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Tristes épocas para los periodistas del mundo
El periodismo es una de las profesiones más enriquecedoras y emocionantes a las que puede aspirar el ser humano; una de las principales motivaciones de los periodistas es conocer o vivir de manera directa los acontecimientos de la vida diaria para poder compartirlos con la sociedad.
El periodismo es una de las profesiones más enriquecedoras y emocionantes a las que puede aspirar el ser humano; una de las principales motivaciones de los periodistas es conocer o vivir de manera directa los acontecimientos de la vida diaria para poder compartirlos con la sociedad. Lograr esto, además de apasionante, conlleva sacrificios e incluso algunos riesgos que muchos periodistas están dispuestos a tomar con el simple hecho de lograr su objetivo.
Desde el punto de vista social, los periodistas éticos son personas de enorme servicio para la sociedad, pues sacan a la luz pública noticias, hechos, acontecimientos o comportamientos que informan y ayudan a la formación de criterios y a la toma de decisiones en una sociedad.
Cuando un régimen político o un grupo de poder se siente amenazado por la labor de los periodistas, la primera reacción es atentar en contra de ellos. Las amenazas y agresiones contra reporteros, periodistas o medios no son nuevas y lamentablemente en los últimos meses hemos visto una escalada de estos comportamientos contra la libertad de expresión.
Tres Recientes Casos Aislados
El primer lamentable hecho ocurrió la semana pasada con el desaire que Donald Trump hizo a los periodistas al no asistir a la tradicional cena que la Casa Blanca ofrece a los corresponsales. A nadie le sorprendió, cuando a finales de febrero Trump anunció que este año no asistiría a la cena de corresponsales; sin embargo, su ausencia en el evento llevado a cabo el pasado 29 de abril no ha sido ni bien vista ni bien recibida por un gremio que ya había resentido las críticas y las agresiones del presidente.
La ausencia de Trump al tradicional evento de periodistas deja un amargo sabor de boca en el gremio, ya que la última vez que un presidente desairó la cena fue en 1981 cuando Ronald Reagan se recuperaba del atentado que sufrió. Si bien su ausencia no es una amenaza como tal, sí expresa con gran elocuencia su incomodidad ante los medios y los periodistas. Este simple hecho no debe ser pasado por alto, pues, en realidad, además de estúpido, es también una ofensa a una institución.
Otro caso que también ha sido publicado y del cual hemos hablado en esta columna es sobre el de Venezuela, en el cual la periodista Elyangélica González corresponsal en Caracas de W Radio México (Televisa/PRISA), de W Radio Colombia y Caracol Radio (PRISA) y de Univisión fue agredida mientras cumplía con sus funciones de comunicadora por una decena de agentes armados de la Guardia Nacional Bolivariana. También en Venezuela a principios de abril el periodista uruguayo y residente en Francia, Sebastián Pérez, fue detenido 10 días por cubrir y fotografiar las marchas que se han estado llevando a cabo en la capital del país por la catastrófica situación en la que alrededor de 26 personas han perdido la vida.
Sin embargo, el caso más triste, preocupante y cercano es el de los periodistas mexicanos. En nuestro país, durante los últimos años, ejercer el periodismo se ha convertido en un oficio sumamente peligroso. La Comisión Nacional de Derechos Humanos expresó que suman 122 homicidios de comunicadores en México desde el año 2000.
Casos de periodistas que han perdido sus trabajos, que han sido amenazados o agredidos abundan en todo el país e incluso han dejado de ser noticia.
Simplemente Veracruz se ha convertido en uno de los territorios más peligrosos para ejercer el periodismo a nivel mundial. Del año 2003 a la fecha, 29 periodistas han sido asesinados o desaparecidos y oficialmente hay más de 300 denuncias de amenazas o acosos. El caso más reciente es el de Ricardo Monlui, de 57 años, quien fue asesinado la mañana del domingo 19 de marzo al salir de un restaurante. Monlui era presidente de la Asociación de Periodistas y Reporteros Gráficos de Córdoba, Veracruz.
Si bien resolver la situación política y económica en Veracruz es de primordial importancia, asegurar el ejercicio de libre periodismo y proveer de las garantías individuales a medios y periodistas es también una labor que debe estar entre la lista de prioridades del actual gobierno de Miguel Ángel Yunes.