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Arte e Ideas

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Galería de Arte Mexicano, 90 años de una leyenda viva

Fundado en 1935 por Inés Amor, este espacio ha representado a los grandes del arte del siglo XX en el país y conserva plena vitalidad porque ha sabido adaptarse a los cambios del mercado, señala su codirectora Mariana Pérez Amor; “El mercado del arte lo maneja el diablo”, añade la galerista.

Las directoras de la GAM, con Jan Hendrix, Francisco Toledo y Carlos Monsiváis. foto: cortesía gam

Las directoras de la GAM, con Jan Hendrix, Francisco Toledo y Carlos Monsiváis. foto: cortesía gamRosario Servin

Historia del arte. Es una licenciatura y un posgrado, pero también podría usarse –con las debidas licencias y en muy contadas ocasiones– como un apelativo. En todo caso, resérvese el mote para aquellas voluntades que no solamente han acompañado y registrado el acontecer artístico de un país y una o varias eras de su paisaje creativo, sino que han fraguado las briquetas de ese mural llamado arte. Si adoptamos esta lógica, entonces podría decirse que la nonagenaria voluntad llamada Galería de Arte Mexicano es historia del arte. Y es que en marzo próximo, la GAM –para fines sucintos– celebrará 90 años de existencia, que no es poca cosa.

Basta con mencionar un puñado de artistas que en su momento fueron representadas y representados por la histórica galería: Diego Rivera, Francisco Toledo, María Izquierdo, Gunther Gerzso, David Alfaro Siqueiros, Joy Laville, Rufino Tamayo, Pedro Coronel, Carlos Mérida, Leonora Carrington. Una pléyade. Y que hoy representa a artistas contemporáneos de la talla de Yvonne Venegas, Jan Hendrix, Eugenia Martínez y Francisco Castro Leñero.

Ha sido un día ajetreado para las directoras de la galería, Alejandra Yturbe y Mariana Pérez Amor. La agenda indica dos jornadas de atención a medios. Es la una de la tarde. Doña Mariana es retratada por el fotógrafo de un medio de circulación nacional, quien le pide que, por favor, mire directamente a la cámara, y ahora que fije la mirada en la ventana que da a una de las calles de la San Miguel Chapultepec; después le solicita un poco más de su paciencia porque la va a retratar con otra lente. Y doña Mariana asiente, concede, pero también deja dicho: “me dan angustia las fotos” y se sorprende porque le dicen, cuando pensaba lo contrario, que todavía le quedan más medios por atender. No quiere sonar repetitiva: “ya no sé si digo las cosas bien o mal”, bromea.

El Economista reconoce la inquietud y le plantea a la hija de la legendaria fundadora Inés Amor no una entrevista de retrospectiva, sino una conversación de perspectivas.

—La GAM tiene en su haber un crisol de artistas del todo diverso...

“Sí. La razón por la que la galería está cumpliendo 90 años es ésa, la de siempre haber estado abierta a nuevas propuestas. El pasado es muy importante, el presente es fundamental, pero el futuro es lo que nos ocupa. Tenemos que estar abiertos a las transformaciones del paso del tiempo. Claro, no podemos desdeñar el juego tremendo del mercado, pero lo que importa al final es eso que decía Goya: el tiempo también pinta. Lo que pasa por el tamiz, por esa coladera llamada tiempo, es lo que prevalece, y puede ser muy injusto, pero es lo que es”.

—Con todos esos nombres de artistas que han pasado por la galería, ¿se puede intimidar a la hora de elegir a quién representar en el presente?

“Sí, condiciona un poco, pero no totalmente. Hemos sabido evolucionar, y evolucionar es abrirte, entender que las propuestas de los artistas contemporáneos son diametralmente opuestas a lo que fue el pasado, porque el mundo que vive un artista contemporáneo es incomparable con el contexto de un artista de los años 30 del siglo pasado que quizás nunca salió de la Ciudad de México, donde además había una línea que dictaba una tal Escuela Mexicana de Pintura. Pero eso hoy no existe. Como galerista, tienes que entender que el mundo que afrontamos no es equiparable con el pasado. Hay que tener una visión amplia y voluntad para entenderlo. Por eso hace como 20 años, Alejandra y yo nos inscribimos en un seminario de la Ibero sobre arte contemporáneo, lo cursamos durante dos años. Fue apasionante. De alguna manera intuimos que el mundo se estaba transformando y que no estábamos entendiendo bien qué estaba pasando. Resolvimos que necesitábamos estudiar el contexto. Estudiábamos con chavitos, y el mundo se nos abrió de nueva cuenta”.

