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El perfume, un accesorio con poder subliminal
El perfume es el toque de distinción y seguridad para las personas, nos identifica y por supuesto, nos gusta atraer a la gente”, Adelfo Enríquez, perfumista y “nariz” mexicano.
Todos en algún momento nos hemos preguntado por qué un aroma nos recuerda a una persona, un lugar o un momento. Los olores son esas puertas directas a nuestro mundo emocional, al deseo y la atracción. El sentido del olfato es una parte importante del sistema límbico del cerebro, un conjunto de áreas cerebrales relacionadas con la evocación de los recuerdos emocionales; en este sentido, es inevitable hablar de los perfumes.
El Economista, conversó con Adelfo Enríquez, uno de los pocos perfumistas y “nariz” (evaluador de aromas) mexicanos, quien ha sido pionero en la creación de fragancias personalizadas para celebridades como Edith González o Mario Bautista, además, ha colaborado con marcas icónicas como Pineda Covalin y Michel Domit.
A través de una charla, nos explica que los perfumes son una mezcla de esencias aromáticas de origen natural como flores, maderas, especias, pétalos y una cantidad de materias primas que existen en la naturaleza y que de ella, por diferentes métodos, se extraen sus aromas.
Luego, el perfumista con su habilidad mezcla las diferentes materias primas para hacer las creaciones que son las que disfrutamos cuando ya está hecho un perfume. Ahora bien, en la actualidad existen materiales sintéticos, “dado que las materias primas naturales son muy escasas y costosas, el hombre a través de la ciencia ha logrado prácticamente duplicar todos los aromas de la naturaleza e incluso crear aromas fantasía como metálicos, ozónicos, o marinos, que difícilmente pudieran ser extraídos”.
Así diferenciamos ahora a los perfumes, los de materiales naturales, que son más costosos, y los creados a base de materiales sintéticos, que son más accesibles. Sin embargo, que se hable de materiales sintéticos, no quiere decir que sean de mala calidad, “al contrario, hay materiales sintéticos que resisten mejor a los cambios de clima y al tiempo. Es preciado tener los aromas naturales porque tienen una belleza en sus aromas que difícilmente se logra con los sintéticos, pero unos y otros no están peleados”.
Explica que otro factor que influye en la calidad y precio de un perfume es su empaque y el posicionamiento mercadológico que le haga la empresa, es decir, a qué casa de perfumería o de moda pertenecen. Por ejemplo, Carolina Herrera, Dior, Givenchy, que son marcas de prestigio; cuando ellos hacen un perfume los envasan en empaques muy hermosos y a una concentración que permite que el perfume dure un poco más. Luego si el posicionamiento es a través de artistas o influencers, esto le cuesta a las compañías y va encareciendo un perfume.
Pero actualmente el perfume es un artículo para todos, podemos encontrarlos por venta de catálogo, tiendas de autoservicio, farmacias, mercados, estos ya van bajando de precio y son accesibles, lo que varía fundamentalmente es la concentración, es decir, la cantidad de esencia que lleva el perfume, mezclado con la base que naturalmente es el alcohol.
¿Por qué nos gusta oler bonito?
Como ya lo mencionamos, el sentido del olfato está directamente relacionado con el cerebro y las emociones. Los aromas agradables pueden estimular la producción de endorfinas, hormonas que nos hacen sentir felices y relajados. Por lo tanto, oler bien puede mejorar el estado de ánimo y aliviar el estrés.
Adelfo explica que la perfumería viene de siglos atrás, cuando los reyes y comerciantes, que eran personas de élite o sacerdotes, eran los únicos con acceso a los perfumes, debido al alto costo, pero la gente del pueblo usaba aguas de colonia, que eran básicamente infusiones de hiervas, cítricos o flores, en alcohol. “Pero a partir de los materiales sintéticos la perfumería creció mucho y el usar perfume se democratizó”.
“Sabemos que los perfumes le dan un toque de distinción a cada persona, es decir, si uno es una persona romántica, optará por los perfumes florales o ligeros; alguien más apasionado o intenso, se irá por las especias o maderas. El perfume es el toque de distinción y seguridad para las personas, nos identifica y por supuesto, nos gusta atraer a la gente, a alguien que te interese; es un accesorio con poder subliminal que da seguridad en nuestras diversas actividades”.
El mundo del perfumería
Adelfo comparte que ser perfumista es una carrera profesional, como ser médico, ingeniero o abogado, requiere de seis años de estudio y hay pocas universidades para ello en el mundo, las principales están en Francia y de ahí salen los perfumistas y diseñadores de creaciones olfativas.
Un buen perfume puede tener hasta 60 materias primas diferentes entre flores, especias, maderas, materias primas sintéticas, y son las casas de perfumería las que tienen las diferentes esencias y hacen las mezclas. Estas casas normalmente cuentan con sus laboratorios y con perfumistas que son los encargados de las creaciones para los clientes. Por ejemplo, sin alguien quiere hacer un shampoo y quiere que el olor sea a manzana, pide la creación de un aroma de esa fruta.
En México hay muy pocos perfumistas, pues es una carrera muy poco demandada, Adelfo platica que él estudió en Suiza en una empresa llamada Givaudan, ahí tuvo el entrenamiento olfativo que le permite hoy ser uno de los mejores “narices” en México y el desarrollador de las fragancias en nuestro país.
Un “nariz” es como un sommelier de vinos, pero en este caso de perfumes. Dan recomendaciones para diversos usos, pero también hacen sus creaciones, hoy Adelfo es el encargado de la marca Zermat y de todas sus fragancias en el mercado, dicho sea de paso, están considerados como la empresa mexicana más importante en el desarrollo de perfumería fina y eso para el perfumista es una gran satisfacción, “mis creaciones prácticamente andan por todas partes del país”.
En América Latina, México es el segundo país, después de Brasil, donde más perfume se usa, “la gente está aprendiendo mucho, sobre todo con las redes sociales y los influencers, todo eso va educando a la gente y acercándolas al tema, al lenguaje que antes no se usaba para referirse a las fragancias, el perfume seguirá, incluso con mayor énfasis y variedad, ya no existe la fidelidad de antes, cuando una persona usaba una fragancia toda la vida, hoy diversificamos y de acuerdo a la ocasión elegimos, es y será un toque de distinción que provoca sensaciones agradables”, concluye el perfumista.