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Sueño vs desempeño: Los desvelos le cobran una alta factura a la productividad laboral
La falta de sueño puede generar irritabilidad, baja concentración, mala capacidad de reacción, creatividad, entre otras funciones ejecutivas, lo cual impacta directamente en el desempeño de las personas y las hace más propensas a accidentes de trabajo.
El sueño es un proceso natural e indispensable para el ser humano, básicamente ayuda a reponer energías, pero también regula otras funciones en el cuerpo. Una “mala noche” como se dice coloquialmente, puede ser más grave de lo que parece y cobra una alta factura en la productividad de las personas.
“Dormir poco o tener algún trastorno del sueño disminuye la productividad laboral y académica, principalmente porque afecta todas las funciones ejecutivas, reduce nuestra capacidad de atención, de memoria, nuestros tiempos de reacción, la toma de decisiones, la creatividad y una gran cantidad de otras funciones”, explica Yoaly Arana, especialista en temas de sueño de Tila App.
Cuando las personas duermen menos de seis horas diarias, son menos productivas en el trabajo. Incluso no dormir bien tiene una afectación mayor en el rendimiento que el consumo de alcohol o tabaco, destaca una investigación de la Universidad de Cambridge realizada en conjunto con la organización Rand Europe y la compañía Vitality Health.
Además de esto, el estudio realizado entre 21,000 trabajadores británicos, destaca que los empleados que duermen menos de seis horas diarias tienen más tendencia al presentismo.
Pero el impacto en el desempeño de los trabajadores no es el único efecto negativo de la falta de sueño, apunta Yoaly Arana. Las personas que no duermen bien también son más propensas a tener accidentes de trabajo. “Esto es algo que se ha visto en fábricas, donde los accidentes no sólo son costosos, implican un riesgo para los trabajadores”.
Abel Navajas, gerente de Affor Health, subraya que el descanso es un hábito saludable que se debe tener. “La falta de sueño genera mayor irritabilidad y una serie de factores psicológicos y emocionales que influyen en todos los aspectos de la vida, como el comportamiento en el trabajo”.
Las afectaciones del sueño, señala el especialista, se pueden acentuar más durante el fin de año, dado que es una temporada con más convivencia con amigos y familiares. “Lo recomendable es dormir entre siete y ocho horas al día, es el sueño reparador, aunque puede haber excepciones de personas que necesitan más horas o menos, la media es lo más oportuno”.
“De manera general, podemos decir que si dormimos menos de siete horas estamos restringiendo el sueño”, señala Yoaly Arana. La especialista expone que las horas de sueño que requiere una persona pueden variar, incluso hay una proporción pequeña de la población que tiene un descanso adecuado con menos tiempo.
¿Cómo saber si menos horas es suficiente? La especialista explica que si las personas duermen seis o cinco horas y no pueden continuar con el descanso porque sienten que fue suficiente, y durante el día están al 100% en sus funciones, de buen humor y sin somnolencia “probablemente soy un corto dormidor, como se les denomina y requiero menos horas de sueño”.
Para Abel Navajas, algunas señales de que las personas no tienen un sueño adecuado es mostrar “irritabilidad y falta de concentración”. En algunas profesiones, agrega, el trabajo necesita de personas descansadas. “El personal de salud, la policía, los directivos o quienes gestionan a los equipos, si la falta de sueño los pone irritables, sólo van a generar más estrés en los demás”.
Entre los hallazgos de la investigación de la Universidad de Cambridge, destaca que la falta de sueño tiene un mayor impacto en el presentismo que en el ausentismo. Dicho en otras palabras, las personas que duermen poco son más propensas a asistir y mantenerse en el centro de trabajo, pero no necesariamente con la concentración y la productividad necesarias.
“Volviendo a nuestra observación sobre la asociación entre dormir menos horas y el presentismo, este hallazgo también puede apuntar a aspectos del entorno laboral y su interacción con la pérdida de productividad (por ejemplo, patrones de turnos de trabajo u horarios extremadamente largos o irregulares). De esta manera, alentar a los empleados a dormir lo suficiente también puede justificar que se analicen las prácticas laborales y el trabajo flexible de manera más específica”, indica el estudio.
¿Qué hacer para atender esta situación?
“Dormir mal puede estar vinculado con una mala planificación por factores externos que podemos controlar, la cuestión es saber cómo hacerlo. Al final, hay una labor individual para planificar mejor”, asegura Abel Navajas.
Diversos medios de comunicación como la BBC, han alertado sobre un fenómeno que ha crecido en los últimos años: la procrastinación para dormir. Se refiere a un retraso en el sueño provocado por las propias personas y se vincula por el exceso de trabajo que impide a los empleados tener tiempo propio para esparcimiento y esto es compensado antes de acostarse y cerrar los ojos para descansar.
“La frase, que también podría traducirse como ‘la venganza de quedarse despierto hasta tarde’, se difundió rápidamente en Twitter en junio tras una publicación de la periodista Daphne K Lee. Ella describió el fenómeno como cuando ‘las personas que no tienen mucho control sobre su vida diurna se niegan a dormir temprano para recuperar algo de libertad durante las horas de la noche’”, reportó la BBC.
Por su parte, Yoaly Arana puntualiza que para tener un descanso reparador, “hay que evitar activarnos cerca de la hora de dormir para que la calidad del sueño sea ideal”.
Esto implica evitar:
- Luces intensas
- Interacción con pantallas
- Consumo de sustancias
- Rutinas de ejercicio fuertes
“Es importante que las personas sepan que el consumo de café, chocolate y alimentos con mucha azúcar activan el sistema nervioso central y cuando vayamos a dormir, podemos tardar en dormir o podemos tener un sueño muy superficial. También es importante que evitemos la luz, dejar los equipos electrónicos al menos una hora y media antes de dormir para respetar estos ritmos biológicos, la liberación de las hormonas necesarias para el sueño, porque la luz inhibe la liberación hormonas que causan somnolencia, como la melatonina”, recomienda la especialista.