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Siempre me chocó la escuela: Carlos Villasana
Sin proponérselo, el cofundador de La Ciudad de México en el Tiempo se volvió un cronista urbano digital, experto en redes sociales y promotor de la recuperación de la historia de la capital mexicana.

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Todo alrededor de Carlos Villasana, fundador de la página en Facebook La Ciudad de México en el Tiempo, evidencia que el amor por el pasado lo trae en el ADN: el barrio cerca de los estudios Churubusco donde aún vive, la casa-museo donde se desarrolla la conversación, los padres profesores, su hermano que vende antigüedades.
No es exagerado decir que Villasana, junto con los cofundadores de la página, Rodrigo Hidalgo y Juan Carlos Briones, son hoy en día los cronistas urbanos digitales de la Ciudad de México. Nada mal para un chamaco a quien no le gustaba ir a la escuela.
Siempre me chocó la escuela y eso fue un relajo teniendo papás maestros, mis abuelos también lo fueron. Mi papá fue maestro de telesecundaria y todas las mañanas daba clases de ciencias sociales a medio México .Terminó el bachillerato y se especializó en la enseñanza del inglés.
A su manera, Carlos Villasana sigue los pasos de sus padres, abuelos y tíos, todos maestros: enseña.
Su página es otra forma de aprender y de instruir en historia usando las nuevas tecnologías. Es un reto que no cesa de alimentarse, porque si algo ha demostrado La Ciudad de México en el Tiempo es que el hambre de conocer sigue tan voraz como siempre.
El sitio es como ese álbum familiar que no te cansas de ver. Cada imagen te asombra, te cuenta alguna anécdota que se enriquece con los comentarios. Ya desprevenido, te atrapa, te imaginas entonces cómo fue tu barrio, cómo ha cambiado, qué imágenes habrá de él. Te enraíza con tu colonia, comienzas a apreciar lo que fue y reflexionas en aquello en lo que se ha convertido.
NO SABEN COMO LLEGARLE A LA GENTE
Community management (editor en redes sociales) es la palabra que ronda constantemente en la cabeza de Carlos Villasana en la hora y media que dura la conversación. Su edad, entrados en los 40, lo coloca en la generación en transición , aquella que vivió la expansión del Internet, pero habla como nativo de la era digital, por ello no se explica cómo los responsables gubernamentales del patrimonio cultural no vean el potencial de la red.
Si estudias el pasado, te lo hace más moderno estar en las redes sociales. Si no, no vas a entenderlo, tienes que estar preparado de otra manera. Mucha gente que está encargada de los acervos no está actualizada en redes sociales, no sabe cómo llegarle a la gente. Si no estás pensado en redes sociales cuando ya no hay tanto libro ni tanta biblioteca, cuando todo está pasando a comprimirse, cuando los jóvenes son todo gadgets, entonces no estás entendiendo el futuro .
Y agrega:
Hemos platicado con otras personas también sobre Facebook, nos hemos encontrado que esa visión del futuro, de las redes sociales, unos los ven con seriedad y otros como un juego porque no lo entienden .
El reto será innovar: Si el gobierno hace algo como La Ciudad de México en el Tiempo va a quedar como copia, se las pusimos difícil .
No basta con entender las redes. Un sitio como La Ciudad de México en el tiempo demanda además tres horas diarias por cada uno de los administradores. El resultado es la publicación en poco más de dos años de 5,000 fotografías, algunas con enlaces a Google Maps para ver la transformación del lugar. La página tiene 250,000 seguidores, que van desde 13 hasta 80 años de edad, con la posibilidad viral de llegar a 25 millones de usuarios.
Carlos Villasana cuenta con un archivo de 80,000 documentos, entre imágenes, postales, libros y revistas, pero recibe junto con los otros dos administradores un promedio de 500 imágenes de usuarios al día y dice que tiene unas 1,000 en espera de publicación.
¿Cuáles son los criterios para publicar una foto?
Que se muestre la ciudad, que sea estéticamente interesante, que muestre la vida cotidiana, la descripción de la foto hace muchas veces la diferencia. Se crean minihistorias y eso le da un valor sentimental a la foto.
