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Arte e Ideas

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La lactancia materna, una buena práctica amigable con el medio ambiente

Un nuevo enfoque en la investigación demuestra que la leche materna es un recurso renovable, pues es producida por las madres y consumida por los bebés sin polución, empaques o desechos.

A lo largo de estos años se ha demostrado con evidencia científica la necesidad de retomar la lactancia materna como la más importante y primera fuente de alimentación de todo ser humano. Hoy se han documentado ampliamente los efectos en la salud y los beneficios emocionales, pero una nueva perspectiva abre el diálogo en materia medioambiental y sostenibilidad. 

“Lo que sucede es que la lactancia materna, al producir cero residuos, se vuelve una fuente mega sostenible”, explica la doctora Mishel Unar Munguia, jefa del departamento de Nutrición Materna, del Niño y el Adolescente en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Con base en esta hipótesis, se ha calculado la huella ambiental en comparación con la alimentación artificial a través de fórmulas.

Para poder producir los sustitutos de leche materna se requieren aceites vegetales, leche cruda, su procesamiento, esterilización, preparación, la transportación, el envase que genera residuos, además de los biberones e insumos alrededor de este producto, todo esto impacta en el medio ambiente.

La especialista explica que diversos estudios muestran que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son el doble en un kilo de fórmula infantil preparada en comparación con un kilo de leche materna, esto aun considerando que las madres que amamantan de forma exclusiva por los primeros seis meses, requieren de unas 500 kilocalorías diarias extra en comparación con una mujer que no está amamantando.

Se ha estimado que un kilogramo de fórmula infantil preparada, produce entre 11 y 14 kilogramos de dióxido de carbono (CO²) considerando toda la cadena de producción, mientras que un kilogramo de leche humana produce entre 5.9 y 6.9 Kg de CO². También hay una huella hídrica asociada a la formula infantil, estudios establecen que en todo el proceso se requieren de unos 699 litros de agua azul, es decir de fuentes superficiales o subterráneas y puede alcanzar hasta 4 mil litros de agua por cada kilogramo de fórmula infantil, esto sólo contra el agua que consumen las mamás al día.

Otros datos hablan de las toneladas de latas y papel que requieren los envases de fórmula infantil, con datos de Estados Unidos, se ha estimado que son más de 550 millones de latas y 86 mil toneladas de metal al año relacionadas con lo envases.

Valor agregado a la leche materna

“Si hubiera una nueva vacuna que previniera 1 millón o más de muertes infantiles por año, y que además fuera barata, segura, administrada por vía oral, y que no necesitara una cadena de frío, sería una política imperativa de la salud pública. La lactancia materna puede hacer esto y más”, asegura Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.

Pareciera que las ventajas son claras, sin embargo, en México, apenas el 34% de los niños menores de seis meses tiene lactancia materna exclusiva. Unar Munguia comparte que la leche materna ya es reconocida como parte del sistema alimentario. Explica que se trata de un valor agregado para la sociedad y contribuye con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, ya que la lactancia materna garantiza modalidades de consumo y producción sostenible y en las recientes guías alimentarias saludables y sostenibles para población mexicana ya se considera esta parte de impacto ambiental. “En ellas se incluye como primera recomendación la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida”.

La investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, agrega que desde hace algunos años se empezó a dar la investigación sobre análisis del ciclo de vida, del impacto ambiental de la fórmula infantil y la cadena de producción, pero compararlo con el impacto ambiental de la leche humana es un ángulo reciente, “aunque hay pocos estudios a nivel internacional con estimaciones precisas, sí se está tomando en cuenta en las nuevas investigaciones, estimar los beneficios ambientales para incluirlos en mediciones incluso del Producto Interno Bruto”.

A nivel Latinoamérica, Perú y Brasil son los países que tienen prácticas de lactancia materna y que promueven más intervenciones integrales para proteger, promover y apoyarla; en México estamos lejos de tener prácticas óptimas con este 34% de los niños menores de seis meses con acceso a lactancia materna exclusiva.

La doctora Mishel Unar Munguia concluye que hoy en México se requiere mejorar la capacitación en el sector salud para otorgar consejería de buena calidad a las mamás y a las familias en general, además de detener la publicidad tan agresiva proveniente de la industria de fórmulas”.

5 recomen-daciones del Indice País Amigo de la Lactancia Materna

  • Incrementar la licencia de maternidad a 24 semanas, pues se ha demostrado costo–beneficio en empresas.
  • Cumplir con el código internacional de comercialización de sucedáneos de la leche materna, para que la publicidad no interfiera con las prácticas de lactancia materna.
  • Implementar una estrategia de capacitación a profesionales de la salud para otorgar consejería en lactancia materna.
  • Hacer una campaña de comunicación social para el cambio de comportamiento y normalizar la lactancia materna en todos los niveles.
  • Contar con un programa específico nacional de lactancia materna que esté liderado por el grupo interinstitucional de promoción de la lactancia materna, ya que ahora ya no contamos con ninguna estrategia en el país.
  • Dadas conocer en el 9° Foro Nacional de Lactancia Materna 2024.

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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