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El papel del capital humano y el sector público en el desarrollo económico
The Conversation
El desarrollo económico de los países en vías de crecimiento ha sido un tema central en economía. Un aspecto crucial que se debate es el papel del capital humano en el crecimiento económico. En este contexto, el capital humano se refiere al conjunto de habilidades, conocimientos y experiencia de los trabajadores, que aumenta la productividad en la economía.
Este artículo presenta un modelo que explora cómo el capital humano se distribuye entre el sector privado y el sector público a lo largo del proceso de desarrollo económico y los efectos que esta distribución tiene sobre el crecimiento y la renta de los países.
La importancia del capital humano en el desarrollo
El capital humano desempeña un papel esencial en el crecimiento económico. A nivel microeconómico, los estudios muestran que la educación tiene altos retornos, especialmente en los países en desarrollo, lo que sugiere que invertir en la formación de los trabajadores debería fomentar el crecimiento.
Sin embargo, cuando se analiza a nivel macroeconómico, la evidencia empírica sobre la relación entre capital humano y crecimiento no es tan clara, generando un amplio debate.
Buscamos explicar esta aparente paradoja al introducir la idea de que el capital humano, aunque esencial para el crecimiento, puede no tener un impacto directo en la producción privada si una parte significativa de este capital se destina a actividades públicas, como la constitución de un aparato gubernamental o burocracia encargada de, por ejemplo, la recaudación de impuestos y la educación pública.
Un modelo con tres usos del capital humano
El modelo que presentamos divide el uso del capital humano en tres actividades clave:
- Producción de bienes: donde el capital humano se utiliza para producir bienes y servicios en el sector privado.
- Burocracia (recaudación de impuestos): los trabajadores cualificados se emplean en la Administración pública para recaudar impuestos, lo cual es esencial para financiar los servicios públicos.
- Educación pública: una parte del capital humano se emplea como docentes para formar a las futuras generaciones de trabajadores cualificados.
Este modelo explica cómo, en las primeras etapas del desarrollo, la mayor parte del capital humano se destina a la producción de bienes, ya que la capacidad de recaudar impuestos y de financiar el sistema educativo es limitada.
A medida que un país acumula más capital humano, el Gobierno puede contratar más personal para la burocracia, lo que permite una mayor recaudación de impuestos y una mayor financiación de la educación pública.
Este ciclo de retroalimentación positiva entre capital humano, recaudación de impuestos y educación pública impulsa el desarrollo.
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La relación entre impuestos, burocracia y crecimiento
Uno de los puntos clave del modelo es cómo la eficiencia de la burocracia y la capacidad de un país para recaudar impuestos afectan a su crecimiento.
La reubicación de trabajadores cualificados desde la producción hacia la burocracia y la educación puede reducir temporalmente el impacto del capital humano en la producción privada.
Por tanto, en las primeras etapas del desarrollo, aunque un país invierta en educación, el efecto positivo en la producción puede ser limitado debido a la necesidad de destinar recursos al sector público.
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Las instituciones y la calidad del sector público
También destacamos el papel fundamental de las instituciones en el proceso de desarrollo. En países con instituciones débiles, la recaudación de impuestos es ineficiente y una parte significativa del capital humano puede acabar empleada en actividades improductivas dentro del sector público.
Sin embargo, en el modelo que se propone, se reconoce que las actividades del sector público, como la recaudación de impuestos y la educación, son esenciales para el crecimiento económico a largo plazo.
La calidad de las instituciones afecta a la productividad de la burocracia. Si la eficiencia del sistema de recaudación de impuestos mejora, el Gobierno puede recaudar más fondos con menos trabajadores, lo que libera más capital humano para la producción privada. Esto no solo aumenta la producción, sino que también reduce los costos de acumulación de capital humano, lo que genera un ciclo virtuoso de crecimiento.
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Implicaciones para la política pública
Este modelo tiene importantes implicaciones para las políticas públicas en los países en desarrollo. En las primeras etapas, es fundamental invertir en la educación pública y mejorar la eficiencia de la Administración tributaria. Aunque esto puede reducir temporalmente el capital humano disponible para la producción privada, a largo plazo, la creación de un sistema educativo eficiente y una burocracia competente son esenciales para sostener el crecimiento.
Asimismo, el modelo sugiere que mejorar la calidad de las instituciones puede ser un mecanismo poderoso para aumentar la eficiencia en la utilización del capital humano. Políticas que fomenten la transparencia, la reducción de la corrupción y la mejora de la capacidad de la Administración pública pueden liberar recursos valiosos para el sector privado, aumentando así la productividad y el crecimiento económico.
A medida que los países acumulan más capital humano, es crucial que equilibren la necesidad de invertir en educación y burocracia con el objetivo de aumentar la productividad en el sector privado. Las instituciones desempeñan un papel esencial en este proceso, y su mejora puede facilitar una reubicación más eficiente del capital humano, promoviendo un crecimiento económico sostenido a largo plazo.