UNESCO distingue al restaurante Octo, de Guadalajara, con el Prix Versailles

El restaurante Octo de la colonia Lafayette, en Guadalajara, recibió el Prix Versailles en la categoría de Restaurantes por su diseño arquitectónico que combina elementos de elaboración artesanal como una ladrillería especial, maderas, herrería y cristales biselados que en conjunto con la ingeniería de su techo retráctil lo convierten en un exponente único. Con esta distinción, el edificio entró en la lista de los 96 espacios del mundo que año con año, desde 2015, reconoce la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). 

El Prix Versailles es una serie de galardones que reconocen la arquitectura y el diseño y “una de las maneras de poner de relieve el encuentro entre la creación, el arte y la economía”, como alguna vez declaró la exdirectora general de la UNESCO, Irina Bokova.

El recinto gastronómico mexicano que este año obtuvo la distinción, que asimismo alberga una galería de arte, es un proyecto de los hermanos Luis Manuel y Luis Fernando Hernández, quienes también tienen el restaurante Bruna, ubicado a un costado, por la avenida Lerdo de Tejada de la capital tapatía. Octo está especializado en cocina del mar, y en ambos espacios comanda el chef Oscar Garza.

La distinción, que se enuncia como Premio Especial para Exterior (Special Price for an Exterior), tomó por sorpresa al grupo Herre Arquitectos, pues según declaró Luis Manuel “este tipo de premios es ganado por proyectos muy importantes a nivel mundial, y cuando a nosotros nos avisaron no teníamos idea de que existía, incluso nos dijeron que los despachos de arquitectura y diseño más importantes del mundo hacen inversiones millonarias para concursar y ganárselo. Lo más interesante es que esto fue hecho por artesanos y mucha gente que invirtió su tiempo en él”.

La casona en la que se ubica el restaurante es de los años 60 y lo que destaca a golpe de vista en la fachada y gran parte de los interiores es la inquietante forma hexagonal de los ladrillos en su pureza roja, que a su vez forman simétricos floretones también hexagonales, colocados en relieve, algunos de los cuales enmarcan pequeños ventanales de cristal biselado. El piso hace un moderno contraste con sus mosaicos de círculos negros atravesados con una línea de latón sobre base blanca, y el techo retráctil le dan un toque sofisticado. Se completa la experiencia con mobiliario de madera y jardines sobrios.

Los desarrolladores del proyecto rindieron homenaje a los artesanos que participaron en la construcción del restaurante, a quien consideraron como los verdaderos artífices de la magia que les permitió ganar este premio. Ellos son el ladrillero German Jiménez Uribe ladrillero, el creador del mosaico Claudio Cuevas Partida, el artista de la madera Omar Flores Martinez, Aarón de Jesús Haro Loyola en el biselado de los vidrios, mientras que Ramiro Iván García de Dios se encargó del techo reclinable y la herrería de las puertas, y 

Marcos Balatazar Ayar, con sus colaboradores, de la colocación de los 150 mil ladrillos del edificio.

“Es algo tan bello que es un templo, no lo puedo describir como otra cosa, la idea era que toda la gente que entre se sienta relajada y que pueda hacer una comunión con este espacio”, señala Luis Manuel Hernández.

Ceremonia y jurado

A la placa conmemorativa del premio se le construyó un marco de madera que emula los floretones hexagonales del edificio, obra que fue develada el 21 de agosto por Pablo Lemus, alcalde de Guadalajara, Lourdes González, secretaría de Cultura de Jalisco, y Lorena Martínez, promotora de la marca Guadalajara Guadalajara.

El jurado del Prix de Versailles para la edición 2023 estuvo integrado por el arquitecto Thom Mayne, de Estados Unidos; el DJ Charlotte de Witte, de Bélgica; el diseñador británico Jasper Morrison, la arquitecta Lu Wenyu, de China; el cineasta Mahamat-Saleh Haroun, de Francia; el filósofo francés Gilles Lipovetsky, la montañista Samina Baig, de Paquistán; y el arquitecto estadounidense Thomas Vonier.