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La belleza hoy tiene que ver más con la salud que con la apariencia
La biología de la piel es un área de la ciencia que podemos identificar y estudiar gracias a los grandes avances que se dan sobre todo en la industria dermatológica, señala la ingeniera bioquímica en entrevista durante su reciente visita a México.

La firma que representa presentó en el país sus avances con ácido glicólico, que es el hidróxido de cadena molecular más pequeña, lo que le permite penetrar en la piel más rápidamente a estratos más profundos.
“Sabemos actualmente que en el mundo no existe un solo tipo de belleza, incluso cada uno tenemos nuestra belleza, pero más allá del tema de estereotipos, algo que sí merecemos todos es atender la salud y protección de nuestra piel. Es una manera de darnos la importancia que merecemos”.
Son palabras de la doctora Elisabeth Bouhadana, directora científica global de L'Oréal París, quien estuvo en México y concedió una entrevista para El Economista después de asistir a la 83ª Reunión Anual de la Academia Americana de Dermatología (AAD), en Orlando, Florida, Estados Unidos, el principal encuentro educativo en dermatología del año.
Nos platica que los daños causados en la piel derivan de la acumulación de muchos ataques a través del tiempo. A la vez que con la edad, nuestra piel va perdiendo sus defensas naturales, sin embargo, hoy tenemos los recursos para retrasar estos signos y ayudarnos.
Especialistas en la biología de la piel
La también ingeniera bioquímica platica que la biología de la piel es un área de la ciencia que hoy podemos identificar y estudiar gracias a los avances que se dan sobre todo en la industria dermatológica, pues hasta hace muy poco tiempo no existían tantas opciones, ni se conocía tan bien cómo funcionaba el órgano más grande del cuerpo humano, particularmente en el rostro.
“La piel es un órgano que se renueva cada 28 días y se puede actuar en ella, cada día tenemos la oportunidad de poner activos que encuentran su dimensión biológica para producir más o menos cantidad de lo que produce todos los días. Estudiando los marcadores biológicos de la piel, podemos encontrar nuevas maneras de mejorar el colágeno, la elastina, el color y textura de la piel”, explica.
Asegura que todos merecemos encontrarnos con la tecnología, utilizarla y proteger nuestra piel. Hace veinte años, señala, la investigación dermatológica buscaba extractos de flores, de plantas con diferentes reacciones y actividad, pero se necesitaban mucha materia orgánica y eso lo volvía poco sostenible. “Hoy tenemos moléculas que se obtienen con síntesis y que controlamos muy bien, sabemos perfectamente su emisión de CO2, su consumo de agua y medir todo eso nos permite ser cada vez más sostenibles”.
Cuando se trabaja en los laboratorios con activos de síntesis, todo está controlado y esto evita la sobreexplotación de recursos naturales: “ácido hialurónico, vitamina C, retinol, melasyl, niacinamide; se trata de unas diez moléculas que cuentan en la dermatología y que trabajamos para que sean cada vez más estables, rápidas de actuar”.
Dice que incluso en los encuentros de dermatología, los especialistas están atentos a las investigaciones de la firma que representa, pues definitivamente buscan productos de calidad, seguros y eficaces, pero a precios más accesibles.
Más mujeres en la ciencia
Aprovechando su visita a México y en el mes donde se cuentan historias de mujeres para reivindicar nuestro papel en la sociedad, es importante saber que la doctora Bouhadana participó de manera muy importante en el desarrollo de pieles artificiales en laboratorio para evitar el testeo con animales. Nos platica de esta experiencia revolucionaria.
“Fue una colaboración de L'Oréal con hospitales especializados en piel quemada en Lyon, Francia. Ellos buscaban un método para que se puedan hacer injertos de piel que no se rechacen. Por nuestra parte estábamos interesados porque si ya teníamos un método para tener piel humana en cantidad, entonces podríamos hacer muchas pruebas y comparaciones de activos sin daños. Episkin es el tejido humano que usamos para desarrollar nuevos activos y esto nos permitió dejar de hacer testeos en animales 14 años antes de que la ley lo mandatara, incluso eso nos permitió ir más rápido para encontrar filtros solares, una innovación que hasta nuestros días es eficaz y nos permite proteger la salud y por añadidura, la belleza”.
Comparte que su madre era farmacéutica: “yo la veía trabajar y siempre quise hacer lo mismo, pensaba en trabajar con alguna marca y cuando fue en productos de belleza, sabía que era el lugar. Después de mis estudios de enzimología (estudio de las enzimas) tuve la oportunidad de hacer una estancia en L'Oréal. Me gustó mucho y me quedé, pues descubrí un mundo donde no sólo se hacen productos sino que también se genera conocimiento, y a los científicos nos gusta aprender y mejorar la precisión de los mecanismos. Estar aquí es una suerte porque trabajamos con las mejores universidades, institutos de investigación, hospitales, esto es fantástico”.
Asegura que ella y el grupo están convencidos en apoyar para que más mujeres sean científicas, por eso cada año buscan reconocer y acompañar a todas ellas con el Premio para Mujeres en la Ciencia L'Oréal-UNESCO-AMC, éste específicamente en México, pero existen diversas versiones además de la premiación mundial.