—Sin duda, ha cambiado el rol de un galerista con el paso del tiempo...

“Claro. Hoy, el mundo va tan rápido que para un artista joven le es más difícil destacar porque es presionado por el de atrás, que amenaza con comérselo. Eso es la globalización: Hoy se compite con el mundo entero. Es brutal. Alguna vez un periodista me preguntó: ‘¿quién maneja el mercado del arte?´, como si yo lo manejara. Recuerdo que le dije: ‘¿quieres saber la verdad? Lo maneja el diablo’. Y es que sí, el mercado es arbitrario. Por ejemplo, en su época Inés (Amor) vendía obras en abonos, imagínate qué cosa más maravillosa. Un profesor universitario que vivía de su sueldo, con un cochecito y un departamento, podía comprar un cuadro al año en abonos. hoy en día, ese mismo profesor difícilmente puede acceder a una casa, mucho menos a una obra de arte. Por eso nosotros siempre tratamos de decirle a los artistas: ‘hold your horses con los precios’. Es obvio que entre más caro se venda una obra, más gano yo, pero tampoco se trata de ahorcar tu mercado desde el principio. Es un juego difícil. El artista siempre quiere vender caro, y es lo más humano de la tierra, pero como galerista sabemos que más vale ir ascendiendo poco a poco”.

—Hace un momento comentó que trabaja en la galería desde los 18 años...

“Vengo todos los días de mi vida desde que tenía 18 años. Actualmente tengo setenta. Y lo hago porque cada vez que entro, siento que me abraza mi galería. Es mi pasión. Y la he sufrido, por supuesto. Hemos tenido vacas flacas. Pero ésta es mi vida. Me considero una privilegiada por estar cerca de los creadores. No hay nada más fantástico que ir al estudio de un artista para que te platique de qué trata su obra. Me acuerdo de cómo se me caía la baba de escuchar a Gunther Gerzso, y también me emociono cuando escucho a un artista joven que se quiere comer el mundo. Lo mismo me ha pasado con el trato hacia nuestros visitantes. Inés (su madre) siempre me decía: ‘trata bien a la gente que entra a tu galería, nunca desprecies a nadie, porque nunca sabes de quién se trata’. Alguna vez nos visitó un señor que no lucía presentable que digamos, zarrapastroso pues, y resultó ser un coleccionista gringo millonario y un ser humano fantástico. Pero, más allá de eso, estamos para atender a todo el público, dispuestos a responder todo lo que nos pregunte. Eso lo aprendimos de Inés. Porque sólo así se conoce a gente fantástica y también conoces a tus enemigos. Por eso soy privilegiada”.

Una revisión de sus artistas

Para celebrar nueve décadas de existencia, en febrero próximo la Galería de Arte Mexicano presentará una exposición con obras de artistas representados de 1940 al 2000, que van del surrealismo y la Ruptura al neomexicanismo y la abstracción.

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Galería de Arte Mexicano

Exposición de aniversario

A partir del 4 de febrero

Con obras de:

  • David Alfaro Siqueiros
  • Diego Rivera
  • Antonio Ruiz
  • Gunther Gerzso
  • Leonora Carrington
  • María Izquierdo
  • Rufino Tamayo
  • Ángel Zárraga
  • Joy Laville
  • Manuel Rodríguez Lozano
  • Alfredo Castañeda
  • Jan Hendrix
  • Entre otros

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Galería de Arte Mexicano

  • Calle Gobernador Rafael Rebollar 43, San Miguel Chapultepec, Ciudad de México
  • Abierta de lunes a jueves de 10:30 a 17:00 h y los viernes de 10:30 a 14:00 h

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“Vengo a la galería todos los días de mi vida desde que tenía 18 años. Actualmente tengo setenta (...) Es mi pasión. Y la he sufrido, por supuesto. Hemos tenido vacas flacas. Pero ésta es mi vida".

Mariana Pérez Amor, codirectora de la Galería de Arte Mexicano

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