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IA para la educación personalizada, un paso inaplazable
Existe una dicotomía en la percepción del potencial de estas tecnologías en el plano educativo: bien desarrolladas podrían beneficiar la adaptación de las personas con discapacidad sin excepción, pero su aplicación sesgada representa el riesgo de amplificar las desigualdades, señala especialista.
A medida que los educadores intentan seguir el ritmo de las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) que emergen rápidamente en la educación y aprovecharlas en sus actividades de enseñanza y aprendizaje, existe la posibilidad de que los estudiantes con discapacidades luchen por mantener el ritmo debido a brechas en accesibilidad y equidad.
La IA en la educación es un arma de doble filo. Por un lado, puede abordar las desigualdades reduciendo las barreras y mejorando la educación de los estudiantes con discapacidad, y por el otro, puede amplificar las desigualdades (intencionadas o no), incluida la discriminación contra los estudiantes que no se ajustan cómodamente a una estructura educativa.
Al respecto, El Economista platica con la Dra. Sam Chandrashekar, directora global de Accesibilidad de D2L (Desire2Learn), empresa de tecnología educativa con sede principal en Canadá que ofrece soluciones innovadoras para mejorar el aprendizaje, conocida por su plataforma de gestión de aprendizaje (LMS), Brightspace.
La especialista comparte que la idea a nivel global es crear diseños inclusivos donde podamos involucrar a toda la gente, “y cuando hablamos de diseños inclusivos, hablamos de involucrar a gente con discapacidad. Tenemos un dicho: ‘nada sin nosotros, porque todo se trata de nosotros’. Significa que cuando incluimos a las personas no importando su condición, podemos hablar de un proyecto para todos”.
Agrega que hablar de diseños inclusivos significa reconocer que todas las personas aprenden de una forma diferente y por tanto, no podemos enseñar de la misma forma. “La idea sería poder aspirar a educación personalizada”.Dice que hoy la inteligencia artificial desarrollada en proyectos como D2L lo que permite es la personalización para que todos puedan aprender y se da en muchos niveles: “la asistencia es desde alumnos dispersos o gente que no puede leer bien, que utiliza la tecnología y el software para hacer las letras más grandes o tocar las pantallas para lograr el aprendizaje”.
Pero añade que también hablamos de capacidades cognitivas de aprendizaje, por ejemplo, las personas con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) pueden sugerir a la inteligencia artificial qué es lo que quieren y la máquina puede procesar respuestas. “La inteligencia se adapta y es una buena herramienta para poder interactuar”, subraya.
La entrevistada comparte que la asistencia tecnológica nos ayuda a compensar los sentidos que pueden fallar por diferentes problemas, utilizando otros. Por ejemplo, la gente que no puede ver, convierte las imágenes en audios, o quienes no pueden comprender bien los textos, una IA los convierte en imágenes comprensibles.
“La inteligencia artificial ayuda más allá de la simple traducción, es personalizar y reconocer lo que cada individuo necesita, es decir, aceptar las diferencias como parte del mismo sistema”, dice.
Aún existen retos
La Dra. Chandrashekar explica que la inteligencia artificial ya está disponible en prácticamente cualquier lugar y se tiene gratis, lo único que se necesita es internet y banda ancha.
“Ésa sería la única barrera visible”, dice, sin embargo la IA se va a ir especializando en diferentes segmentos, en este caso el educativo, con características y usos específicos. “Se trata de usar la inteligencia de manera responsable al integrar con métodos de enseñanza y aprendizaje para los alumnos”.
Por ello dice que es importante y fundamental que la IA se utilice en la educación y sea accesible, que todo lo que se desarrollé lo usen el mayor número de personas posibles en todas latitudes, “ese es el proyecto de todos los que nos dedicamos a este campo”.
Además de desarrollar software adaptable, en D2L ponen especial cuidado en la parte crítica del desarrollo de tecnología para asegurar que la IA sirva como herramienta y no como algo que detenga el proceso de educación. Son diversos los retos, sobre todo de acceso y entendimiento de la herramienta, porque eso puede dejar excluidas a poblaciones enteras.
En México D2L trabaja con varias instituciones educativas, como la Universidad Anáhuac, la Universidad Iberoamericana y la red de universidades Aliat, pero busca alianzas para que instituciones de todo tipo, incluyend públicas, puedan acceder a este tipo de herramientas y cumplan su función democratizadora.