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Se acabó el tabú ¡La menopausia no es una enfermedad! Debe ser un proceso feliz

De acuerdo con un primer estudio sobre la menopausia en México, nueve de cada 10 mujeres mexicanas tienen síntomas de menopausia. Al mismo tiempo, 29% saben poco o nada sobre este tema. Esta falta de conocimiento es preocupante, especialmente considerando que muchas mujeres sólo buscan ayuda médica cuando los síntomas son severos.

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Foto EE: Archivo

Durante mucho tiempo la menopausia se juzgó como una etapa resumida en “locura” que se tenía que pasar sin muchas opciones para remediarlo, aguantando las críticas de la sociedad y la incomprensión de la familia, pues se veía como un proceso simplemente inevitable que se vivía en solitario. Aunque ahora hay muchas formas que nos permiten sentirnos mucho mejor durante estos cambios y lograr una vida plena, todavía falta mucho por hacer y este 18 de octubre, Día Mundial de la Menopausia es el momento de alzar la voz.

La organización Sin Reglas realizó el Primer estudio sobre la menopausia en México, el cual confirma que en México no se habla lo suficiente de la menopausia. De acuerdo con el estudio, nueve de cada 10 mujeres mexicanas tienen síntomas de menopausia. Al mismo tiempo, 29% saben poco o nada sobre este tema. Esta falta de conocimiento es preocupante, especialmente considerando que muchas mujeres sólo buscan ayuda médica cuando los síntomas son severos.

Las afectaciones de la menopausia también son considerables, de acuerdo con el reporte. En promedio, las mexicanas empiezan a padecer la menopausia a los 47.8 años, y cada una de ellas reporta una media de 10 síntomas distintos. Además, una de cada dos mujeres con síntomas de menopausia en el país es diagnosticada con alguna enfermedad.

La menopausia también tiene impactos en el desarrollo profesional de las mujeres. De acuerdo con el estudio, una de cada dos mujeres ha reportado que sus síntomas han tenido un impacto en su trabajo. Lo anterior podría explicar por qué, aunque hay 11 millones de mujeres con más de 40 años en la población económicamente activa, la mayor fuga de talento entre las mujeres también se observa justamente en el rango etario de los 45 a los 55 años.

Démosle la vuelta a la menopausia

“La menopausia es un proceso al que todas las mujeres vamos a llegar en algún momento y muchas veces se cree que porque no tienes bochornos o síntomas no pasamos por ella. Lo que es cierto es que en este final de la etapa reproductiva el cerebro empieza a perder ciertas funciones como memoria, concentración, se presenta ralentización, a nivel metabólico el cuerpo acumula más grasa con esta necesidad de compensar la falta de hormonas, se pierde masa muscular y hay cambios en la energía, la buena noticia es que podemos darle la vuelta a todo esto”, asegura la Dra. Esmeralda Bastidas, experta en medicina regenerativa y antienvejecimiento.

“Sabemos que un gran número atraviesa esta etapa con miedo y vergüenza, lo que las limita a buscar ayuda médica adecuada, por eso es importante abrir el diálogo”. Explica que hoy todos los tratamientos van muy enfocados en estos cambios en el cuerpo y afortunadamente hay estrategias para que esta etapa no tenga un impacto sobre la salud.

Dijo que una de las primeras cosas es tratar de que el cuerpo gestione mejor el estrés, porque si bien es cierto, el tema del declive de las hormonas hace que sea mucho más complejo manejar el estrés, hay más agotamiento mental y riesgos de ansiedad, depresión, angustia o alteraciones del sueño, “para ello se tiene cierta tecnología como el neurofeedback, que es como un entrenamiento de nuestro cerebro para que respondan mejor ante el estrés”.

Por otro lado las vitaminas, minerales y antioxidantes, serán la base para poder ayudar al cerebro a mejorar sus funciones y enfocarse al tema de inflamación, “pues en el proceso de menopausia una de las cosas que suceden es que el cuerpo empieza a aumentar la grasa y al haber deficiencia de hormonas aumenta la oxidación e inflamación. Hay nutrientes muy específicos como omegas, vitamina D, NAD un antioxidante muy enfocado al cerebro y a la parte metabólica, esto nos ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mentales”.

Para mejorar la masa muscular también hay cosas que se pueden trabajar para ayudar a desintoxicar, como sueros intravenosos que traen una combinación de aminoácidos y minerales. “El ejercicio regular por supuesto es parte del tratamiento, pero también hay equipos que ayudan a aumentar la masa muscular mejorandola en abdomen, pierna, glúteo, brazos, de acuerdo a la necesidad. Para ello hay estudios genómicos que también ya pueden ir dando una orientación sobre qué tipo de ejercicios y alimentación puede llevar un paciente”.

Agrega que también existe una formula de remplazo hormonal para disminuir los síntomas asociados a sudoración, resequedad vaginal, cambios en la concentración, la energía, la vitalidad, lívido, “todo esto va disminuyendo cuando las hormonas van desapareciendo. Incluso ahora se habla de regeneración de células, pues con este proceso digamos que van pasando información incorrecta y cuando no se reparan pueden traducirse en enfermedades, para esto también hay terapias que permiten calidad de vida pues permiten rejuvenecer las células y que estén sanas”.

Por supuesto que a nivel externo se van generando cambios como caída de cabello o debilidad, aumento de arrugas, flacidez, manchas, pues las hormonas están muy relacionadas en la producción de todo. “Cuando hay estos cambios podemos acompañarlo a través de tratamientos a nivel capilar, para estimular crecimiento; para manchas o arrugas se puede producir más colágeno y elastina, se tiene afortunadamente toda la tecnología sin tener que pasar por procedimientos inyectados”.

Concluye que prácticamente existen un sin fin de tratamientos para que el proceso de la menopausia se viva mejor y feliz, pero siempre será importante hacerlo de forma personalizada, pues lo que nos funciona a unas a otras no, para ello es indispensable hacer un interrogatorio, una historia clínica y estudios de laboratorio.

“Esta es una área que no se ha dado de la noche a la mañana, se tiene más de 70 años de investigación, la regeneración y la tecnología se ha ido mejorando, la forma en que se cultiva, se extrae, la seguridad de las células y hormonas cada vez tiene mucho más evidencia. Lo mejor es que todo esto está cada vez más al alcance de todos pues ciertamente hace unos 15 años no existía el acceso a este tipo de terapias, antes considerar tratamientos significaba viajar a otros países incluso”.

Por último, hay que tener cuidado con ofrecimientos milagrosos, “donde con una pastilla se acaban los síntomas, los llamados productos milagro, pueden ser contraproducentes. Nuestra forma de tratarnos tiene que ser combinada y paulatina, aunque es cierto que hay cosas que hacen cambios inmediatos, pero lo importante es ser pacientes con nuestro cuerpo”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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