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Cinco años después, secuelas laborales de la pandemia de Covid-19
A un lustro de la emergencia sanitaria por la Covid-19, el mundo laboral en México sigue transformándose. El teletrabajo, la automatización, la salud mental y la precarización marcaron cambios profundos… y aún redefinen el futuro del empleo.

La pandemia de Covid-19 transformó abruptamente la vida, incluyendo el trabajo.
Recuerdo el momento exacto cuando el gobierno anunció las primeras medidas de confinamiento por la pandemia de Covid-19. Fue justo en un puente festivo como el de esta semana, pero hace cinco años. Muchas personas con las que he conversado tienen esa memoria muy fresca también.
Sin duda, al igual que otros eventos de gran escala, la pandemia nos dejó una gran marca como sociedad en diferentes ámbitos, por eso podemos revivir con claridad los recuerdos en torno a ella.
La realidad es que la pandemia de Covid-19 transformó abruptamente nuestras vidas, incluido el mundo del trabajo. Lo que comenzó como una crisis sanitaria evolucionó en un cambio estructural con consecuencias que persisten hasta hoy.
En México, la emergencia sanitaria aceleró tendencias laborales ya en marcha, como el teletrabajo y la automatización, pero también exacerbó desigualdades y dejó huellas en la legislación laboral y en la salud mental de los trabajadores.
A continuación, cinco grandes cambios que ha implicado la Covid-19 para el mundo del trabajo:
1. Teletrabajo: auge y retroceso
El teletrabajo tuvo su gran auge en 2020 y 2021, cuando millones de trabajadores migraron a la modalidad remota. Sin embargo, su consolidación en México ha sido irregular. Aunque la Ley Federal del Trabajo (LFT) fue reformada para regularlo, muchas empresas han regresado al esquema presencial, convencidas de que la productividad es mayor en las oficinas.
Varios sectores, como los relacionado con tecnología y servicios profesionales, han mantenido esquemas híbridos, aunque sin un marco legal claro que defina con precisión los derechos y obligaciones de patrones y empleados.
2. Salud mental en el trabajo
El impacto psicológico de la pandemia no desapareció con la reapertura de oficinas y negocios. El estrés, la ansiedad y la depresión aumentaron entre los trabajadores, y aunque la NOM-035 sobre riesgos psicosociales ya existía antes de la crisis sanitaria, su implementación sigue siendo deficiente.
Si bien algunas empresas han incorporado programas de bienestar mental, en muchos casos se trata de medidas superficiales que no abordan cambios estructurales en la carga de trabajo o la cultura organizacional.
3. Automatización y pérdida de empleos
La pandemia aceleró la digitalización y automatización de tareas, un proceso que se intensificó en los últimos años con la irrupción de la inteligencia artificial generativa.
Muchas empresas apostaron por la tecnología para optimizar costos y operar con menos personal, lo que afectó especialmente a trabajadores con menor capacitación en herramientas digitales. Además, la falta de políticas públicas para la reconversión laboral dejó a muchos en situación de vulnerabilidad.
4. Mayor precarización laboral
Uno de los efectos iniciales más visibles de la crisis fue el crecimiento del empleo informal. Además, muchas personas que perdieron sus empleos formales no lograron reincorporarse con las mismas condiciones.
En paralelo, el auge de los trabajos a través de apps, como los casos de repartidores y choferes de Uber, Rappi y DiDi, ha generado un intenso debate sobre la necesidad de nuevos derechos laborales para estos trabajadores, esto incluso derivó en una propuesta formal de regulación por parte del gobierno federal, que incorporó un nuevo capítulo en la LFT
5. Cambios en la legislación laboral
En respuesta a la crisis, en los últimos cinco años se han aprobado reformas clave, como la regulación del teletrabajo y el derecho a la desconexión digital. Sin embargo, su implementación ha sido dispareja y muchas empresas han encontrado formas de evadir responsabilidades.
Además, aún queda un largo camino para lograr un equilibrio entre flexibilidad laboral y protección de derechos.
Cinco años después, el mercado laboral mexicano sigue en proceso de adaptación. Si bien algunos cambios han traído mejoras, también han profundizado desigualdades. La gran pregunta es si la experiencia de la pandemia nos llevará a un mundo del trabajo más justo y sostenible o si, por el contrario, nos ha dejado con nuevas formas de precarización disfrazadas de modernidad.