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Capital Humano

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Reducción de jornada laboral, la prueba de fuego para una cultura que prioriza (mucho) las horas de trabajo

La probable reducción de la jornada laboral representa retos para los colaboradores y las organizaciones, no sólo por los cambios que vengan con la nueva legislación, sino a nivel cultural.

Foto: Shutterstock

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La reducción de la jornada laboral retornó a la agenda pública y de concretarse, sólo sería el principio de un largo proceso de adaptación. Más allá del aspecto legal, la realidad es que hay un tema cultural que en México está arraigado, esto es, que aún se percibe un vínculo estrecho entre la productividad y el tiempo de trabajo. 

El reto más grande de la reducción de horas trabajadas no es el legal, a pesar de que el límite de horas laborales no se ha modificado en casi 100 años. La arraigada cultura laboral en nuestro país será lo más difícil de modificar, porque por muchos años el valor del trabajo ha sido medido a través del tiempo que se dedica a este.

Para muestra de ello, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), ubica a México como el país donde las personas destinan más horas al trabajo con un promedio de 2,207 horas anuales, esto es 26.6% a la media de las economías que integran el organismo.  

¿Trabajar más horas es igual a productividad?

Para Yoani Aceves, directora ejecutiva de Talenca para Latinoamérica, las organizaciones deberán decidir cómo definirán sus competencias, su visión y su productividad, todo ello para generar una estrategia.

“La forma en que se medía anteriormente era dividir sueldo, número de horas, entre rentabilidad de la empresa. Y eso te da un ejercicio muy plano, porque pareciera que el mundo te está diciendo lo contrario”, comenta.

Para ella, los números dicen que las personas son más efectivas cuando tienen un objetivo en concreto, trabajan por él, independientemente de dónde lo hacen; sin embargo, parece que en las empresas aún se tiene la mentalidad de que entre más horas más productividad.

Entonces, las empresas tendrán que definir qué significa productividad para ellas, además de analizar con una herramienta que realmente arroje resultados puntuales sobre objetivos reales, recomienda.

Los trabajadores, por su parte, suelen aceptar cuando se les dejan nuevas tareas sin considerar cuánto tiempo robará a las actividades para las que sí fueron contratados. Entre la fuerza laboral, hay un reto al poner límites

La especialista considera que una de las acciones que pueden generar ante esta posible reducción de las horas de trabajo es hacer un diagnóstico de las actividades que se tienen a la semana, cuánto tiempo los lleva hacerlas y cómo pueden eficientarlas.

Una buena práctica, dice Yoani Aceves, es realizar un reporte de las tareas que se tiene semanalmente, de esta manera se tendrá una medición sobre que podrá ser mejorable.

Para la especialista en cultura organizacional, la reducción de la jornada laboral es “algo super necesario para que el empresario discuta temas de productividad y una mejor organización. Y en el caso del colaborador, representa un impulso al bienestar y eliminar temas de burnout, incluso, eventualmente puede ayudar a mejorar la rotación, y la salud”, considera.

Para la resistencia al cambio, modificación de estrategias

Daniel Blank, CEO de GROW, opina que, de concretarse la disminución de las horas de trabajo en México, y al ser un cambio impuesto, en las organizaciones puede presentarse una resistencia al cambio; no obstante, es importante realizar modificaciones estratégicas.

Al ser un cambio que, si bien no decidió hacer la organización, debe cumplir, lo mejor es tomar una actitud positiva sobre cómo sí se puede operar de esta manera, y realizar un análisis de cómo cambiará la operación con ello.

En este proceso, refiere la especialista en cultura organizacional, un factor clave es la comunicación, que debe ser clara y de manera que se entienda perfectamente cómo funcionarán estos cambios y, al mismo tiempo, establecer que hacerlo de la mejor manera será un beneficio para todos.

“De las crisis pueden salir oportunidades. También se pueden generar dinámicas como una lluvia de ideas que permita conocer su postura sobre cómo pueden mejorar los tiempos, entendiendo que la operación puede ser mejor y también que se pueden generar beneficios”, recomienda.

Establecer esta nueva línea de estrategias es la mejor manera de involucrar a todos los colaboradores para generar una nueva dinámica de trabajo, y puede ser también una manera de establecer un diálogo que traiga ganancias secundarias debido a este cambio, considera Daniela Blank.

Finalmente, Yoani Aceves dice que la definición del éxito, sobre tiempo y productividad, tiene que evolucionar, “estamos en otra época, porque si no se cambia, vamos a tener los mismos efectos contra los que estamos luchando como la rotación y el agotamiento”.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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