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Delta y Ómicron propician nueva recaída en la recuperación del mercado laboral
La OIT revisó a la baja sus previsiones para el comportamiento del empleo en el mundo debido a las nuevas olas de la pandemia y estimó que en 2022 habrá un déficit de 52 millones de empleos, el doble de lo calculado inicialmente.
Las nuevas olas de la pandemia de Covid-19 han puesto en jaque la recuperación del mercado laboral a nivel global, el cual se espera que regrese a sus niveles prepandemia recién hasta el 2024, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2022, a dos años de la pandemia, las condiciones para el empleo se mantienen inestables, lo que no permite proyectar una recuperación sólida en el corto plazo.
El organismo estima que este año se perderá el equivalente a 52 millones de puestos de trabajo de tiempo completo a nivel global, el doble de lo considerado en el reporte anterior. En tanto, la proyección para la tasa de desempleo es de 5.9%, 0.5 puntos por arriba de lo registrado en 2019.
“En cierta medida, la rebaja de las previsiones para 2022 refleja el efecto que las variantes recientes del virus de la Covid-19, como Delta y Ómicron, está teniendo en el mundo del trabajo, así como la significativa incertidumbre respecto del curso futuro de la pandemia”, se destaca en el reporte.
Las mujeres han sido las más afectadas por el desempleo, en un “impacto desproporcionado” que se mantendrá en los próximos años, cuya tasa de participación laboral se estima que será de 43.8% en 2022, 1.4 puntos porcentuales por debajo de lo registrado en 2019.
Otra secuela quedará entre quienes actualmente se preparan a nivel profesional debido al cierre de centros educativos por la contingencia. Esto, advierte el organismo, generará consecuencias a largo plazo en el empleo y la continuidad de la educación, así como en la formación de las personas jóvenes, en especial de aquéllos con acceso limitado o nulo al aprendizaje en línea.
“Tras dos años de crisis, la perspectiva sigue siendo frágil y la vía hacia la recuperación es lenta e incierta”, destacó Guy Ryder, director general de la OIT. “Ya estamos observando daños potencialmente duraderos en el mercado de trabajo, junto con un preocupante aumento de la pobreza y la desigualdad. En muchos casos, los trabajadores se están viendo obligados a cambiar a un tipo diferente de trabajo, por ejemplo, en respuesta a la prolongada caída de los viajes y el turismo internacional.”
Ante este contexto, la OIT proyecta que el desempleo se mantendrá hasta 2023 por encima de los niveles anteriores a los de la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus, “como mínimo”. Y además reconoce que estas proyecciones se podrían quedar cortas ante la realidad del mercado, ya que muchas personas han salido de la fuerza laboral hacia la inactividad en los últimos años, lo que no se refleja directamente en las tasas de desocupación.
“No puede haber una verdadera recuperación de esta pandemia sin una amplia recuperación del mercado del trabajo. Y, para ser sostenible, esta recuperación debe basarse en los principios de trabajo decente, con inclusión de salud y seguridad, igualdad, protección social y diálogo social”, expresó Guy Ryder.
Esta situación se espera que se extienda hasta 2023 en todas las regiones del mundo y que el mayor rezago se observe en América Latina y el Caribe y en Asia Sudoriental. Europa, por su parte, sería la que más pronto regresaría a sus niveles de ocupación prepandemia. En suma, se estima que el próximo año se perderá el equivalente a 27 millones de empleos de tiempo completo.
“Las perspectivas del mercado de trabajo mundial se han deteriorado desde las últimas proyecciones de la OIT; es probable que en los próximos años siga siendo difícil para gran parte del mundo volver al rendimiento previo a la pandemia”, se puntualiza en el documento.
En el recuento de las afectaciones laborales por la Covid-19 a nivel global, el año de mayor impacto fue en 2020 debido al cierre masivo de actividades económicas no esenciales para frenar los contagios, espacio en el que se perdieron 258 millones de empleos de tiempo completo; en 2021 esta merma fue de 125 millones de plazas.