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Personas con discapacidad, el doble reto de acceder al empleo
Al menos una de cada 7 personas vive con una discapacidad, lo que los margina en todos los sentidos, incluyendo el acceso al empleo.
Trasladarse todos los días al trabajo, para muchos ya resulta bastante complejo en grandes ciudades, pero para al menos una de cada 7 personas con discapacidad que hay en el mundo, el reto de vuelve doble.
La Organización para las Naciones Unidas (ONU) estima que del total de personas con discapacidad, el 80% vive en países en desarrollo y son quienes tienen menos oportunidades económicas, peor acceso a la educación y tasas de pobreza más altas.
A sus obstáculos cotidianos se suman la discriminación social y la falta de legislación adecuada para protegerlos. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en su artículo 9 pide que puedan llevar una vida independiente y participar de forma activa en el desarrollo de la sociedad.
No obstante, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) refiere que las tasas de empleo de este grupo aún son bajas y hay muchos obstáculos para trabajar.
Este 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y tiene por objetivo promover sus derechos y el bienestar en todos los ámbitos de la sociedad, así como su desarrollo.
Quitar tabús sobre las personas con discapacidad
Para Mayra Patiño, coordinadora de Capacitación de la Fundación Humanista de Ayuda a Discapacitados (FHADI), hace falta mucha conciencia sobre la inclusión laboral de las personas con alguna discapacidad, pese a que se ha avanzado.
“Nos hace falta quitarnos esos tabús, esos miedos, en pensar que una persona con discapacidad no puede hacer una vida como todos, como cualquier otra persona. Cuando tú te pones a pensar en el beneficio que se obtiene cuando le das empleo a una persona, vienen muchas cosas detrás”, refiere.
Considera que parte de ese proceso de sensibilización es entender que estas personas tienen familia, deben mantenerlas, y a nivel emocional el sentimiento que les provoca saberse productivos en el sentido económico.
En ese sentido, dice que requieren que las empresas generen más oportunidades, que se les evalué por sus habilidades y no sufran discriminación por su discapacidad, de hecho, afirma, es importante que no tengan que revelar su condición en el proceso de selección para que tengan un proceso justo.
Por eso es que la Fundación Fhadi, a través de su modelo de atención les permite adquirir y desarrollar habilidades socioemocionales, un grupo de profesionales les ayuda a tener una visión diferente sobre su discapacidad, explica Mayra Patiño.
Primero se atiende el proceso de duelo y la aceptación de su discapacidad y después se canaliza a otros programas, entre ellos, la preparación para terminar su bachillerato debido a que se dieron cuenta que las personas con discapacidad motriz tienen un rezago educativo muy grande. “La mayoría de la población de este grupo llegan a estudiar hasta el quinto año de primaria, o menos”.
El rezago educativo está dado principalmente porque existen barreras arquitectónicas que no les permiten asistir a la escuela. No existe la infraestructura, rampas, accesibilidad para personas con discapacidad.
En cuatro meses pueden obtener su bachillerato con la sinergia de Colegio de Bachilleres. Además, les ofrecen educación financiera, programas de habilidades blandas y tecnológicas, que más adelante les permiten insertarse en el mercado laboral.
La historia de Monse
Monse se ha convertido en un agente de cambio pues después de insertarse en el mercado laboral decidió apoyar para que cada vez más personas vivieran, como ella lo hizo, un cambio en su vida.
Trabaja en Novartis en el área de asuntos regulatorios y también es parte activa de un programa de voluntariado de la farmacéutica que tiene por objetivo identificar las habilidades de las personas que los ayuden a integrarse al mercado laboral.
Gabriela Mendoza, Talent Adquisition Lead, Operations LACAN, explica que a través de la Academia Novartis Accessibility forman con las habilidades que las empresas buscan a personas con discapacidad en un lapso de cuatro meses.
La formación que adquieren incluye idiomas, liderazgo, comunicación y habilidades tecnológicas. Además, generan una intervención directa de un equipo de expertos que los asesora en la creación de currículum, en la entrevista laboral y en la búsqueda de empleo. El programa no se limita a trabajar en la empresa, prepara a las personas con discapacidad para acceder a diversas oportunidades laborales, aún fuera de la compañía.
Pero la capacitación no es el único esfuerzo que deben mostrar las compañías, opina Gabriela Mendoza, para alcanzar la inclusión laboral es necesario que los espacios sean inclusivos porque la discapacidad puede ser visible y en otras tantas, no es tan evidente.
Por ejemplo, en Novartis tiene luces estroscópicas para personas con discapacidades auditivas, para que en caso de que haya un siniestro puedan evacuación ya que las luces los alertan.
Considera que como sociedad tenemos una deuda histórica con este grupo de personas, y cualquier esfuerzo, como el que ellos realizan, es una manera de crear puentes hacia la empatía y consciencia.
“Todos podemos hacer de nuestros lugares de trabajo y convivencia espacios inclusivos. Solamente hay que ser muy conscientes y no necesitamos hacer grandes cambios. Hablemos de ajustes razonables y comencemos a informar sobre el tema”, asegura.