.

Según autoridades de la UAM, el teatro Casa de la Paz necesita una inversión cercana a los 40 millones de pesos para su reconstrucción, dinero que aún no se tiene.

Mientras que en el caso del Gobierno del DF, que maneja el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el Teatro Benito Juárez, el Teatro Sergio Magaña y el Foro A Poco No, recibió el año pasado cerca de 500 proyectos de teatro, danza, música, cabaret, espectáculos diversos, para niños y ópera. De éstos se seleccionaron cerca de 80 obras de teatro y espectáculos para niños.

Ante nuestras inquietudes y cierre del teatro Lírico y el Vizcaínas, Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura del Gobierno del DF, nos mandó una carta donde expresa su intención de diálogo, y claro que nos vamos a reunir con él , expresó la entrevistada.

Mucho teatro, pocos foros

Además de esto, el tema principal es que las nuevas generaciones en el teatro no tienen la oportunidad de mostrar su trabajo pues no hay espacio, hacen falta teatros en el país y que se recuperen espacios a cargo de las delegaciones en el DF que se utilizan para todo, menos para lo que se crearon.

Con estas decisiones de cerrar teatros estamos llevando la creación de nuevos talentos a un cuello de botella; porque en México no hay suficientes espacios para que se desarrolle la actividad que, además, ha sido impulsada gracias al apoyo del Estado , refirió.

En el DF, cada semana, según Zínser, aparecen en cartelera entre 25 y 30 obras nuevas.

Hace 10 años, las temporadas duraban 100 representaciones. Hoy tienes teatros llenos de producciones que dan pocas funciones y que alcanzan poco público porque tienen tiempos mínimos. Se están invirtiendo recursos que no cumplen un ciclo porque (éste) se interrumpe porque no existe una política cultural coherente; y si a eso le añades retraso de pagos de parte de las autoridades culturales, estamos muy mal , continuó la crítica.

Por su parte, la Agrupación de Periodistas Teatrales aseguró que en un año se realizan cerca de 400 montajes en la ciudad de México, entre teatro comercial y cultural.

Comercio e independencia

Hablando de teatro comercial, Ocesa reportó que en el 2014 produjo ocho obras que ofrecieron cerca de 2,000 funciones con una asistencia de 250,000 espectadores. Su apuesta es a largo plazo.

Algo que no sucede en el teatro cultural, donde las obras pocas veces llegan a las 30 representaciones pues tienen que salir rápido ante la larga lista en espera.

Por esto, muchas compañías de teatro conforman su empresa cultural, como los teatros El Milagro, El Vicio o La Capilla, que buscan una combinación de recursos y estrategias. Sin embargo, ellos también tienen de enemigo a las delegaciones y a los sistemas de impuestos. Hay una persecución de sabuesos que buscan quitarle lo que puedan a estas pequeñas empresas culturales; vamos, es más fácil abrir una cantina que un teatro , consideró Aguilar.

Y en los estados, casi nada

A todo esto hay que sumarle la centralización.

Según datos del anuario Teatro en los estados 2013 (publicación de Teatro Mexicano Punto Com AC), que toma en cuenta proyectos escénicos realizados con recursos estatales o producciones independientes, se montaron 2,872 obras, de las cuales 592 fueron en el Distrito Federal, 117 en Baja California, 55 en Chiapas, 61 en Hidalgo, 33 en Nayarit, 45 en Oaxaca y 78 en el Estado de México.

En el Interior de la República Mexicana no hay más de seis obras en cartelera; todo sigue siendo centralizado. Además, los pocos espacios para teatro que existen en los municipios se utilizan para todo menos para las obras , finalizó.

Así, los teatreros exigen una política cultural clara en cuanto a producción, espacios, difusión y creación de públicos. Sin ella, el teatro seguirá sufriendo.

vgutierrez@eleconomista.com.mx