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Unas piedras en el camino: los Rolling Stones siguen siendo los reyes
Antes de derribar el último bastión del imperio stalinista en Cuba, la mejor banda de rock del mundo dará dos conciertos en México.
Un amigo entró recientemente a trabajar a una escuela privada con mucho prestigio en la Ciudad de México. Un día llevó una camiseta de los Rolling Stones y le dijeron que en el código de vestimenta de la institución estaba prohibido usar ropa que ostentara el nombre o el logo (la famosa lengua) de la banda. De los Beatles sí puedes traer lo que quieras , agregaron. Me gustó la idea de que aún hoy, casi 54 años después de su formación, los Stones sigan teniendo cierto aire de peligro, a pesar de que se han vuelto los nuevos Beatles, en el sentido de que pasaron a ser, en sus propias palabras, el grupo que todo mundo ama, después de haber sido el grupo que todo mundo odiaba .
¿Dejarías que tu hermana saliera con un Rolling Stone? era una frase que se hizo muy famosa en Inglaterra a principios de los años 60, cuando los miembros del grupo hacían apuestas de cuánto tiempo iba a durar cada concierto --duraban entre 15 y 20 minutos, aproximadamente, antes de que las jovencitas enloquecidas comenzaran a subirse al escenario. Bill Wyman, el bajista de la banda hasta principios de los años 90, cuenta en el documental Crossfire Hurricane que de pronto comenzaba a ver correr el agua entre las butacas. Era orina, las jovencitas se orinan cuando están muy excitadas .
Ahora, esas mismas jovencitas, hermanas de alguien que jamás las hubiera dejado salir con Mick Jagger, ya son abuelas. Y los Rolling Stones también lo son, pero en un estilo único. En el principio, la idea era no crecer, no volverse adultos jamás. El imperturbable Charlie Watts recuerda que Keith Richards --que entonces todavía se llamaba Keith Richard, sin la s - y Brian Jones se burlaban de las personas con trabajos de oficina, que eran obligados a usar corbata, y les decían Earnies : algo así como Ernestitos ; el apodo venía del verbo to earn, o sea, ganarse la vida. Es decir, los Earnies eran los Godínez de la época, y la primera época de los Rolling Stones bien pudo haberse llamado La irrelevancia de llamarse Ernesto .
Pero, como todo paraíso, ése también se acabó. El primer disco de los Stones había sido de puros covers de blues (ellos hicieron mundialmente famoso a Muddy Waters, de cuya canción Rollin Stone tomaron su nombre) pero no podían hacer un segundo disco igual, así que Andrew Loog Oldham, su representante, les sugirió componer temas propios. Mick y yo compusimos un montón de porquerías, pero nada digno de los Rolling Stones , cuenta Keith. Hasta que un día, según la memoria de Jagger, surgió el tema Tell Me y la dupla de composición Jagger/ Richards se convirtió en una fuerza de la naturaleza: nacía en un huracán de fuego cruzado/ y le aullé a mi mamá en la tormenta/ pero ahora todo está bien/ de hecho es un placer , dice la primera estrofa de Jumpin Jack Flash .
Todo era un placer, excepto para Brian Jones. Keith y yo consumíamos drogas, pero Brian consumía demasiadas drogas . El virtuoso Brian Jones, sin duda el mejor músico del grupo y su fundador indiscutible, se sumió en una depresión de la que ya nunca salió. Pocas veces iba a ensayar o a grabar. Su última chispa de genio viene en una canción del álbum Beggars Banquet llamada No Expectations . Nada qué añadir. Poco después, Brian fue despedido de su propia banda. Aceptó de inmediato. Quería seguir siendo Peter Pan mientras los otros Rolling Stones ya se habían convertido en piratas. Murió tres semanas después, ahogado en su propia alberca, como el Gran Gatsby.
El guitarrista Mick Taylor fue llamado a sustituirlo. Su debut fue en Hyde Park (algo así como el Central Park de Londres, pero mucho más bello) ante medio millón de personas, en lo que se consideró el funeral de Brian Jones. Taylor resultó aún mejor que Brian. Con él, los Rolling Stones grabaron obras maestras como Let It Bleed, Sticky Fingers (donde aparece por primera vez el famoso logo de la lengua) el sencillo Honky Tonk Women y el que la crítica considera el mejor disco del grupo: Exile On Main St.
Las condiciones en que se hizo ese álbum doble son la descripción perfecta de lo que era el grupo en ese momento: fue grabado en el glorioso sur de Francia bajo el infernal influjo de la heroína; se tardaban dos semanas en grabar una sola canción. En el Beggars Banquet invocaron al diablo en Sympathy For The Devil (inspirado en Baudelaire y en El maestro y Margarita de Bulgákov) y luego el diablo se les apareció. Vino una época de oro a nivel musical, pero aderezada con la muerte de Brian Jones, el siniestro festival de Altamont (un concierto que quiso ser el Woodstock de la Costa Oeste y terminó con el asesinato de uno de los asistentes) y el exilio a Francia para evitar pagar demasiados impuestos.
En 1974, Mick Taylor prefirió dejar la banda en vez de morir como Brian Jones. Ron Wood entró en su lugar y los Stones triunfaron aún más. Entre las joyas grabadas con él están Some Girls (donde viene su última canción número 1 en Billboard, Miss You ) Tatoo You, Steel Wheels (el último con Bill Wyman en el bajo), Voodoo Lounge, A Bigger Bang y los que vengan.
La nueva gira, que comenzó el año pasado como una conmemoración de Sticky Fingers, es una demostración más de que los Rolling Stones son eternos. Mick Jagger aún corre por el escenario como un adolescente y Charlie Watts venció al cáncer y no se le ve rastro alguno de haberlo tenido. Por momentos, el el concierto de Dallas de 2015, Keith se veía un poco diezmado, pero según las estadísticas debió morir hace 40 años y todavía logra ser el vampiro fascinante de siempre sobre el escenario.
Hay una obra de Tom Stoppard llamada Rock n Roll acerca de un joven checoslovaco que en los años 60 viaja a Inglaterra. Se hospeda en la casa de un profesor comunista. Para el profesor, el comunismo es una idea romántica. Para el joven, es una realidad espantosa. En Inglaterra se emborracha de libertad. No logra creer que puede comprar en la tienda los discos que, en la Checoslovaquia sometida por la URSS tiene que obtener en el mercado negro.
La obra termina en 30 años después, el 18 de agosto de 1990, en el primer concierto de los Rolling Stones en la República Checa. Esos mismos Stones estarán en el 25 de marzo Cuba, destruyendo el último bastión del draconiano imperio stalinista. Ese día morirá Fidel Castro, aunque después siga respirando. Los Rolling Stones derriban todas las barreras. Comamos más ansias en lo que llegan.