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El Sake de Japón entra a la lista del patrimonio cultural inmaterial
La incorporación del sake en la lista de la UNESCO tendría un impacto positivo en la producción de la bebida, cuyo consumo ha estado disminuyendo al interior de Japón.
La UNESCO incorporó las técnicas tradicionales de producción del sake en su lista de patrimonio cultural inmaterial, una distinción con la que Japón espera renovar el interés de las nuevas generaciones en la elaboración del producto e incentivar su consumo.
El reconocimiento de los métodos ancestrales de producción de la bebida elaborada con arroz, levadura madre, un hongo culinario llamado koji y agua, se produjo en una reunión del comité intergubernamental de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial que se celebra en Paraguay.
"Estamos muy contentos (...) es un logro muy significativo", dijo el delegado permanente de Japón en la UNESCO, Takehiro Kano.
"El reconocimiento internacional de este mecanismo renovará el interés de los japoneses en este ámbito y podría impulsar la transmisión de estas técnicas a las nuevas generaciones", agregó el funcionario, quien también espera que fomente el interés fuera de Japón.
Kano dijo que la incorporación del sake en la lista de la UNESCO tendría un impacto positivo en la producción de la bebida, cuyo consumo interno ha estado disminuyendo, al igual que en las exportaciones que están en aumento. "Los productores esperan que este reconocimiento incremente la demanda", señaló.
El subdirector de Cultura de la UNESCO, Ernesto Ottone, dijo que el reconocimiento del organismo de Naciones Unidas a las prácticas y elementos del patrimonio cultural de los países permite darles un mayor protagonismo en el escenario global.
"Es poner en el mapa mundial ciertas prácticas que muchas veces son locales pero no tienen una visibilidad internacional", dijo Ottone, quien destacó la elaboración del sake como un bien cultural asociado tanto al Japón antiguo y ancestral como al moderno.
En la reunión del miércoles del comité, los delegados aprobaron también la incorporación de la cultura de la sidra asturiana y las técnicas de fabricación de barriletes gigantes en las localidades de Santiago Sacatepéquez y Sumpango de Guatemala, entre otras inscripciones.