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Los 5 mitos de la informalidad laboral en México
La informalidad laboral históricamente ha abarcado a una población trabajadora superior a la empleada en la formalidad. Y aunque en casi 20 años se observa una reducción del trabajo informal, es apenas una disminución de 4.8 puntos porcentuales.
Ni es como la pintan, ni tiene un solo rostro, la informalidad laboral en México es una falla estructural del mercado de trabajo con diversos matices, es un fenómeno que atraviesa a toda la economía del país, indica el informe El laberinto de la informalidad: mitos, trampas y realidades elaborado por las organizaciones México, ¿cómo vamos? (MCV) y Oxfam.
La informalidad laboral históricamente ha abarcado a una población trabajadora superior a la empleada en la formalidad. Y aunque en casi 20 años se observa una reducción del trabajo informal, es apenas una disminución de 4.8 puntos porcentuales.
“El problema está en ¿qué hacemos con el 54% de la población que tiene un empleo, pero que no sólo es un empleo no reconocido por una autoridad, sino que tampoco cuenta con acceso a servicios de salud, a cuentas de ahorro, al sistema financiero? Creemos que es una conversación importante que debemos tener, porque si la desigualdad nos interesa hoy, nos debe interesar la desigualdad futura”, dijo Sofía Ramírez Aguilar, directora general de MCV, durante la presentación del reporte.
Las personas con un empleo informal perciben en promedio la mitad de ingresos en comparación con quienes tienen un trabajo formal. “Estos ingresos apenas alcanzan para adquirir una canasta básica en contextos urbanos”, indica el informe.
Alexandra Haas, directora ejecutiva de Oxfam México, puntualizó que la informalidad en México tiene una narrativa pública responsabiliza a las personas de su situación, “en lugar de reconocer su carácter estructural y sistémico”.
Estos son los cinco principales mitos de la informalidad laboral en México:
Mito 1. La informalidad sólo está en el tianguis
La informalidad laboral tiene distintos rostros. Las personas que se emplean en unidades económicas informales son sólo una cara de la moneda, pero hay al menos tres dimensiones más: trabajadores en gobierno y empresas formales que carecen de seguridad social, personas empleadas en el ámbito agropecuario.
De hecho, tan sólo en el gobierno y empresas trabajan 8 millones de personas en condición de informalidad, es la segunda dimensión con mayor fuerza de trabajo, sólo por detrás del empleo generado en la economía informal. “Es un fenómeno que atraviesa a toda la economía”, indica el informe.
Mito 2. Las personas son informales porque quieren
La informalidad laboral no es resultado de una elección personal, hay diversos factores que influyen en que las personas encuentren un trabajo que carece de protección social. Por ejemplo, los jóvenes y personas mayores tienden a registrar tasas más altas de trabajo informal que el promedio nacional.
Además de esto, hay sectores que se caracterizan por una mayor informalidad laboral, tales como agricultura, construcción, servicios de hospedaje y preparación de alimentos, servicios de esparcimiento cultural y comercio al por menor, donde más del 60% de la ocupación generada es sin acceso a seguridad social. La misma tendencia se observa por regiones del país.
Mito 3. Los trabajadores informales ejercen actividades ilícitas
Hay un error frecuente al comparar informalidad laboral (personas sin acceso a seguridad social y prestaciones laborales) y economía informal (conjunto de actividades económicas no reguladas por el Estado). En ese sentido, hay trabajos legales, pero no formalizados.
Por ejemplo, un vendedor ambulante y un consultor independiente son informales laboralmente, pues ambos carecen de seguridad social, pero uno está en una economía formal y el otro no. En los dos casos, las actividades no son ilícitas.
Mito 4. No pagan impuestos
Esto también es falso, como todos los ciudadanos, las personas en informalidad laboral pagan impuestos al consumir bienes y servicios, tales como el IVA o el IEPS. Y eso no es todo, una cuarta parte de los trabajadores en esta condición se emplea en la economía formal a través de contratos de servicios profesionales con empresas e instituciones gubernamentales, por lo cual también pagan ISR.
Y aunque se suele percibir que la formalización fiscal de todos los trabajadores informales ayudaría a la mejora de la recaudación fiscal, “solo se lograría aumentar la recaudación en un monto de entre 0.25 y 1 % del PIB (en el mejor de los casos), dado que el ingreso promedio de las personas en la informalidad laboral es relativamente bajo y, por lo tanto, las tasas de ISR que pagarían también serían bajas”, señala el reporte.
Mito 5. No contribuyen a los servicios, pero sí los usan
Los trabajadores informales carecen de muchas garantías laborales elementales, pese al pago de impuestos de manera indirecta y en muchos casos, directa. En ese sentido, contribuyen a financiar los servicios públicos, pero eso no les garantiza el goce de estos, al menos no en igualdad de condiciones.
“Como el resto de la población, se enfrentan a desigualdades territoriales en el acceso y la calidad de los bienes y servicios públicos: una persona que vive en Tapachula, Chiapas, no tiene el mismo acceso a servicios públicos que alguien en la Ciudad de México o en Tijuana, Baja California”, puntualiza la investigación de MCV y Oxfam México.