Lectura 5:00 min
“Un teatro independiente siempre va a ser un espacio en resistencia”: Boris Schoemann
Para espacios como el celebrado, fundado por Salvador Novo en 1953, siempre serán necesarios subsidios públicos que permitan bajar el costo de los boletos y mantener una programación independiente, señala el director artístico de La Capilla.
Los apoyos institucionales se han reducido de manera drástica y hay cada vez menos producciones públicas, lo cual lleva a que los grupos y los artistas busquen los espacios independientes para poderse expresar. Hay muchas generaciones jóvenes saliendo de distintas escuelas. ¿Dónde se pueden expresar? Esa es la encrucijada en la que estamos”,
Boris Schoemann, director artístico de La Capilla.
El Teatro La Capilla, ubicado en la colonia Del Carmen, en Coyoacán, en una de las zonas urbanas con más historia de la Ciudad de México, es por sí mismo un espacio viviente y testigo de varios de los momentos más memorables del teatro independiente y experimental del país.
Su fortaleza como un teatro referente se arraiga desde su génesis, en manos de Salvador Novo, quien, junto con el arquitecto Alejandro Prieto, adaptó una antigua capilla como espacio escénico y el 22 de enero de 1953 abrió al público con una convicción: ser un exhibidor de lo que no se ve en otros escenarios y, con ello, un semillero de nuevos talentos.
A partir de este mes y durante todo el año, La Capilla realizará distintas actividades para celebrar los 70 años de este legado vivo.
En 2001, el director, actor y gestor cultural Boris Schoemann recibió la estafeta en la dirección artística de Jesusa Rodríguez, quien retomó el foro en los años 80 y lo renovó en la década siguiente. Desde entonces se ha consolidado como un espacio con las puertas abiertas para el fomento del teatro contemporáneo.
El director conversa con El Economista en vísperas de las celebraciones por las siete décadas de este emblema escénico.
Los subsidios son fundamentales
“Es importante festejar 70 años de un espacio que se ha mantenido independiente, contra viento y marea, de inicio, por la voluntad de Salvador Novo, después gracias a sus herederos, quienes lo han mantenido como tal, a pesar de haber recibido múltiples ofertas de compra. Ellos saben lo que representa La Capilla para el teatro independiente en México. Hay que celebrar que siga abierto y vigente. Desde que empezó con Novo, este sigue siendo un semillero de actores y de directores de teatro. La Capilla tiene una identidad muy clara”, destaca Schoemann.
Se trata, señala, no sólo de un escenario sino de un complejo de espacios escénicos, incluyendo la Sala Novo y un foro al aire libre, donde además de recibir propuestas experimentales, impulsa una actividad ininterrumpida entre creación, programación, talleres y producción editorial, “una serie de actividades que sólo es posible por un financiamiento público al que volvimos a tener acceso en diciembre de 2022, por suerte, porque ya estábamos quebradísimos. Todo eso estamos celebrando, la fortuna de seguir vivos y mantener actividades en beneficio principalmente de un público que aquí puede ver una gran diversidad de propuestas arriesgadas que no suelen verse en otros foros”.
Cualquier teatro independiente del país, y del mundo, asegura, siempre va a ser un espacio en resistencia, “porque no tiene un subsidio necesario y asegurado. Nunca estamos seguros de nada y siempre hay que ver de qué manera logramos financiar las actividades, porque no se sostienen únicamente de los ingresos del público. De ser así, esto nos llevaría a ser un teatro privado, que es muy válido que existan, pero estos se manejan con otro tipo de costos y de propuestas. A mí no me interesaría dirigir un teatro dependiente de lo que pueda pagar el público”.
Foros como La Capilla, señala Schoemann, ya deberían de tener ese reconocimiento, un subsidio asegurado, “después de tantos años de haber demostrado logros para la cultura, la comunidad artística, para los públicos y toda la gente que ha pasado por estas tablas. Debería de haber un subsidio ya permanente, y no lo hay. Todos los años hay que volver a competir y demostrar que se mantiene vigente”.
Destaca y agradece que tanto en 2021 como en 2022 La Capilla haya recibido un apoyo que el gobierno de la Ciudad de México dispuso para los escenarios independientes. “Es importante hacerlo notar, que hay, por fin, un esfuerzo del gobierno de la ciudad hacia nosotros”.
Estímulos fiscales
El apoyo federal para La Capilla, sobre todo a través del programa México en Escena, del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC), representa hoy en día 40% de los costos anuales para su mantenimiento y programación.
No obstante, señala, hay todavía luchas que se mantienen francas. El gremio teatrero independiente ha pugnado, y lo enfatizó desde el primer año de la pandemia, por la inclusión de los espacios teatrales independientes dentro del estímulo fiscal Efiartes, “porque ahorita únicamente se apoyan producciones, pero no está en la ley la posibilidad de apoyar a espacios independientes por esta vía. Estamos pugnando para que las empresas puedan subsidiar nuestros teatros”.
Alojar un promedio anual de 600 funciones por año, de casi una centena de compañías, requiere de un amplio trabajo de mantenimiento y de tener a punto el equipo técnico, indica Schoemann. “Claro que no tenemos la última tecnología en iluminación, pero funcionamos con un equipo que se va renovando en función de las posibilidades. Obviamente sí hay una limitante fuerte de equipamiento”, concluye.
Programación especial por el 70 aniversario:
Kiwi
Compañía:
Los Endebles
Autor: Daniel Danis
Dirección: Boris Schoemann
22 de enero, 12:00 horas
Beautiful Julia
Compañía:
Los Endebles
Dramaturgia: Maribel Carrasco
Dirección: Boris Schoemann
22 de enero, 16:00 horas
Bashir Lazhar
Compañía:
Los Endebles
Dramaturgia: Évelyne de la Chenelière
Dirección: Mahalat Sánchez
22 de enero, 18:30 horas