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Síntesis genómica de escritorio
Mandar vida a Marte a la velocidad de la luz y bajar vacunas de la red como ahora podemos bajar periódicos, entre los proyectos plausibles.
Si La Ciudad de las Ideas tuvo una estrella esa fue el biólogo y empresario John Craig Venter, quien tuvo a bien contar un proyecto que sonaría imposible de no ser porque es él quien lo emprende y comenta.
Famoso por haber logrado, con una empresa privada que fundó para el proyecto y una estrategia científica propia, la secuenciación del genoma humano en el año 2000 (tres años antes que el megaproyecto financiado con fondos públicos), Venter se ha mantenido a la cabeza de la biotecnología.
Tras haber mejorado el rendimiento de la fotosíntesis en algas unicelulares, en 2010 regresó a los titulares al crear lo que, un tanto exageradamente, se llamó vida sintética , que en realidad fue la primera célula con ADN sintético (es decir, el andamiaje, la célula, era natural).
En el último mes, Venter ha comentado en algunos foros, y el jueves pasado en Puebla, sobre un descubrimiento hecho en el J. Craig Venter Institute (la modestia no es una de sus cualidades) cuyos desarrollos más notables podrían ser el envío de vacunas a la población vía correo electrónico y el repoblamiento de Marte. Así.
UN SOFTWARE QUE HACE SU PROPIO HARDWARE
En 2003, Venter y sus colegas empezaron a trabajar con el ADN de un virus fago (que mata bacterias). Se sorprendieron al ver que al poner ADN sintético del fago con bacterias, éstas lo reconocen como ADN útil y empiezan a fabricar las proteínas que, en última instancia, se ensamblan y forman el virus que las mata.
El ADN es entonces un software que produce su propio hardware dijo Venter- pero queríamos hacer una célula y no un virus .
A lo que llegaron finalmente fue a generar sintéticamente todo el cromosoma de una especie bacteriana y a insertarlo en una célula de otra especie similar y vieron que en poco tiempo se comportaba como la primera especie y tenía todas las proteínas correspondientes (a eso es a lo que llamaron vida sintética ).
Para hacer el cromosoma bacteriano, una larga estructura circular de ADN, observaron que bastaba con hacer fragmentos y que estos, por sí mismos, se ensamblaban correctamente sin intervención de los seres humanos . De ahí surgió la idea de hacer la impresora genética .
LA IMPRESORA GENÉTICA
Si se puede hacer un aparato autónomo, que no requiera de un laboratorio y un grupo de personas con grandes conocimientos de biotecnología para sintetizar un organismo, es posible entonces, en principio, mandar tan solo la información de cierto material genético para que se genere el ser vivo.
Estamos construyendo las unidades de envío y recepción , avisó Venter, y dio rienda suelta a su imaginación.
Podríamos poner un receptor en Marte [ ] y mandar la información con radiación electromagnética (como la luz), tardaría 4.3 minutos en llegar, en lugar de meses, y a un costo ínfimo comparado con llevar seres vivos en un cohete. O si encontramos muestras de vida en Marte con ADN podríamos hacerlo al revés, y mandar solo la información .
DESDE LA PANDEMIA MEXICANA HASTA ¿SU ESCRITORIO?
En la Wired Health Conference, en Nueva York, el mes pasado, Venter comentó que colaboró con el gobierno del DF durante la pasada epidemia de influenza AH1N1, pero que, por regulaciones y por la negativa de las autoridades, no pudieron sacar el virus del país, lo que aumentó el tiempo en el que pudo hacerse la vacuna.
Si hubiera tenido la tecnología que está desarrollando, la información genética del virus podría haber recorrido el mundo digitalmente permitiendo a los investigadores estudiarlo y hacer una vacuna más rápido, dijo.
En La Ciudad de las Ideas, no tocó el tema y se limitó a platicar sobre el trabajo que hace con Novartis para acelerar la producción de vacunas contra la influenza.
Sabemos cuáles son las partes del virus que cambian así que si aparece una nueva cepa sólo tenemos que ver cómo están esos sitios y diseñar la vacuna, incluso podremos hacerlo por adelantado y cuando surja la nueva cepa, tendríamos la vacuna en 24 horas.
Y qué tal que en el futuro, en cada ciudad o cada universidad, incluso en cada casa, tenemos uno de los receptores de información genética, podríamos mandar las instrucciones para hacer la vacuna como mandamos un e-mail. Así como mandamos información podríamos mandar vida a la velocidad de la luz o bajar una vacuna como ahora bajamos una revista .
manuel.lino@eleconomista.mx