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5 claves de la Ley Silla, la próxima reforma laboral que discutirá el Senado
Si bien la Ley Federal del Trabajo actualmente contempla como obligación patronal contar con el número suficiente de sillas en los centros de trabajo, la disposición no está ligada con el descanso de las personas trabajadoras.
La Ley Silla fue avalada en comisiones en el Senado y sólo espera su votación en el pleno para concluir su trámite legislativo. Se trata de una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que tiene como objetivo reconocer el derecho al descanso en un asiento con respaldo durante la jornada laboral, un aspecto que hasta ahora, no está regulado en la legislación de trabajo.
La discusión de la Ley Silla no es nueva en el Senado, en febrero de 2024 se aprobó un dictamen en este sentido, pero el proyecto quedó pendiente de discutirse en la Cámara de Diputados y fue desechado con el fin de la legislatura, es por eso que la reforma inició su trámite desde cero y en esta ocasión, en San Lázaro como Cámara de origen.
La reforma a la LFT, entre otros aspectos, obliga a los empleadores a proporcionar el número de asientos adecuados para el descanso de los trabajadores, y les prohíbe obligar a sus empleados a “permanecer de pie durante la totalidad de la jornada laboral”.
Si bien la Ley Federal del Trabajo actualmente contempla como obligación patronal contar con el número suficiente de sillas en los centros de trabajo, la disposición no está ligada con el descanso de las personas trabajadoras.
Y aunque el tema puede ser nuevo para México, economías como Chile, Argentina o España cuentan con regulaciones similares desde el siglo XX; es decir, el país está rezagado en esta asignatura.
De cara a la próxima discusión que tendrá el Senado sobre este tema, estas son las claves de la Ley Silla:
1. Asunto de salud
Trabajar de pie por tiempos extensos se asocia con problemas físicos. De acuerdo con la investigación de la Revista Americana de Epidemiología, las personas que laboran todo el tiempo de pie son mayormente susceptibles a un infarto cardíaco o a sufrir un derrame cerebral, los cuales tienen que ver con el retorno venoso, es decir, la tasa de flujo sanguíneo de vuelta al corazón.
La evidencia clínica también indica que la postura vertical sin reposo se asocia con fatiga, tendinitis, várices, lesiones en las rodillas, dolores musculares, fascitis plantar y lumbalgia, sólo por citar algunos padecimientos.
Según una encuesta de OCC, para un 45% de personas que realiza sus actividades de pie, no hay apoyo por parte de los empleadores para mitigar los efectos negativos de la posición, la mitad de los trabajadores reporta al menos un malestar físico.
2. No es para todos
Si bien la reforma tiene como objetivo proteger la salud de las personas, las medidas impulsadas no abarcan a toda la población trabajadora. La Ley Silla está dirigida a empresas vinculadas con el comercio, servicios y centros de trabajo análogos.
En el caso de establecimientos industriales, las disposiciones sólo se aplicarán “cuando lo permita la naturaleza del trabajo”, de acuerdo con lo planteado en el dictamen.
Además, el proyecto prevé que los asientos con respaldo estén ubicados en áreas específicas de los centros de trabajo.
3. Regulación por reglamento
El uso de las sillas y los periodos de descanso deben ser regulados a través del reglamento interno de trabajo de las empresas.
En ese sentido, los reglamentos deben incorporar por lo menos: los periodos obligatorios de reposo durante la jornada laboral, y las reglas para el uso de los asientos con respaldo.
4. Plazos de implementación
La Ley Silla no contempla una entrada en vigor inmediata, tendrá plazos tanto para la emisión de normas como para la adaptación de los centros de trabajo.
Para los empleadores, la reforma a la LFT contempla un periodo de 180 días a partir de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para cumplir con las nuevas disposiciones.
Por otra parte, otorga a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) un plazo de 30 días para “emitir las normas correspondientes sobre los factores de riesgos de trabajo”.
5. Los beneficios para los empleadores
A decir de los legisladores, la Ley Silla no sólo tiene beneficios para los trabajadores, también es una oportunidad para mejorar la satisfacción laboral en las empresas, y se puede reflejar de manera positiva en la reducción del ausentismo.
“Puede contribuir a la reducción del estrés y la ansiedad asociados con la fatiga física. Los trabajadores que tienen la oportunidad de descansar y alternar su postura tienden a experimentar mayores niveles de satisfacción laboral y un estado de ánimo más positivo. Este enfoque, a su vez, puede disminuir el ausentismo y favorecer las relaciones interpersonales en el entorno laboral, promoviendo así un ambiente más colaborativo”, indican los legisladores en el dictamen.