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IA generativa en el trabajo, ahora sí ¡sálvese quien pueda!
El alcance de la inteligencia artificial desafió el paradigma de la transformación de los puestos laborales, las tereas más sofisticadas ya no están libres de disrupción y esto plantea nuevos retos en el desarrollo de la fuerza de trabajo.
La inteligencia artificial (IA) generativa en las actividades laborales desafía el paradigma de la automatización del trabajo. Antes de la disrupción de Chat GPT, el mayor riesgo frente a los cambios tecnológicos era para los trabajos rutinarios, pero las nuevas tecnologías muestran que también pueden impactar las tareas más complejas o las que requieren competencias más avanzadas.
“Esta tecnología revolucionaria, que parecía incipiente hace apenas unos años, ahora está lista para redefinir nuestros trabajos, industrias y rutinas profesionales”, señala Borja Castelar, especialista en Futuro del Trabajo.
Según Castelar, desde antes de la llegada de la IA generativa el panorama del cambio laboral se enfocaba en la automatización de labores rutinarias, pero ahora se empiezan asumir tareas que antes se consideraban exclusivas del dominio humano, subraya el especialista en un artículo.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI) indica que “las capacidades de la IA se extienden a funciones cognitivas, permitiéndole procesar grandes cantidades de datos, reconocer patrones y tomar decisiones. Como resultado cambia los empleos altamente calificados, que se creían inmunes a la automatización debido a la complejidad y una dependencia de una profunda experiencia, ahora se enfrentan a posibles interrupciones”.
De acuerdo con estimaciones del organismo, la inteligencia artificial puede transformar el 40% los puestos laborales a nivel global.
Paradójicamente, las economías más avanzadas tienen las proporciones más altas de fuerza de trabajo más expuestas a transformaciones por la IA generativa.
Como ejemplo masivo y cercano, está la huelga de actores y guionistas de Hollywood del 2023, que mostró la preocupación de la fuerza laboral creativa americana por el alcance que se puede tener con la tecnología en la creación de contenidos o productos. Una rama que desde antes de la aparición de la IA generativa se consideraba como una de las profesiones menos expuestas a la transformación digital.
Por lo que, la adopción de la inteligencia artificial cambió el paradigma de que la tecnología sólo vendría a modificar y sustituir trabajos rutinarios o de menor calificación, pero el FMI apunta “que hay una transformación más amplia y profunda del mercado laboral que la de revoluciones tecnológicas anteriores”.
El McKinsey Global Institute (MGI) coincide en que la IA generativa podría tener un impacto en los trabajadores del conocimiento, actividades que se veían poco expuestas en un contexto de automatización.
El MGI indica que la velocidad alcanzada en el desarrollo de IA aceleró el potencial de horas laborales que pueden automatizarse en algunas actividades económicas, por lo que estima que la mitad de las horas de trabajo podrían ser cubiertas por estas tecnologías, y esa expectativa se incrementó a un rango de entre 60 y 70 por ciento.
Aprender a convivir con la IA
Pero en medio del escenario de riesgos, el McKinsey Global Institute también señala la importancia de desarrollar una fuerza laboral que conviva y aproveche el potencial de la inteligencia artificial.
Como muestra de ello, el instituto ejemplifica que en la ocupación de profesores de lengua y literatura inglesa de nivel superior, con actividades laborares de preparación de exámenes y evaluación de los estudiantes, la inteligencia artificial podría realizar estas actividades, pero “tal vez inicialmente para crear un primer borrador que sea editado por los maestros y eventualmente con mucha menos necesidad de edición humana”.
Este nuevo panorama plantea nuevos retos para las personas ante un futuro del trabajo que tiene nuevas reglas, como lo es la importancia de habilidades blandas, como negociación y adaptabilidad para aumentar la eficacia.
Francisco Briseño, socio líder Workforce Transformation de PwC México, afirma que “aunque la IA ayuda a acelerar procesos o crear contenido, la decisión final siempre recae en el humano que la opera”.
Así como las nuevas competencias en inteligencia artificial generativa, blockchain e internet de las cosas (IoT) -tecnologías que están redefiniendo roles como nunca antes- son importantes en el mercado laboral, las habilidades como el pensamiento crítico o la comprensión seguirán siendo demandadas en un entorno más digital.
Habilidades humanas en un mundo de IA
Ya que nadie está a salvo de ser sustituido o de que se modifique las actividades profesionales tras la entrada de la IA generativa en el mundo del trabajo, los especialistas señalan que el uso esta tecnología requiere de interpretación del contexto humano.
Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG México, menciona que las personas y las nuevas tecnologías son dos elementos complementarios para realizar trabajos más eficaces a un menor tiempo.
“La IA generativa es una herramienta complementaria más que una amenaza para los profesionales. Aunque esta tecnología puede acelerar la entrega de servicios y la toma de decisiones mediante el análisis rápido de datos, el aporte humano sigue siendo esencial para contextualizar y aplicar los hallazgos de manera efectiva”, añade la especialista.
Las habilidades esenciales para que los trabajadores usen la inteligencia artificial generativa de manera ética en los roles de trabajo son:
- Comunicación efectiva, se necesita combinar perfectamente y especificar qué es lo que se busca hacer en la herramienta, otorgándole el mayor contexto posible.
- Pensamiento crítico, para evaluar y analizar los estudios de manera apropiada al verificar que los datos sean correctos bajo la consideración humana.
- Empatía, es un sentimiento que no tiene una computadora y que sirve para entender el contexto del caso de estudio o de la problemática que se plantea comprendiendo las necesidades y expectativas de las personas, y los negocios con los que se interactúa.
“Es fundamental evitar la interpretación literal de las recomendaciones generadas por IA, especialmente entre las generaciones menos experimentadas, y siempre asegurarse de la veracidad y actualidad de los datos utilizados”, puntualiza Olivia Segura.
Por su parte, Francisco Briseño afirma que entre las preocupaciones éticas más importantes se encuentra la veracidad y la actualización de los datos utilizados por la IA generativa, asegurando que sean precisos y legales.
“Es necesario mantener una sensibilidad ética al aplicar la IA generativa, asegurándose de no perder de vista el contexto humano y las implicaciones éticas y culturales de las decisiones automatizadas”, destaca.
La IA ha transformado y sigue modificando rápidamente el entorno laboral, por lo que, más que esperar a que este cambio llegue, lo que queda es capacitar a la fuerza de trabajo para que aproveche los beneficios y potencial de esta nueva tecnología.