Una característica de La Ciudad de México en el Tiempo es la calidad de los comentarios. Cada imagen propicia entre 20 y 40 las del temblor del 85 superan los 100 comentarios en los que se ofrecen nuevos datos sobre las imágenes.
Yo creo que no hay ningún sitio, como el nuestro, donde haya una interacción entre la personas como aquí, de esa forma .
¿Han tenido problemas con alguna fotografía?
Una vez Facebook nos bajó una foto que tenía contenido inapropiado . Se trataba de unas banderas nazis ondeando sobre el Casino Alemán, en el Centro. Nos la quitaron porque se empezaron a pelear los usuarios. Una persona escribió que estábamos fomentando el nazismo, otra puso Arriba Hitler y otra le respondió Si Hitler viviera ya te hubiera enviado a los campos de exterminio y una más puso que Ya están saliendo los morenazis. Estábamos leyendo justo eso cuando Facebook nos puso la leyenda y nos quitó la foto.
A pesar del éxito de la página, los administradores no ganan dinero con ella. Cada uno tiene actividades vinculadas con su quehacer de historiador: Villasana usa su propia colección para allegarse recursos, colabora en la revista Algarabía y en Tele Fórmula. Rodrigo Hidalgo trabaja en OnceTV y Juan Carlos es diseñador gráfico.
La página ayuda a darles proyección, pero requiere poner a prueba su capacidad en todo lo que hacen. Rodrigo tiene una memoria fotográfica increíble y a Juan le vendas los ojos, le das un tabique y te dice qué iglesia es. Eso sirve, si no, no funciona esto. Hacemos cosas paralelas y eso está bien loco .
¿Piensan llevar la página hacia un modelo de negocios?
No. Lo hemos pensado, pero sí salen los trabajos paralelos podrían pagar publicidad, pero la página perdería un poco de la esencia que tiene ahora. Luchar para cambiar, así suena mejor, es más honesto y real. Sí nos beneficiamos pero no necesariamente con publicidad en la página, no sé cómo funcionaría, no me gusta.
EL GOLPE DE TIMÓN
El primer piso de la casa-museo donde Carlos Villasana creció parece tienda de antigüedades. Nada desentona, y eso incluye a los esbeltos y cómodos sillones, de acabados dorados y tapiz azul marino. Es casi un estereotipo si hablamos de que su mamá es maestra de historia y él, un coleccionista de postales.
Afuera, las calles lucen muy tranquilas, ni quién pensara que a una cuadra está la estación del Metro General Anaya, la huella de los tiempos modernos e inseguros es la reja que impide el paso de vehículos y peatones.
Carlos Villasana habla de la ciudad con entusiasmo, de la colonia donde creció, de sus vecinos, de la participación ciudadana durante el temblor del 85.
¿Te gusta la ciudad actual, los segundos pisos por ejemplo?
No entiendo mucho eso. Se sacrifica mucho en apoyo al vehículo, estacionamientos, gasolineras, vialidades para conectar con otras vialidades. Así se construyó 20 de Noviembre y la ampliación de Reforma desde el Caballito hasta Peralvillo. Pero con todo, con sus defectos, lo que conserva esta ciudad es extraordinariamente valioso, todo.
Lo que sí me gustaría es dar el golpe de timón para fomentar el arraigo, el cariño a nuestra ciudad, tomando lo mejor del pasado, trasladarlo al presente y modificar lo que sea necesario para ser mejores .
Las campanadas del reloj de péndulo de la casa-museo nos recuerdan que otros deberes nos esperan. Carlos se levanta y por primera vez desde que inició la conversación toma agua. Me despido y salgo de esa casa llena de huellas de al menos dos generaciones de Villasana. Mientras camino al Metro pienso en la cruzada cívica de Carlos, una batalla de mucha paciencia. Creo también que la página La Ciudad de México en el Tiempo es un buen comienzo.
(CORRECCIÓN 30/08/2013. Corrige el nombre del estación del Metro y precisa datos sobre edad de usuarios)