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Arte e Ideas

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Tatuajes, una práctica estética pero muy compleja

En México, siete de cada 10 personas que acuden a consulta para remover un tatuaje son mujeres.

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De acuerdo con cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), aproximadamente 12 millones de mexicanos tienen un tatuaje y la mayoría no sobrepasa los 20 años de edad. Ésta es una práctica popular y creciente en la población, pero sus complicaciones también están constituyendo un motivo de consulta dermatológica cada vez más frecuente.

La Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD) estima que tres de cada 10 personas tienen algún tatuaje en su cuerpo, pero muchas de ellas desconocen el procedimiento, complicaciones, cuidados o medidas de higiene a observar.

“Muchos de los tatuajes son motivados por el momento. Pedimos que se tomen el tiempo necesario para pensar en las posibles complicaciones y repercusiones en su vida diaria antes de realizárselo”, dijo el doctor Javier Ruiz Ávila, integrante de la FMD.

En entrevista, el también especialista en dermatología, cirugía dermatológica y dermato-oncología explica que un tatuaje es una marca permanente que se realiza al insertar pigmentos con pinchazos en la parte superior de la piel. “Las agujas perforan la capa superior de la piel (epidermis) y llegan hasta la siguiente capa (dermis), donde se deposita la tinta. Las máquinas introducen una aguja en la piel a una frecuencia de 50 a 300 veces por minuto. Cada vez que la aguja penetra, causa una herida que alerta al cuerpo e inicia un proceso inflamatorio. Es como si hiciera un llamado a las células del sistema inmunológico para ir al sitio de la herida y reparar la piel”.

Las principales complicaciones en la piel por las que las personas asisten al especialista al realizarse un tatuaje son reacciones alérgicas a la tinta, que pueden causar sarpullido y picazón, o enfermedades de transmisión sanguínea por utilizar un equipo contaminado con sangre infectada.

También se puede formar una zona de inflamación (granuloma) alrededor de la tinta del tatuaje o la presencia de cicatrices queloides, áreas elevadas de la piel causadas por un crecimiento excesivo del tejido cicatrizal, lo que generará un aspecto no deseado.

Aproximadamente 25% de las personas con un tatuaje también se arrepienten de haberlo hecho, por lo que buscan opciones para removerlo.

Hoy además están de moda los tatuajes estéticos alrededor de los labios, cejas y párpados, que se han convertido uno de los 10 principales motivos de consulta dermatológicos para poder tratar de corregir el tatuaje. “Quienes más acuden a consulta para remoción de tatuaje son 70% mujeres y 30% hombres”.

Responsabilidad compartida

El dermatólogo ha venido a ser pieza clave en este ecosistema, pues “cada vez nos llegan más complicaciones o personas que desean retirar los tatuajes, algunos malhechos o porque se cansaron de tenerlo”, dijo el especialista, quien recordó que el tatuaje debe ser una práctica responsable, tanto de quienes lo realizan como de quienes se lo ponen.

“Hay mucha gente que los realiza de manera indiscriminada en cualquier lugar, en una playa, un tianguis o con un amigo, lo que dificulta un reclamo, demanda o resarcimiento del daño”.

Los tatuadores en México cada vez son más reconocidos, pero ese auge también implica compromisos; al ser una actividad de reciente crecimiento, tampoco hay guías como tal para ser tatuadores, pero sí existen reglas claras para un negocio de esta índole.

La diferencia entre un buen trabajo y uno malo no radica en la profesionalización del tatuador, talento, servicio, calidad de las tintas, materiales, máquinas que se utilizan (cada vez más sofisticadas) e higiene, esto implica una licencia que certifica una práctica segura, además de permisos de uso de suelo ante la delegación, de salubridad local.

La práctica está regulada por Cofepris ya que se involucra un tejido corporal y sangre, por ello debe tener los mismos cuidados que un laboratorio, dentro de los requerimientos para la adquisición de la tarjeta de control sanitario están:

• El formato de autorizaciones, certificados y visitas, debidamente requisitado.

• Comprobante de pago de derechos, en términos de la Ley Federal de Derechos (su costo es de $4,847.89).

• Manual de procedimientos, el cual deberá indicar las técnicas de tatuajes, micropigmentaciones o perforaciones que se ofrecen, descripción detallada de cada procedimiento y el material y equipo que se utilizará en la prestación de los servicios.

• Currículum vitae del solicitante que contenga datos generales, estudios y experiencia laboral, relacionados con los procedimientos a realizar.

• Documentación que compruebe que el solicitante cuenta con conocimientos sobre primeros auxilios y técnicas de higiene y asepsia.

• Comprobante de vacunación contra el tétanos y la hepatitis B.

Además se les solicita tener área de esterilización sellada con AUTOCLAVE (presión, calor y vapor) para los procedimientos de esterilización. Área de lavado, equipo de protección y químicos esterilizadores para poder llevar a cabo el procedimiento, tener contrato con empresas recolectoras de residuos biológicos infecciosos y contrato para basura normal. Un registro de clientes foliado, un formulario y libro de visitas.

El Dr. Ruiz Ávila concluyó: “Esto es un llamado de atención, pues cada quien es dueño de su cuerpo y hace lo que cree más conveniente, pero es importante que sea de una manera consciente y saber los pros y contras como cualquier situación. Desde la medicina, tratamos de prevenir enfermedades y no tratar las complicaciones”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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