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Capital Humano

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EU viola T-MEC al no resolver queja laboral de jornaleras mexicanas, afirman activistas

En los próximos días, Marty Walsh, secretario del Trabajo de Estados Unidos, estará en México y activistas por los derechos de migrantes señalan que el programa de empleo temporal de ese país excluye a las mujeres, permite el hostigamiento sexual en contra de ellas y el pago de salarios más bajos por igual o más carga de trabajo.

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Foto: ArchivoCopyright (c) 2021 Iakov Filimonov/Shutterstock. No use without permission., Shutterstock

El gobierno estadounidense incumple el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) al no resolver la queja que solicitaron migrantes mexicanas por discriminación y violencia sexual sistémicas en el programa de empleo temporal H2. Las trabajadoras, acompañadas por activistas del Centro de los Derechos del Migrante (CDM), señalaron lo anterior y exigieron acciones concretas a la administración de Joe Biden.

Previo a la visita a México de Marty Walsh, secretario del Trabajo estadounidense, y aunque uno de los temas de su agenda será la discriminación en el empleo temporal, “vemos preocupante que el gobierno de Estados Unidos no coloca el trabajo de las mujeres migrantes como una prioridad”, dijo Olga Hernández Ávila, coordinadora del T-MEC en el CDM.

“Aplaudimos los esfuerzos que hacen (las autoridades estadounidenses) por fortalecer la libertad y democracia sindical en México, pero el trabajo de las mujeres que migran a Estados Unidos debe ser colocado por ambos gobiernos como una de las prioridades”, puntualizó en conferencia de prensa en línea el pasado jueves.

A pesar de que el gobierno de Estados Unidos “tiene suficiente evidencia de la discriminación por género”, no ha resuelto el problema, lamentó Rachel Micah-Jones, directora ejecutiva del CDM. Lejos de atender la queja, está ampliando el número de visas para este programa, agregó.

“Nos unimos a las trabajadoras migrantes para demandar que el gobierno de Estados Unidos detenga la discriminación de las empresas de una vez por todas”, dijo.

El 23 de marzo de 2021, las trabajadoras migrantes Adarely Ponce y Maritza Pérez solicitaron a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) presentar una queja laboral contra Estados Unidos mediante el T-MEC. Dicho tratado comercial incluye un capítulo para proteger los derechos laborales, así como sanciones para las empresas que los violen.

La STPS aceptó la solicitud e interpuso la queja laboral casi de inmediato. Desde entonces “ha habido consultas regulares, pero acciones significativas no hemos visto”, informó Rachel Micah-Jones.

Y si bien el gobierno de México podría llamar a un panel laboral, “ahora lo que exigimos es que el gobierno de Estados Unidos ponga en la mesa acciones para resolver la queja”, explicó.

Hostigamiento sexual y discriminación

El programa de empleo temporal en Estados Unidos consta de dos tipos, para actividades agrícolas (visa H2A) y para el sector no agrícola de empleo no calificado (visa H2B).

Los puestos para el primer grupo ofrecen mejores prestaciones y salarios, pero sólo el 3.8% de las visas H2A son otorgadas a mujeres. Desde el reclutamiento, los anuncios especifican que el empleo es sólo para hombres. La mayoría de las migrantes son dirigidas a las vacantes de visas H2B. No obstante que ganarán menos, las relegan a las actividades de menor salario, aunque no siempre menor carga de trabajo.

En 2018, después de mucho tiempo de insistir, Maritza Pérez, originaria de Veracruz, obtuvo una visa H2A para la pizca, siembra y empaque de calabaza, pepino y chile en Alabama. Aunque fue de las pocas que consiguió entrar a esa actividad, decidió ser copeticionaria de la queja por la discriminación de género que sufrió trabajando ahí.

“Más del 70% de los que trabajaban eran hombres y les pagaban a mejor precio, aunque hiciéramos las mismas actividades”. Laboraban “sin equipo de protección, mal comidas y sufriendo acoso sexual”. Realizaban “jornadas de más de 12 horas sin recibir el salario mínimo reglamentario. ¿Qué debe ocurrir para que lo anterior se elimine y nos den una respuesta?”, cuestionó.

Maritza Perez fue objeto de hostigamiento sexual “continuo y severo”, según consta en la petición de queja. “Su empleador y supervisor demandaron sexo a cambio de una mejor remuneración y trabajos físicamente menos demandantes. Cuando Pérez rechazó las demandas sexuales, fue castigada y asignada a labores físicamente más demandantes”.

Adarely Ponce, en cambio, nunca ha podido obtener una visa H2A. “Cuento con 11 visas H2B y en 2014 fue el ultimo año que pude acceder a ella porque la compañía redujo el numero de mujeres y nos dejaron sin empleo”, narró.

Ella es originaria de la sierra de Hidalgo. En Molango, donde nació, la mayoría de los hombres migran a Estados Unidos ante la falta de oportunidades laborales en la localidad. “Año con año vemos que se van y las mujeres nos quedamos en una lista de espera”, las pocas ofertas para ellas resultan ser fraude, dijo.

“El año pasado, después de iniciar la queja, entré a una agencia de empleo real, porque hay muchas falsas. Metí mi solicitud en línea, me preguntaban si era hombre o mujer, respondí y pasaron los meses y nunca me llamaron. La vacante era para trabajar en el campo”.

Empresas estadounidenses violan la ley

El CDM presentó nueva evidencia de discriminación por sexo a la STPS. Se trata de testimonios de trabajadoras migrantes a quienes les han negado el trabajo y quienes han enfrentado violencia sexual en el trabajo, informó Rachel Micah-Jones.

“Cada día que el gobierno de Estados Unidos no actúa y no atiende nuestra petición, más mujeres como ellas sufren de manera innecesaria”, advirtió.

“El T-MEC prioriza las obligaciones laborales, las hace plenamente exigibles y las coloca al mismo nivel que las otras obligaciones comerciales en el acuerdo”, dijo la abogada Kristin Greer Love

“Los empleadores que tratan a las trabajadoras de manera diferente por su sexo, género o identidad de género violan la ley de discriminación de Estados Unidos”, agregó. Por supuesto, también aquellos que les pagan menos o las obligan a trabajar en un puesto menos deseable, quienes acosan y quienes lo permitan.

“Exigimos que el gobierno de Estados Unidos responda de manera significativa e inmediata a las demandas de estas valientes mujeres”, señaló.

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