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Mujer Dance Company conmueve en el Cervantino
La obra “Caminamos, miramos y nos paramos”, de la compañía coreana, despliega en la “Fiesta del espíritu” un trabajo armónico entre danza, luces y sonidos para hablar de la fertilidad y la feminidad como la fuerza “que desafía al mundo moderno”; maridan la danza tradicional y la contemporánea.
La abstracción es una cuerda suspendida en lo alto y muy delgada sobre la que se camina con tal gracia que puede conmover a cualquier corazón por más áspero, tanto como es factible caerse de ella y quedar en el fondo del olvido, en el mejor de los casos.
La abstracción es de dominio público y una característica inherente del ser humano, que si bien puede ser imitada por una IA, hasta este punto la abstracción humana en todos sus términos, es decir desde la gestación de una idea hasta su ejecución a través de la motricidad humana, es un arte sublime, o ¿una sublimación del arte?
¿Usted se ha sentido en el siguiente dilema: salir de una función de arte escénico, cautivada por lo que acaba de presenciar, pero sin poder destilar aún las palabras para definir qué vio, qué sí comprendió de manera tácita o bien reconocer lo que no, y sin embargo, asegurar que lo que acaba de apreciar le estremeció en lo profundo?
El fin de semana, como parte de lo destacado del programa de la edición 52 del Festival Internacional Cervantino (FIC), el grupo de danza Mujer Dance Company, de Corea del Sur, presentó en el Auditorio del Estado, en Guanajuato capital, dos funciones de la obra “Caminamos, miramos y nos paramos”, con un significativo peso simbólico, una vinculación entre la danza clásica coreana y las bondades del ejercicio contemporáneo, un relato que camina sobre esa cuerda con el perfecto equilibrio entre delicadeza y vigor, donde el baile, la música, la iluminación, la penumbra y el tenue relato terminan por construir un deleite para la vista y el oído.
Luego entonces, ¿cómo transmitir aquello que cautiva, pero es complejo de describir, aquello que la memoria quiere preservar pero no termina por decidirse en qué archivero de qué rincón de la mente? Intentémoslo.
Recuperación de un legado tradicional
La ganggangsullae es una danza tradicional coreana que solía practicarse particularmente en el sur de la Península de Corea hasta finales del siglo XVI, cuando comenzó a popularizarse por todo el país. De origen, este tipo de baile era practicado particularmente por mujeres a la luz de la luna y a principios del otoño como una forma de agradecimiento a las deidades locales por las buenas cosechas y la fertilidad.
De acuerdo con la Enciclopedia del Folclore y la Cultura Tradicional de Corea, de origen las mujeres involucradas formaban círculos para bailar a la vez que cantaban algunos versos según las circunstancias, por ejemplo, alusiones a la vida en familia, los anhelos del amor y, claro, los claroscuros de la vida en pareja desde la perspectiva femenina. Esta coreografía y sus cantos solían comenzar con ritmos serenos que iban in crescendo.
Este es el punto de partida de la puesta en escena de “Caminamos, miramos y nos paramos”, una serie de danzas que apelan al ciclo de la gestación, la fertilidad y la feminidad no sólo como un género sino como una fuerza que mueve al mundo, que conecta a las mujeres con los ciclos terrenales y estelares: la plantación de una semilla y todos esos factores que le permiten alimentarse de agua y nutrientes, echar raíces, erguirse desde la penumbra para florecer a todas luces.
Pero la compañía da un vuelco al concepto tradicional y se vale de elementos contemporáneos, de la elasticidad de profesionales de la danza, sobre todo mujeres, para mostrar que el ciclo de la naturaleza para nada es imperceptible, sino que cae del cielo, se menea con el viento y hace ruido, hace música; se retuerce en las entrañas y se estremece como una fuerza imparable, hasta apoderarse del paisaje completo, un verde predominante.
El silencio del público y la música tan sutil, a veces hasta melancólica, permite la proximidad con la obra y sus intérpretes. Se escucha su respiración cuando pasan de la parálisis a los lujos de flexibilidad anatómica, y se escucha cómo respiran violentamente cuando hay que ejecutar una serie de pasos que son bañados en luces doradas, violetas o verdes que no vienen de arriba sino de los costados del escenario, y provocan una atmósfera atractiva de luces y sombras. Ellas, después de todo, son la encarnación de la voluntad delicada pero implacable del ciclo de la vida.
Un lenguaje sin palabras
Durante la conferencia previa a la presentación de la pieza, la directora y coreógrafa de Mujer Dance Company, Yeon-soo Seo, explica:
“La obra muestra cómo una semilla crece, germina en un tallo y crece hasta ser un árbol. Podría decirse que mientras la semilla es la danza tradicional, el árbol puede entenderse como la danza contemporánea. Hoy en día, la gente se está olvidando de esta tradición, por eso la hemos llevado a los límites de la danza contemporánea para incorporar en ella los atractivos del baile moderno. El movimiento del cuerpo nos parece el lenguaje ideal para conectar con el público sin necesidad de palabras”.
El título de la compañía, particularmente el vocablo 'Mujer', explica, trasciende el sexo biológico, sino que “representa lo femenino como una fuerza que desafía al mundo moderno”.
Patrimonio de la Humanidad
La danza tradicional ganggangsullae fue inscrita en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO. La página del organismo internacional explica que en otros tiempos, esta danza “constituía una derogación excepcional de las normas estrictas de conducta que debían asumir las mujeres de las zonas rurales. No tenían permiso para cantar en voz alta ni para salir de noche, salvo el día del Chuseok (conocido como el día de acción de gracias en Corea) (…) Esta práctica comunitaria contribuye a la armonía, igualdad y amistad entre todas las mujeres que participan en ella”.
Mujer Dance Company
- “Caminamos, miramos y nos paramos”
- Duración: 60 minutos
- País: Corea del Sur
Habrá más funciones en el país
- 22 de octubre. León, Guanajuato, Teatro Manuel Doblado, 20:00 horas.
- 25 de octubre. Nuevo Laredo, Tamaulipas, Centro Cultural Nuevo Laredo, 20:00 horas.
- 27 de octubre. Reynosa, Tamaulipas, Teatro Principal, Parque Cultural Reynosa, 20:00 horas.
- 29 de octubre. Matamoros, Tamaulipas, Teatro de la Reforma, 20:00 horas.
- 31 de octubre. Ciudad Victoria, Tamaulipas, Teatro Amelia G. de Castillo Ledón, 20:00 horas.
- 2 de noviembre. Tampico, Tamaulipas, Espacio Cultural Metropolitano, 20:00 horas.