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La innovación en favor del capital humano y el negocio
La tecnología puede ser una gran aliada para mejorar los indicadores de las empresas, incluyendo la rotación del personal, si se pone a disposición del talento y se maximiza su uso en áreas como la capacitación, la analítica predictiva y la propuesta de valor al empleado.
Cuando se piensa en innovación, esto suele asociarse con tecnología y fuertes inversiones de capital. Y en un entorno de incertidumbre económica y volatilidad en los mercados cambiarios, esto puede ser considerado como una inversión con bajo nivel de prioridad para las funciones de Recursos Humanos, las cuales se han enfocado en la atracción, desarrollo y retención de talento para la continuidad de los negocios.
Sin embargo, si se toma en cuenta que la innovación no solamente apoyaría en estos procesos, sino que mejoraría la experiencia de sus clientes y, por lo tanto, el posicionamiento de marca, la lealtad y la posibilidad de una mayor penetración de mercado, ¿se deberían evaluar de forma diferente este tipo de inversiones?
» Capacitación a la medida
El acceso a ciertas habilidades es uno de los principales retos de la función de Recursos Humanos debido a la asimetría entre la demanda y oferta para implementar la transformación digital en las empresas. En este contexto, aún es posible identificar un uso limitado de la tecnología para acelerar el desarrollo de habilidades o el upskilling en las plantillas actuales.
La inteligencia artificial (IA) todavía es utilizada de forma incipiente por los early adopters que generan mallas curriculares a la medida, así como materiales de capacitación sobre políticas, procedimientos y prácticas de referencia del grupo en otras latitudes que generan a través de foros y comunidades de práctica.
Lo anterior no sólo promueve la cercanía entre colaboradores sin fronteras delimitadas por la geografía o idioma, sino que permite compartir mejoras e innovaciones en beneficio de las organizaciones. De la misma forma, la tecnología permite contar con repositorios de habilidades, lo que facilita la asignación de personal en proyectos de transformación o colaboración temporal para poner en marcha iniciativas.
» Capacidad predictiva
Anticipar el futuro en una época en la que aún existen limitadas referencias estadísticas o tendencias en temas como la gestión de trabajo a distancia parece una tarea difícil. Sin embargo, hoy más que nunca se generan datos que pueden ser estructurados y analizados, pero todavía pocas empresas lo hacen para vincular los analíticos del personal con las decisiones del negocio
Ser capaces de escuchar las necesidades, expectativas y experiencias que vive el talento en el día a día no debe ser considerado una actividad exclusiva de Recursos humanos, o ser entendida como la aplicación de encuestas de clima laboral, pues existe un vínculo estrecho con la rotación, ineficiencia, incumplimiento de contratos, mermas de producción, altos niveles de ausentismo, costos de mantenimiento en maquinaria, e incluso accidentes.
Por ello, la capacidad analítica y el uso de las herramientas de las que ya disponen las empresas no deben desestimarse o ser subutilizadas por desconocimiento o falta de visión.
» Compensaciones y reconocimiento
Recientemente, ha disminuido la efectividad en el diseño de las propuestas de valor al colaborador (EVP, por sus siglas en inglés), incluyendo los paquetes de compensación y programas de reconocimiento. Entre otros factores, esto se debe a la volatilidad en las expectativas del talento, la agresividad de la competencia en el mercado laboral para ciertas competencias y la falta de alineación en lo que las empresas ofrecen y el talento valora. Asimismo, la forma de reconocer al capital humano pudiera no ser significativa y, por ende, los resultados podrían no ser los esperados.
La tecnología permite también habilitar nuevas formas de reconocer a través de prácticas novedosas como certificados digitales, anticipos de nómina, acceso a una compensación variable individual o grupal o incentivos de ventas pagados con una frecuencia menor, es decir, no limitada a pagos anuales. Todo lo anterior no necesariamente requiere inversiones mayores, sino el uso de herramientas ya existentes y creatividad para implementarlas.
» El talento como parte de la innovación
Romper paradigmas se ha convertido en un tema de moda. No obstante, hacerlo continúa siendo un reto. Son pocas las organizaciones que tratan de involucrar a su personal en este proceso mediante hackatones o torneos de innovación con el objetivo de proponer mejoras o innovaciones para solucionar un problema o aprovechar oportunidades para el negocio. Sin embargo, los resultados y beneficios destacan sobre aquéllos en los que el talento no está involucrado.
Las plataformas tecnológicas o apps colaborativas pueden, sin duda, ayudar en este proceso, y sobre todo ser el canal para que de forma oportuna se capturen estas propuestas de mejora en tiempo real para ser analizadas y evaluadas posteriormente y aquellas con un caso de negocio viables puestas en marcha.
Nuevamente, el gran reto no es sólo capturar las ideas, sino revisarlas con agilidad para potenciar su valor. Para lograrlo, la tecnología también puede ayudar vinculándolas con indicadores de negocio, indicadores clave de desempeño (KPI, por sus siglas en inglés) o tendencias que requieran atención, entre otros.
En más de una ocasión las respuestas se encuentran en la compañía, y las y los colaboradores son quienes tienen las propuestas de mejora, ya que conocen a detalle la operación y sus fallas, incluyendo aquellas que impactan negativamente en su experiencia, además de las potenciales soluciones. Sin embargo, en la práctica se carece de canales abiertos de comunicación o se limitan al obsoleto y poco popular buzón de sugerencias.
En conclusión, la tecnología puede ser una gran aliada para mejorar los indicadores de las empresas, incluyendo la rotación, si se pone a disposición del talento y se maximiza su uso. Superar el rezago tecnológico no tiene que implicar grandes inversiones, sino que se debe aprovechar la capacidad ya instalada, revisar las funcionalidades “durmientes” en las licencias de software que se pagan, y reforzar el trabajo colaborativo en funciones de Recursos Humanos y Tecnologías de la Información (TI).
El trabajo en equipo debe iniciar desde el nivel C (CEO, CHRO, CIO y CTO) y transmitirse al resto de la empresa para aprovechar las inversiones existentes o futuras en tecnología y así mejorar los resultados del negocio en beneficio de todos. ¿Qué están haciendo en su empresa al respecto?