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Los juegos de poder y la migración convergen en "Dreams", de Michel Franco
La película del director mexicano se estrenó el sábado en el Festival Internacional de Cine de Berlín que ha colmado las salas de la capital alemana. "Dreams" es parte de la competición oficial del festival y fuerte contendiente por el Oso de Oro.

Dreams, del realizador mexicano Michel Franco, protagonizada por el bailarín Isaac Hernández, compite fuerte por el máximo galardón del cine alemán.
Berlín. "Dreams", que según su director, el mexicano Michel Franco, puede leerse como una metáfora de la relación entre México y Estados Unidos, sin embargo, es una película que ofrece más. Cuestiona los juegos de poder dentro de una relación de pareja, pone el foco en la migración y en la hipocresía del mecenazgo, e interpela con un personaje femenino oscuro, solitario y aferrado a las reglas de un sistema patriarcal que no duda en reproducir. La cinta, que se estrenó el sábado en la Berlinale, es una fuerte contendiente en la carrera por el Oso de Oro que otorga anualmente el festival.
Jennifer, interpretada por Jessica Chastain, es heredera de una acaudalada familia de San Francisco (EU) que destina parte de su fortuna al mecenazgo. Tiene un amante en México, Fernando, interpretado por Isaác Hernández, quien interpreta a un talentoso bailarín de ballet más joven que ella. Sin saberlo, Fernando altera los planes de Jennifer al irrumpir en su mundo de lujos, viajes y eventos sociales cuando cruza la frontera ilegalmente para seguirla y, al mismo tiempo, para impulsar su carrera.
El peregrinaje de Fernando a Estados Unidos es el pretexto que encuentra Franco para abordar temas actuales como la migración ilegal y el racismo. Lo hace con imágenes y diálogos contundentes, como la escena que abre la película: un camión varado en una carretera desértica que une ambos países mientras, desde su interior, se escuchan gritos desesperados de niños, mujeres y hombres pidiendo ayuda, voces que se apagan lentamente con el paso del tiempo. También lo deja claro en diálogos que reflejan tanto la solidaridad entre mexicanos como el racismo del que son víctimas: en Estados Unidos los aceptan como trabajadores de limpieza, pero cuando un mexicano le quita el empleo a un estadounidense, éste deja de ser bienvenido. Ese racismo se intensifica cuando Jennifer deja en evidencia, con sus actitudes, que no quiere que nadie sepa de su relación con Fernando.
Esta es la segunda vez que Chastain protagoniza un filme de Franco, la primera vez fue en su película Memory, de 2023. En esta ocasión lo hace con un papel desafiante. Su personaje, lejos de ser una benefactora “desinteresada”, se revela como alguien cuya caridad está ligada a su propia necesidad de control y validación, algo que no encontró en su familia. Su padre no escatima en elogiar a su hijo varón, mientras que a Jennifer la reduce a su belleza y a una que otra buena gestión de sus proyectos. A través de ella y su familia, Franco también explora las contradicciones de la filantropía de élite y la delgada línea entre la ayuda genuina y el paternalismo disfrazado de altruismo. También expone, de manera sutil, el mecanismo patriarcal que la aprisiona: cuando su padre se entera de su relación con Fernando, le exige poner límites, lo que la lleva a tomar decisiones que marcarán el destino de ambos.
En "Dreams", Franco también evidencia dinámicas de poder desiguales en medio de una relación pasional entre los protagonistas, pues pone en cuestión quién tiene el poder en una relación marcada por diferencias de clase, nacionalidad y estatus migratorio. Jennifer, como mujer blanca, rica y estadounidense, tiene un privilegio estructural que le permite moverse con libertad entre países, mientras que Fernando, un mexicano más joven y sin los mismos recursos, enfrenta barreras económicas, sociales y legales. Pese a ello, el bailarín encuentra la forma de poner un límite al poder de su pareja cuando decide alejarse y buscar oportunidades por su cuenta, aunque luego Jennifer encuentra la forma de atraerlo nuevamente a ella.
La protagonista intentará replicar en su relación con Fernando el control que su familia ejerce sobre ella. No le importa que él esté triunfando en el elenco del ballet de San Francisco; lo quiere de vuelta en su casa de México, lejos de su mundo de privilegios y de su familia. Una denuncia anónima termina aparentemente con los sueños del bailarín, quien de regreso en México se muestra decidido a regresar a Estados Unidos. Jennifer intenta disuadirlo, pero al no conseguirlo decide revelarle que fue ella quien lo denunció en migración. En este punto queda claro que nada bueno va a salir de todo esto y, muy a su estilo, Franco rompe cualquier posibilidad de sueños en un final oscuro y cruel que destierra cualquier esperanza de redención. Michel Franco no es tibio a la hora de dejar en claro que en el universo de "Dreams" nadie desafía las jerarquías sin consecuencias. Deja una reflexión amarga sobre los límites del deseo, la lucha de clases y la brutalidad con la que el poder restablece su dominio cuando es puesto en cuestión. Toda una ensalada que, aunque difícil de digerir, al final del día se agradece.