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Tehuacán, un sendero para el off road hacia el pasado
En un lugar escondido en el centro del país, Bosco´s Camp y un grupo de fanáticos de los autos, encontraron vestigios naturales de más de tres siglos de edad
Se acerca el final de 2024 y los últimos eventos del Circuito Nacional Off Road están llevándose a cabo. Debido a que diciembre es un mes en el que resulta casi imposible encontrar un fin de semana libre, noviembre se considera como el último mes del año que verá este tipo de acción al volante.
Por esta razón el equipo de Bosco´s Camp, dirigido por Juan Bosco, aprovecha los días disponibles para ofrecer las experiencias más emocionantes al volante. Así fue que el primer fin de semana de noviembre se llevó a cabo la "Ruta Cuicatlán", en el estado de Puebla. Esta travesía, catalogada como una de las más intensas debido a la combinación de terrenos áridos, paisajes desérticos, obstáculos rocosos y la cultura ancestral que envuelve la región, reunió a poco más 14 vehículos todoterreno entre los que se contaron Jeep Wrangler Rubicon, Ford Bronco y la nueva Mitsubishi L200 2025.
Viaje al pasado
Situado en el centro del estado, el desierto de Tehuacán-Cuicatlán es famoso por sus cactus de hasta 10 metros de altura y su vegetación que tiene una edad de más de 500 años. En el lugar también se pueden apreciar los imponentes saguaros, las viznagas gigantes y las famosas "Patas de elefante".
La actividad inició en el Hotel Cantarranas, lugar en donde se dieron cita los participantes de diferentes partes del país. En esta ocasión, y debido a la cercanía, las tripulaciones llegaron el mismo día por la mañana por lo que solo hubo lugar para un breve desayuno y para comunicar las reglas básicas de seguridad así como las indicaciones generales de la ruta a todos los participantes.
Después de casi 20 minutos de trayecto la caravana llegó al punto de partida: un río seco plagado de pedruscos. Las rocas, de todos los tamaños, se convirtieron en los principales obstáculos, aunque metros más adelante los conductores se toparon con condiciones más difíciles pues el terreno se tornó más complicado al tener que circular por escalones formados por enormes rocas, espacios muy estrechos y pasar a centímetros de piedras puntiagudas que podrían haber roto los neumáticos.
Los vehículos líderes de ruta fueron los Jeep Wrangler Rubicon JL y JK, unidades modificadas por el equipo de Bosco´s Camp con ejes reforzados y llantas específicas. El Ford Bronco, en sus versiones Heritage y Badlands, también se destacó por su sistema de suspensión y los modos de manejo entre los que se encuentra uno diseñado para adaptar su desempeño a caminos de roca. Por su parte la Mitsubishi L200 2025 sorprendió por su habilidad a pesar de tratarse de un pick up, tipo de vehículo que sabemos se caracterizan por una larga distancia entre ejes. Entre su equipamiento están neumáticos BFGoodrich MudTerrain KM3, una barra de luces LED y una batea reforzada. De lado de la mecánica, el motor diésel y el torque que genera, fueron la diferencia al momento de superar una pendiente o una trampa de lodo así como para remolcar vehículos que quedaron atrapados. Durante la ruta los conductores superaron dificultades como trepar por formaciones rocosas, circular por caminos con poca tracción y presencia de grava suelta, descender por inclinaciones pronunciadas y pasar por pendientes con nula visibilidad al frente.
Biosfera de Cuicatlán
Lo más apreciado por los participantes fue la visita a la Reserva de la Biosfera de Cuicatlán, un lugar considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO por su biodiversidad y por su pasado rico en historia al haber sido el lugar de asentamiento de los Popolocas, que habitaron la región hace miles de años. Dejando el volante por unos momentos, los participantes visitaron tumbas y templos antiguos y conocieron la "Pata de elefante", una planta endémica que tiene una edad de más de 500 años y la viznaga más alta del mundo, una planta que tiene una altura que supera los 5 metros.
Sorpresa gastronómica Mole de caderas: El broche de oro perfecto
Para el cierre de esta aventura todos los participantes probaron el platillo típico de la región, el Mole de caderas, que solo se prepara en octubre. Buena parte del secreto es que se utiliza carne de chivo que es alimentado únicamente con los frutos del desierto.