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Mercado laboral: Sector informal salva (otra vez) la creación de empleos
En el cierre del primer semestre del año, el nivel de ocupación repuntó con un crecimiento de 280,964 plazas, todas concentradas en la informalidad. La tasa de desocupación se mantuvo en un nivel de 3.3%, al igual que en mayo.
Después de la caída de medio millón de empleos en mayo, en el cierre del primer semestre del año se incorporaron 280,964 personas a una ocupación. Este saldo positivo estuvo concentrado en la informalidad y un aumento de la población subocupada, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del sexto mes del año, mientras la formalidad tuvo una ligera reducción de 11,281 plazas, la informalidad sumó 292,245 puestos de trabajo y salvó la creación de empleo por segunda vez en lo que va del 2022, luego de que en marzo este sector también concentrara las ganancias reportadas. Pese a los cambios observados, la tasa de desocupación de mantuvo sin variaciones en 3.3 por ciento.
“La cifra no es consistente con el empleo del IMSS, lo que apunta a una baja significativa en otras áreas, tales como trabajadores federales y estatales, así como el ejército. Como resultado, la tasa de informalidad subió a 55.8%”, señala Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Banorte.
Para Juan Carlos Alderete, en términos generales los resultados de creación de oportunidades laborales son positivos, aunque aún tienen margen para ganancias.
“El resultado de las plazas laborales fue positivo, especialmente ante algunos efectos estacionales que tienden a ser mixtos, parcialmente por el inicio del periodo vacacional de verano, principalmente en niveles de educación superior y media superior, y compensando, hasta cierta medida, la pérdida de mayo, que fue inusual”, expone.
En junio, el sector primario fue el motor de los empleos recuperados al reportar un alza de 336,147 plazas. Con menores ganancias, las actividades industriales también aportaron 138,331 personas ocupadas más de las observadas en mayo; sin embargo, sólo el subsector de construcción tuvo creación de puestos de trabajo.
“Uno de los aspectos positivos es que, desde la perspectiva sectorial, la construcción tuvo un peso importante en el resultado al aportar 237,000 nuevos empleos. Esta cifra además es la segunda mayor del sector en los últimos 10 meses y, si se traslada a un incremento en el valor de la producción, podría ser un catalizador para la resiliencia de la actividad económica en junio”, apunta Marcos Daniel Arias Novelo, analista económico de Monex.
La caída en el sector servicios con una pérdida de 213,658 empleos fue lo que matizó en términos generales el crecimiento de la ocupación en el país. Al interior de este rubro, todas las actividades económicas reportaron disminución en sus niveles de ocupación, únicamente las actividades en transporte, servicios diversos y gobierno tuvieron un aumento en su población ocupada.
“Los servicios dieron aviso de estar transitando por un mal momento, pues en conjunto perdieron 213,000 puestos y es su segunda caída consecutiva, algo que no suele ser frecuente en esta parte del año”, destaca Marcos Daniel Arias.
Por otra parte, el saldo positivo de junio estuvo acompañado por un repunte de la población subocupada; es decir, personas que tienen la necesidad de ofrecer más tiempo de trabajo en el mercado. A esta condición se sumaron 262,035 personas y la tasa de subocupación tuvo un ligero aumento de 0.4 puntos porcentuales para ubicarse en un nivel de 8.9 por ciento.
“A pesar del aumento de la participación laboral, el mercado muestra señales de deterioro, lo que se ve reflejado especialmente en la población subocupada. La subocupación laboral consiste en una situación en la que las personas cuenten con un empleo, pero se ven en la necesidad de ofrecer más horas de trabajo”, señala Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.
Mujeres, las más afectadas
Las mujeres fueron la población más afectada, pues mientras el empleo masculino tuvo un repunte dentro de la formalidad, ellas perdieron plazas en este rubro. En contraste, por cada hombre que ingresó a la informalidad, seis mujeres consiguieron un empleo en este renglón de la ocupación.
La brecha entre hombres y mujeres también se observó en la condición de ocupación a la que se incorporaron al mercado de trabajo. Por cada cinco hombres que consiguió un trabajo subordinado, sólo una mujer logró incorporarse a una actividad en esta condición.
En contraste, el trabajo por cuenta propia sólo creció en su población femenina. Mientras el trabajo independiente de ellos se redujo en 52,417 personas, la población de mujeres que trabajo de manera autónoma creció en 31,872.
En términos generales, en el sexto mes del año se incorporaron 128,256 mujeres, mientras que la población masculina ocupada creció en 152,708 plazas, pero con una mejor distribución por condición de ocupación.